lunes, 15 de noviembre de 2010

‘The Way’, el Camino de Santiago

“Caminas solo, pero no puedes llegar a tu destino sin ayuda de la comunidad”. Martin Sheen

Martin Sheen y Emilio Estévez presentaron 'The way', un film que recrea el Camino de Santiago como un viaje sentimental y metáfora de la vida.

El Camino une a cuatro personajes dispares, que incluso se odian, pero que terminan caminando juntos hacia Santiago de Compostela fieles cada uno a su propia motivación. Entre ellos está Martin Sheen, al cual le mueve a caminar el deseo místico de dejar en las fitas a lo largo del camino las cenizas de su hijo, muerto de forma accidental cuando, tiempo antes, se disponía a hacer la ruta desde los Pirineos, dejando al otro lado de la cordillera pirenaica la Gascuña francesa del Codex Calixtinus que escribiera a modo de “guía” del peregrino el monje de Poitou Aymeric Picaud –también llamado Liber Sancti Jacobi– y que al caminante, en ese primer momento de su viaje iniciático, acompaña el eco de los cánticos de los monjes de la histórica Colegiata de Roncesvalles, para iniciar ya la aventura ritual por la ruta más esotérica, mística y universal de la vieja Europa.

Como dijo el masón Goethe, “Europa nació de las peregrinaciones”, de ese entramado formado por la extensa red de senderos que unían ciudades y cenobios y que confluían en las grandes vías de peregrinaje como la Vía Turonensis, llamada también “Camino de Tours” que, junto con la que venía de Vézelay y pasaba por Limoges o Vía Lemovicensis, y la de Le Puy o Vía Podiensis, concurrían en Ostabat y desde allí, en un solo sendero, a Roncesvalles; más la de Arles y Montpelier o Vía Tolosana, que cruzaba los Pirineos por el denominado por entonces puerto Aspero, hoy Somport. Entonces el Camino de Santiago no se había convertido en el reclamo turístico que es hoy en día.

La idea de filmar 'The Way' nace cuando Sheen –que durante una estancia en Irlanda había invitado a toda su familia a explorar parte de la ruta jacobea– viaja con sus hijos a Galicia para visitar Parderrubias (Salceda de Caselas), el pueblo en el que nació su padre.

No muy lejos de allí, el mágico O Cebreiro, con su ermita del siglo IX de factura prerrománica, en la que se consumó el milagro eucarístico que la hizo famosa en toda Europa inspirando a Wagner su opera 'Parsifal', es la puerta a la Galicia del camino francés, y está envuelto, como muchos otros lugares de esta provincia, en un halo de misterio; es una pequeña aldea donde antaño se asentaba un poblado habitado por los celtas, de cuyos prehistóricos castros aún nos quedan como recuerdo las actuales payozas.

“Creo que hay material suficiente para satisfacer a un católico devoto”, asegura Sheen, que ante las dificultades previas rezó con su hijo Emilio para que les dieran permiso para rodar en el interior del templo. Al final se cumplió el milagro.

En cuanto a la religiosidad de la película, padre e hijo reconocen que el resultado está a medio camino entre el catolicismo de Sheen y el ateísmo de Estévez, que, para imbuirse del espíritu del peregrino, prefirió inspirarse en el romanticismo del caminante mochilero. El asunto religioso, en un recorrido salpicado de iglesias y de una rancia tradición cristiana, no juega, por tanto, un papel primordial en la historia, y sí la lógica espiritualidad que queda muy bien reflejada en bellas secuencias, como la de la llegada de los protagonistas a la Catedral de Santiago y los planos del Pórtico de la Gloria, el mejor momento de la película.


Bibliografía
‘Peregrinatio’, Matilde Asensi. Planeta

‘El Camino de Santiago’, Kathryn Harrison. NGS

‘Historia mágica del Camino de Santiago’, Fernando Sánchez Dragó. Planeta


Enlaces de interés

Trailer de ‘The Way’
Página web oficial Xacobeo
Asociación Amigos del Camino de Santiago

Fotografía 'The Way' © EFE/Lavandeira

lunes, 1 de noviembre de 2010

Gallen-Kallela y el Kalevala

Cuenta el poema épico finlandés Kalevala, que el viejo chamán cantor Väinämöine –fundador de la tierra de Kaleva– construyó el primer kantele con la espina de un pescado y pelos de la cola de un caballo, creando así el instrumento tradicional de cuerda pulsada y escala diatónica que es el símbolo musical más importante de Finlandia.

