viernes, 27 de diciembre de 2013

‘Beyond the Edge’, el Everest en 3D


“Fueron las montañas las que me introdujeron en las aventuras que había soñado siendo un muchacho”. Edmund Hillary.

El pasado 29 de mayo se cumplieron 60 años de la primera ascensión al Everest, llevada a cabo por Sir Edmund Hillary y el sherpa Tenzing Norgay en 1953, miembros ambos de la expedición que lideraba el coronel británico John Hunt.

Antes de que finalizara este año, pues, era inevitable recordarlo aquí. Y la excusa perfecta ha sido la noticia divulgada hace apenas unos días en los medios acerca de la película neozelandesa titulada ‘Beyond the Edge’, el film que recrea aquella increíble gesta, en esos tiempos pioneros al filo de lo imposible, relatando fielmente aquella primera ascensión al techo del mundo con la combinación de material de archivo y una espectacular reproducción en 3D, que en la ceremonia de entrega de premios obtuvo el de la Mejor Película-Gran Premio Bilbao Hiria en la ya VI Edición del ‘BILBAO MENDI FILM FESTIVAL’, celebrado entre el 13 y el 22 de diciembre. El Jurado internacional consideró que el film “narra una mítica gesta de montaña a un público mayoritario ofreciendo nuevos alicientes e informaciones sobre una historia bien conocida”.

En esta su última edición, el certamen cinematográfico reunió en Bilbao a más de 6.500 asistentes a sus proyecciones, atrajo a otros 7.500 a las diversas actividades paralelas, y logró una amplia difusión en los medios de comunicación tras haber proyectado más de 60 películas a concurso procedentes de 12 países. (Ver programa completo).

Esta magnífica película sobre la épica aventura montañera que se proyectó en el Auditorio de la Alhóndiga de Bilbao el pasado jueves 19 de diciembre en su versión original en inglés, con traducción simultánea en castellano y euskara, ha sido dirigida por Leanne Pooley, que contó con la colaboración de la familia de Hillary, fallecido el 11 de enero de 2008 a la edad de 88 años, y producida por Mathew Metcalfe. Se trata de una producción neozelandesa de 2013, de 93 minutos de duración, de la que el Jurado del Festival valoró también que “transita con maestría por la fina arista que divide el cine accesible para todos los públicos de las mejores expectativas de los expertos en la materia”.

Hay que decir además que Chad Mott, el actor que encarna a Hillary, elegido por su gran parecido físico con el mítico montañero neozelandés, es en realidad un reputado artista y animador digital, que ha trabajado en buena parte de la filmografía de su compatriota Peter Jackson, el director de la saga de El Señor de los Anillos.

‘Beyond the Edge’ es al mismo tiempo una historia clásica sobre un triunfador y su acompañante y una experiencia cinematográfica fascinante. Un relato sobre la capacidad de resistencia, determinación y valor del ser humano frente a las grandes adversidades, como sin lugar a dudas representa la ascensión a la montaña más alta del planeta, contando solo con la fuerza y los rudimentarios materiales y medios de una época que quedará para siempre en los anales de la historia del alpinismo.


Trailer de la película ‘Beyond the Edge’.


Fotografía de Edmund Hillary y Tenzing Norgay. 

viernes, 20 de diciembre de 2013

‘Operación Dulce’, lo último de Ian McEwan


El novelista y guionista inglés Ian McEwan, nacido en la localidad de Aldershot, en el condado de Hampshire, el 21 de junio de 1948, tuvo una infancia viajera, pues se vio obligado a trasladar su residencia en numerosas ocasiones debido a la condición militar de su padre. Tras abandonar sus estudios, McEwan viajó a Grecia, donde se ganó la vida como barrendero. Posteriormente asistió a las universidades de Sussex y East Anglia. En esta última fue el primer estudiante inscrito en el curso de Escritura creativa impartido por el también escritor Malcolm Bradbury (1932-2000), quien fuera profesor de literatura inglesa y americana en dicha universidad. Sus dos primeras compilaciones de relatos resultaron muy controvertidas, pues McEwan desarrolló en ellas un estilo muy elaborado para narrar extraños relatos cotidianos salpicados de obsesiones sexuales, perversidad y muerte. La temática de sus obras, su talento como narrador y su particular sentido del humor le han convertido en uno de los escritores más considerados de la literatura inglesa actual. Nombrado Caballero de la Orden del Imperio Británico, es para muchos uno de los novelistas del Reino Unido más importantes del siglo XX.

