sábado, 12 de febrero de 2011

El ‘blues’ es más triste sin Gary Moore


Algo tan natural y consustancial a los seres vivos como es el hecho del óbito, a los contemporáneos del fallecido, y siempre según el grado de la empatía debida, nos producirá, además de sorpresa por no esperada, el efecto lógico de una noticia lamentable. Más o menos dolorosa dependiendo de la pro-ximidad, el apego o la pasión que sintamos o nos una al interfecto.

A veces, como ha ocurrido en esta ocasión, puede resultarnos como un jarro de agua fría. Sobre todo a los numerosos prosélitos que, todavía incrédulos, recordarán –aun sin encontrarle ningún sentido– el coro de la famosa canción tradicional irlandesa que Gary Moore versionó junto a Phill Lynott cuando ambos pertenecían a Thin Lizzy, es decir, ‘Whiskey in the Jar’: “Musha rig um du rum da / Whack fol the daddy O”, que cuenta la historia de un bandolero que es traicionado por una mujer, sin que quede muy claro si se trata de una amante o una prostituta.

Como un jarro de agua fría habrá sido sin duda para muchos amantes del blues y el rock la sorprendente noticia de la muerte del guitarrista norirlandés, el pasado domingo 6 de febrero, en que hemos visto ese whiskey de la jarra transfigurado en el agua amarga que no queremos creer –y menos beber–, pero que nos ha convulsionado a todos como un inesperado baño a bocajarro. Un sorpresivo e inclemente aguacero, ahora que hasta “el cielo está llorando” su repentina muerte.

Robert William Gary Moore, nacido el 4 de abril de 1952 en Belfast, ha muerto debido a causas naturales, según informaron las autoridades competentes. Su cuerpo fue hallado sin vida –y, al parecer, sin señales de violencia– en la habitación del Kempinski Hotel Bahía de Estepona (Málaga), cuando contaba 58 años de edad y el alcohol (champagne, brandy) y la brisa del Mediterráneo colmaban su espíritu. Las pruebas apuntan a un posible infarto, nada tan turbulento como lo que se narra en la vieja canción popular irlandesa. Aunque, si se quiere ver así, en circunstancias no exentas de cierto romanticismo para un bluesman, que, con su trágica muerte, alcanzará sin duda más aún la categoría de mito. No olvidemos, por ejemplo, que Jimmy Hendrix, otro grande de la guitarra al que Moore admiraba, murió en un hotel londinense por una sobredosis de cocaína.

Vaya desde aquí un sentido homenaje a este magnífico guitarrista y su maravillosa música de imborrable recuerdo. Homenaje al que me sumo a través de la audición de todos y cada uno de los temas del memorable e imprescindible ‘Blues alive’. Porque “todavía tengo el blues”, y su blues seguirá siempre vivo entre nosotros.



Enlaces de interés

Página web oficial de Gary Moore

Vídeo ‘Parisienne walkways’

Noticia sobre la muerte de Gary Moore en ‘The Sun’

Fotografia de Gary Moore fuente ‘Rock Blox’