El pintor Akseli Gallen-Kallela (1865-1931), nacido en Pori/Björneborg, en la costa oeste de Finlandia, se interesó por la cultura popular y fue un gran apasionado de la epopeya Kalevala, ilustrando magistralmente este emble-mático poema ancestral que se compone de una serie de cantos pertenecientes a la mitología sami, y que el médico y filólogo Elias Lönnrot (1802-1884) recopiló en sus viajes.

El mismo año de la muerte de Lönnrot, Gallen-Kallela se trasladó a París para estudiar en la prestigiosa Académie Julian –en la que estudiaron artistas como Matisse o Duchamp, entre otros muchos–, siendo allí donde desarrollaría su pictórico estilo realista, que más tarde, tras su viaje a la Karelia Oriental, se decantaría por el simbolismo –o lo que a la postre se llamaría ‘Karelianismo’ en el arte finés–. No obstante, en París, Gallen-Kallela haría amistad con otros pintores, como el noruego Adam Dörnberger o el también finlandés Albert Edelfelt, e igualmente conocería al escritor sueco August Strindberg.

Gallen-Kallela pintó los frescos del Pabellón Finlandés para la Exposición Universal de París de 1900, con lo que obtuvo una Medalla de Oro y, poco después, la Legión de Honor francesa.

En 1922 se publica la edición de lujo del Kalevala ilustrada por el pintor. Si bien, influenciadas por éste, ha habido en el tiempo otras ediciones a cargo de otros artistas como Matti Visanti (1938), Aarno Karimo (1952-1953) o Björn Landström (1985).

La muerte sorprende a Gallen-Kallela trabajando en una nueva versión de la obra cuando, a la vuelta de un viaje a Copenhague, en Estocolmo, contrae una neumonía y fallece en el Hotel Reisen, el 7 de marzo de 1931.

Su casa-taller en Tarvaspää (Espoo, Finlandia) es conocida desde 1961 como ‘Museo Gallen-Kallela’, siendo un lugar de obligada visita para contemplar gran parte de su colección, así como diversos estudios y trabajos de investigación de otros creadores acerca del propio Gallen-Kallela.

ITE Art presenta en la actualidad, y hasta enero de 2011, ‘A Kalevala Mindscape’. Una exposición antropológica que muestra también en su museo la visión que tienen de la célebre epopeya otros autores contemporáneos.

Los artistas de la exposición son: Kalle Ahola, Martti Hömppi, Voitto Isosaari, Ullakaisa Kaarlela, Alpo Koivumäki, Hanna Korkeakoski, Urpo Koskela, Veikko Kuhno, Eero Leinonen, Reijo Lindfors, Väinö Oja, Asser Pajarinen, Erkki Pekkarinen, Timo Peltonen, Erkki Pirtola, Eero Räisänen, Veikko Räsänen, Mauri Rönni, Johannes Setälä, Pentti Sipola, Markku Susimäki, Jussi Tukiainen y Teuvo Tuukki.

Si la cultura y tradiciones de Finlandia no son suficientes para atraer nuestra atención; ni la historia mítica de Kalevala, la obra de Gallen-Kallela o el arte finés nos interesan; si no hemos leído a Mika Waltari ni a otros novelistas; si tampoco practicamos deportes de invierno, ni travesías por paisajes nevados entre bosques de abedules, Finlandia se presenta como un inmejorable destino turístico estando ya próximas las fechas navideñas o de Joulupukki –nombre finés que se le da a Papá Noel– y sus renos voladores, provenientes de la provincia finlandesa de la Laponia, a los que los chamanes sami daban de comer el hongo alucinógeno Amanita muscaria.

Santa Claus Village –o Pueblo de Papá Noel– es un parque temático situado en las proximidades de Rovaniemi, en Laponia.

Por si fuera poco, la ciudad finlandesa de Turku ha sido la elegida como Capital europea de la Cultura 2011. Pero las celebraciones no darán comienzo hasta el próximo 14 de enero.


Más información

Página web del Museo Gallen-Kallela

Página web de la Sociedad de Literatura Finlandesa

ITE Art - ‘A Kalevala Mindscape’


Enlaces de interés

Turku, Capital europea de la Cultura 2011

Comunicado sobre Turku de Europa Press

Kalevala Melody (kantele)


Bibliografía

‘Kalevala’, Elias Lönnrot. Alianza editorial

‘Así es Finlandia’, Matti Skola. Otava

‘Cartas finlandesas’, Angel Ganivet. Diputación de Granada


Imagen de ‘El mito de Aino’, de Gallen-Kallela (detalle del tríptico).