Tras esa primera colección de relatos titulada ‘Primer amor, últimos ritos’, aparecida en 1975, publicaría dos años después ‘Amor perdurable’, saludada por la crítica como una obra maestra. Un inquietante thriller que describe la relación entre un escritor y un admirador obsesivo, en el que su protagonista sufre el síndrome de Clerambault. Lo que los antiguos psiquiatras describían como “la locura del amor casto”, una disfunción que correspondía siempre a un ser idealizado. Un trastorno en el que el sujeto desarrolla la delirante convicción de que es amado por otra persona, cuando no es así en la realidad.

En 1998 a McEwan le fue concedido el prestigioso galardón Booker Prize por su novela ‘Amsterdam’, siendo por ello objeto de una gran polémica. Su gran éxito internacional le llegó en 2007 con la celebrada ‘Expiación’, un best-seller mundial cuya adaptación al cine le supuso ser nominada a siete Premios Oscar.

La ya undécima novela de Ian McEwan, ‘Operación Dulce’, es una historia en la que el autor combina el pulso narrativo y el misterio de los thrillers de espionaje de Graham Greene o John Le Carré con un apasionado relato de amor y sexo. Todo ello aderezado con los visos de una amena comedia, pues el autor ha sido capaz de escribir una novela maliciosamente divertida sobre la Guerra Fría. McEwan, además, da una última vuelta de tuerca a esta admirable novela superando incluso el famoso final de la citada ‘Expiación’.

En su argumento, McEwan se sirve de la excusa que representa uno de los aspectos más llamativos de la Guerra Fría, es decir, la tensa amenaza mutua de las dos superpotencias con la hecatombe nuclear, pretendiendo ambas además ganar adeptos para su causa en el resto del mundo. Para paliar el influjo de los intelectuales más pro soviéticos en Occidente, incluidos Gran Bretaña y los Estados Unidos, se procede a sufragar y espolear la divulgación de aquellos artistas independientes y escritores que eran más críticos con los regímenes del otro lado del Telón de Acero, como sería el caso de André Malraux, Albert Camus o George Orwell.

McEwan crea con la joven Serena Frome, la bella hija de un obispo anglicano, otro espléndido personaje. Una chica de buena familia, tan brillante e ingenua como sentimental y aventurera, que es reclutada en Cambridge por el MI5, el servicio secreto británico, gracias a la intervención de su amante. La misión de la muchacha es crear una fundación para apoyar a los literatos anticomunistas más prometedores. Así las cosas, Serena conoce a Tom Haley, un joven escritor ávido de éxito, y también a Max, su oscuro y orgulloso superior, con los que formará un singular triángulo amoroso.


Fotografía de Ian McEwan © Joost Van Den Broek


sábado, 30 de noviembre de 2013

Tres obras inéditas de Salinger en Internet


La noticia sobre la aparición de tres cuentos inéditos del autor de la celebérrima novela ‘El guardián entre el centeno’, Jerome David Salinger, fallecido en su retiro de Cornish, New Hampshire en 2010, ha causado un gran revuelo mediático desde el pasado jueves en que se divulgó. Probablemente el misántropo escritor se revolvería en su tumba si supiera que sus obras, que nunca quiso publicar, se han filtrado recientemente en Internet. 

