miércoles, 18 de noviembre de 2009

El cielo de Paul Bowles


Se cumple el décimo aniversario de la muerte del escritor norteamericano Paul Bowles, autor de la novela que terminó convirtiendo en una obra de arte el cineasta italiano Bernardo Bertolucci.

Sentado al fondo, en un rincón del viejo café Central del Zoco chico –originalmente llamado Souk Eddahel o Zoco interior, situado en pleno corazón de Tánger–, de suelo ajedrezado sobre el que hay algunas concurridas mesas dispersas entre sus columnas; frente al antiguo Cine Alcázar –uno de los cines más antiguos de la por entonces cosmopolita Tánger, junto con el Capitol o el American Cinema de la calle Correos–, en el que se está proyectando la película de Max Ophüls ‘Sans lendemain’, Bowles, elegantemente vestido con traje gris, saborea un té a la menta y contempla con nostalgia en sus ojos el paso del tiempo y los seres que en él habitan, a la vez que comienza a narrar la historia de los tres viajeros recién llegados en esos momentos a la ciudad marroquí que les abrirá las puertas del África más profunda, la del inmutable océano de arena del desierto del Sáhara.

Port, Kit y Tunner se las prometían muy felices en aquellos primeros momentos de su viaje iniciático, el cual habían emprendido huyendo de la Europa de la Segunda Guerra Mundial, y que finalmente resultaría ser una huida hacia el infierno de sus propias vidas.

Con un fondo musical de Charles Trenet, la alegre chansonnette ‘Je chante’, gracias al magistral trabajo de Bertolucci, comienza la aventura a ser contada por el narrador omnisciente desde su distante mesa de café. Situación privilegiada que permite al escritor ser imparcial con su relato, si bien hay mucho en él de autobiográfico, además de una gran novela de viajes en la que está también presente la vivencia de su esposa Jane, con la que Bowles fijó su residencia en Tánger en 1947.

En la cima de un risco, con el Sáhara a sus pies extendiéndose hasta el horizonte, los Moresby hacen el amor con el desierto como marco y metáfora de lo que son sus relaciones amorosas; y ese cielo, en muchos planos visiblemente encapotado y plomizo, imbuye a Port un sentimiento abrumador y en su desazón revela a Kit: “Aquí el cielo es tan extraño, es casi sólido, es como si nos protegiera...”. Poco después, Port prorrumpe en lágrimas desconsoladas sobre el regazo de Kit.

Andando el tiempo y la novela, en la que se entrecruzan las vidas de otros personajes y, por supuesto, la del compañero de viaje y amigo común Tunner, del que a la postre se separan, Port contrae unas fiebres tifoideas de las que más tarde morirá, entre delirios y terribles dolores, en un cuartel de la Legión. En mitad de la nada y dejando sola a su desamparada Kit, que desesperanzada se une a una caravana tuareg mucho más al sur de Bir Lehlu.

Finalmente, tras su paso por un hospital y gracias a la ayuda del Consulado Americano en Marruecos, Kit Moresby regresa de nuevo a aquel viejo café de Souk Eddahel del que habían partido los tres amigos henchidos de ansias viajeras, y donde se encuentra el impertérrito Bowles narrador de la historia. Sin embargo, sus miradas no llegan a encontrarse. Con un mágico desplazamiento de cámara, Bertolucci concede todo el protagonismo del plano al escritor, para que éste formule su pregunta concluyente con la vista perdida en el recuerdo: “¿Cuántas veces más contemplarás la luna llena? Quizás veinte. Y sin embargo, ¡todo parece tan ilimitado!”.

Paul Bowles murió en la mañana del 18 de noviembre de 1999, a consecuencia de una insuficiencia cardiaca, en el Hospital Italiano de Tánger, a la edad de 88 años. Todos los medios de comunicación se hicieron eco de la luctuosa noticia, y al día siguiente los periódicos de todo el mundo publicaron las correspondientes necrológicas. Su cuerpo fue enviado a Casablanca para trasladarlo después a Nueva York, a una funeraria de Manhattan donde se llevó a cabo su cremación.


Más información


Paul Bowles (web oficial)


Trailer de la película ‘The Sheltering Sky’, con música de Ryuichi Sakamoto


‘Je chante’, Charles Trenet (tema musical de la BSO)


En la imagen, Bowles en un fotograma de la película 'El cielo protector', con fotografía de Vitorio Storaro. Warner Bros. © 1989

miércoles, 4 de noviembre de 2009

Librairie Espagnole et Cie


“Españolito que vienes al mundo, te guarde Dios.
Una de las dos Españas ha de helarte el corazón”.

A. Machado








En estos últimos tiempos en los que está permanentemente en los medios de comunicación la recuperación de la “Memoria Histórica”, es para mí de recibo rendir desde aquí un pequeño y sincero homenaje a la de Antonio Soriano, exiliado de la Guerra Civil Española y fundador en París de la ya legendaria Librería Española, por entonces ubicada en el 72, Rue de Seine, en pleno corazón del Barrio Latino.

Nacido en 1913 en la localidad española de Segorbe (Castellón), Antonio Soriano fue un campechano embajador de la cultura hispana, divulgándola de la forma en la que correspondía así fueran escritores, pintores, poetas, músicos… Como un librero ilustrado para el que la cultura fue siempre sinónimo de libertad hasta el día que falleció, hace ahora apenas cuatro años.

En su librería familiar se podían conseguir aquellos libros que el franquismo había censurado o simplemente prohibido por cuestiones que ahora nos parecen nimiedades o que, a las claras, se oponían a la mentalidad del Régimen fascista. Y también esos que, siendo españoles, habían sido traducidos al francés.

Afortunadamente los tiempos cambian, y también cambió su dirección la pequeña librería española que actualmente regenta su hija, Sonia Soriano, que es un ejemplo de tesón en su amor por los libros y la literatura en general, pero principalmente la española y catalana. Sin olvidar, por supuesto, toda la latinoamericana.

En la actual dirección de la Librairie Espagnole et Cie: 7, Rue de Littré, entre Rennes y Vaugirard, a dos pasos de la estación de Montparnase, además de libros de todo tipo podemos encontrar desde cómics o algunos CDs, hasta carteles taurinos como souvenir para el turista aficionado a los toros. O coincidir allí con el escritor catalán Enrique Vila-Matas.

En el interior del establecimiento, organizando todo eso, encontraremos a “Sonieta, la de los libros”. Que, como ella misma dice, nació entre ellos y fueron éstos su alimento cotidiano desde la cuna, “una caja de naranjas de camino a España en Toulouse”. Y después, en esos años que ella vivió en el barrio de la primigenia librería, en el que vivía también la cuñada de Luis Buñuel, quien ayudaría a Antonio Soriano a montar la vieja tienda de la rue de Seine.



Más información

Librairie Espagnole et Cie


Enlace de interés

Memoria Histórica


Post scriptum

Poco después de publicarse este texto, la propietaria me comunicó que el local cerró sus puertas en febrero de este mismo año.