Los textos originales de ‘Paula’, ‘The Ocean Full of Bowling Balls’ (El océano lleno de bolas de bolera) y ‘Birthday Boy’ (El chico del cumpleaños) se hallan protegidos en los archivos de dos universidades estadounidenses, Princeton y el Centro Harry Ransom de Texas, pudiendo ser únicamente consultados por investigadores autorizados. Sin embargo, en 1999, más de una década antes de la muerte de Salinger, estos tres relatos se compilaron en una edición ilegal titulada ‘Three Stories’ de tan solo 25 ejemplares, que fueron publicados en Londres. Uno de estos libros ha sido subastado el pasado mes de septiembre en eBay, vendiéndose por 27 libras esterlinas. Al parecer, este es el origen del archivo PDF que ahora ha circulado en la Red. El crítico de Los Angeles Times, David L. Ulin y otros expertos han confirmado que la autoría de los tres cuentos filtrados corresponde a J. D. Salinger.

Ya el pasado mes de agosto, el escritor y guionista Shane Salerno, biógrafo de Salinger y realizador de un documental sobre el huraño autor, aseguraba que cinco obras inéditas del escritor estadounidense serían publicadas a partir de 2015. Por su parte, The New York Times informó en su día de que Salerno tuvo noticia de ello por dos fuentes cercanas a Salinger, “independientes y separadas”, según las cuales el escritor habría confiado a los responsables de su herencia la publicación, a partir de ese año, de al menos cinco libros, algunos totalmente nuevos y otros prolongaciones de obras anteriores. No obstante, el hijo del escritor, Matthew Salinger, declinó hacer declaraciones sobre esos posibles planes al ser consultado por la prensa.

Uno de los tres relatos, ‘The Ocean Full of Bowling Balls’, precuela de ‘El guardián entre el centeno’, cuyo único ejemplar disponible hasta ahora estaba bajo la supervisión de la biblioteca de Princeton, fue concebido para la revista Harper’s Bazaar, si bien Salinger decidió retirarlo antes de que fuera publicado. El relato conecta con la trama de su obra más famosa, la célebre novela de iniciación protagonizada por el joven Holden Caufield que encumbró a Salinger en el mundo de la literatura y de la que se han vendido más de 60 millones de ejemplares en todo el mundo. El cuento que ahora ha sido difundido trata sobre el hermano menor de Holden, que en la referida novela se llama Allie pero que en esta historia adopta el nombre de Kenneth Caufield. En él aparece una misiva que Holden escribe a Kenneth mientras éste está en un campamento de verano. Custodiada en Princeton, según la agencia Reuters, la universidad mantiene el acuerdo en virtud del cual se establece que la novela no puede ser publicada hasta el 2060.

En 1965 Salinger se retiró al campo y dejó de publicar sus trabajos, aunque nunca dejó de escribir. A ‘El guardián entre el centeno’ la siguieron ‘Nueve cuentos’ (1963), ‘Franny y Zooey’ (1961), ‘Levantad, carpinteros, la viga maestra’ (1963) y ‘Seymour: una introducción’ (1963). Por último, tras su aislamiento en una granja en Cornish (New Hampshire), publicaría ‘Hapsworth 16, 1924’.

Según informó The New York Times, entre las obras de Salinger que pueden ser publicadas está una colección, que se llamaría ‘The Family Glass’ y añadiría cinco historias nuevas a un conjunto de narraciones anteriores sobre la familia Glass, que ya aparecía en ‘Franny and Zooey’. Otra colección incluiría versiones retocadas de una obra conocida pero aún no publicada, ‘The Last and Best of the Peter Pans’ (1942), en la que aparece la familia Caufield. 


viernes, 15 de noviembre de 2013

Los 50 años de ‘Rayuela’. Cortázar y el jazz


“Si algo me hubiera gustado es ser lo bastante músico como para dominar la técnica de un instrumento de jazz y lanzarme a improvisar a la manera de un Charlie Parker”.  Julio Cortázar.

Con motivo del cincuentenario de la publicación de ‘Rayuela’, la novela más leída y emblemática del escritor argentino Julio Cortázar, la Fundación Juan March de Madrid, creada en 1955 por el financiero español Juan March Ordinas como una institución que desarrolla sus actividades en el campo de la cultura humanística y científica, en esta ocasión se ha unido a dicha celebración convocando un excelente ciclo de conciertos de jazz.

Asimismo, la Fundación ha editado una publicación digital que recoge el universo jazzístico en el pensamiento y la obra del escritor a partir de sus propios textos, correspondencia, entrevistas y artículos, seleccionado todo ello por José Luis Maire, vicepresidente de AEDOM (Asociación Española de Documentación Musical), bibliotecario musical (Biblioteca Fundación Juan March), musicólogo y profesor del Master en Gestión de la Documentación Musical (UAM). (Descargar PDF – 278 KB).

La Fundación ha elaborado también una selección de libros de la biblioteca personal de Cortázar que muestran su gran afición por el jazz, y que se expondrán al público en los días de los conciertos, en el vestíbulo de su Salón de actos y en el hall de la Biblioteca de la Fundación. En esta biblioteca se hallan muchos de los libros que acompañaron a Cortázar desde muy joven. La visita virtual a su biblioteca presenta un total de 3786 títulos, de los que 855 libros contienen la firma de Cortázar y 515 libros están dedicados por sus correspondientes autores y amigos. Por último, como complemento al ciclo de conciertos, la página web de la Fundación ofrece una selección de imágenes que ilustran los múltiples vínculos del escritor con el jazz. (Ver galería).

Como explicaría el propio Cortázar, el jazz no fue para él una simple fuente de entretenimiento, sino que le condicionó su manera de escribir. Los conciertos de este ciclo recrean el swing que impregnó su escritura a partir de tres de sus obras más musicales: ‘Rayuela’, por sus capítulos de ambiente jazzístico; ‘El perseguidor’, cuyo personaje se inspira en Charlie Parker, y ‘La vuelta al piano de Thelonious Monk’, la crónica que escribió tras el mítico concierto en Ginebra del cuarteto de Monk en marzo de 1966. (Ver vídeo).

Su pasión por esta música acabó moldeando su creación literaria, hasta el extremo de que su escritura, libre e improvisada, puede considerarse como un reflejo de los elementos compositivos del jazz.

Los conciertos serán los días 16 de noviembre (‘La vuelta al piano de Thelonious Monk’ - Moisés P. Sánchez Trío, a las 12 y 19 horas), 23 de noviembre (‘Rayuela’ en música - Federico Lechner Quinteto, a las 12 y 19 horas), y 30 de noviembre (Charlie Parker, ‘El perseguidor’ - Perico Sambeat Quartet, a las 12 horas). El primero de ellos con un programa diferente en cada una de las dos sesiones.


Más información

Página web de la Fundación Juan March

sábado, 9 de noviembre de 2013

El otoño en el Hayedo de Montejo


Si hay un bosque por excelencia que admirar o fotografiar en otoño por su vistoso colorido y el porte de sus ejemplares, muchos de ellos centenarios, es el hayedo. En este caso, el Hayedo de Montejo, conocido popularmente como el más meridional de Europa, si bien el dato no es del todo cierto, es sin duda uno de los enclaves boscosos más singulares que podemos visitar en la provincia de Madrid. Bordeado por el incipiente río Jarama, que en ese tramo delimita la de Madrid con la provincia de Guadalajara, sus hayas se asoman a él en la umbría y pendiente ladera de su margen derecha, entre algunos robles que, al igual que éstas, sus troncos y ramas se ven cubiertas de ese característico liquen denominado comúnmente como “barba de capuchino” (usnea barbata) propio de zonas húmedas y frías, lo que les confiere y acentúa más aún su aspecto de bosque de hadas o duendes, en el que también se pueden observar abedules, acebos, rebollos, avellanos, cerezos silvestres, serbales y brezos, aunque en una proporción mucho menor.

Respecto a la fauna existente en el hayedo, hay que señalar la presencia de especies como el corzo, el jabalí, el tejón, la nutria, la garduña, el gato montés, la perdiz, el azor, el águila calzada, el cárabo común, el picapinos y el mirlo acuático, u otras aves como el herrerillo, el carbonero o el arrendajo.

De las 250 hectáreas protegidas que componen los montes de El Chaparral y La Solana, pertenecientes a la Sierra de Ayllón, solo unas 122 hectáreas del primero son de hayedo puro, en donde podemos contemplar hayas que, incluso, algunas tienen su propio nombre, como es la de la Roca, la más emblemática y asombrosa por tener más de 250 años.

Pero fue allá por el año 1460 cuando el pueblo de Montejo compra a un noble de Sepúlveda el monte de hayas y robles, a orillas del río Jarama, conocido como El Chaparral, hoy el Hayedo de Montejo de la Sierra. No obstante, se produjo algún que otro contencioso por la propiedad de dicho monte. En un principio los señores de Buitrago expresaron que la propiedad era suya, pero según reza la tradición el propio Emperador Carlos I de España y V de Alemania dejaría bien claro que el citado monte y bosque pertenecían desde entonces a la aldea de Montejo.

En 1974, por decreto del Ministerio de Agricultura, al paraje se le declara Sitio Natural de Interés Nacional. Más recientemente, en 2005, el Hayedo de Montejo fue declarado por la UNESCO Reserva de la Biosfera de la Sierra del Rincón como ejemplo de gestión de este territorio, ajustada a pautas de sostenibilidad, que limitan la afluencia de visitantes velando así por su buena conservación. Por tanto, es importante tener en cuenta que el acceso al hayedo no es libre; para acceder a él es necesario adquirir un pase, que puede obtenerse en la oficina que la Comunidad de Madrid tiene en la cercana localidad de Montejo de la Sierra.

Más información

El permiso gratuito de acceso restringido se consigue en el Centro de Recursos de Montaña de Montejo de la Sierra, situado en la calle Real, nº 64, hacia al final del pueblo en dirección al hayedo; llamando al teléfono 91 869 70 58, o bien a través de la web


Fotografía Hayedo de Montejo © Fernando Torres

martes, 22 de octubre de 2013

100 años del nacimiento de Robert Capa


“Si tus fotos no son lo suficientemente buenas, es que no te has acercado lo suficiente”. Robert Capa.

Hoy se cumple un siglo del nacimiento del corresponsal gráfico Robert Capa (Budapest, Hungría, 22 de octubre de 1913 – Thai Binh, Vietnam, 25 de mayo de 1954), seudónimo de Endre Ernö Friedmann, conocido autor de la mundialmente célebre fotografía titulada ‘Muerte de un Miliciano’, tomada en el frente de Córdoba, el 5 de septiembre de 1936, y que ha sido objeto de polémica en cuanto a su autoría. La icónica instantánea muestra la muerte de Federico Borrell García, un miliciano anarquista. El soldado fue capturado por la cámara de Capa en el mismo momento en que le impacta una bala, y está ataviado con ropas de civil pero con un cinturón de cuero con municiones. Borrel ya había sido retratado en varias ocasiones durante ese día pues Capa realizaba un reportaje sobre su unidad. Realizada durante el periodo de la Guerra Civil Española, para Robert Capa las únicas armas fueron sus viejas Rolleiflex y Contax, que empleó siempre haciendo alarde de un gran talento y efectividad, lo que le ha supuesto ser el reportero gráfico de guerra más famoso del siglo XX.

Sin embargo, detrás de su oficio y los comienzos como fotoperiodista hubo una mujer, a la que conocería en su Budapest natal durante la depresión económica de 1929. Tanto es así que de no ser por ella no habría llegado a ser el gran fotógrafo que ahora celebramos. El nombre de esa mujer era Eva Besnyo, quien desde muy joven demostró un gran interés por la fotografía. Para Eva resultaba más productivo el hacer fotografías que cumplir con sus deberes escolares. Y muy pronto se dedicó a ello empleando su cámara Kodak Brownie. Su pasión y un gusto especial por este arte influyeron a Endre, que de esa forma tuvo el primer contacto con el mundo de la fotografía.

Otro factor determinante en la vida de Endre a los diecisiete años y esperando acabar sus estudios, fue conocer a uno de esos buenos amigos con una gran iniciativa en los proyectos que emprendía, que le da excelentes consejos, le apoya económicamente y le pone en contacto con las personas apropiadas. Ese gran amigo fue Lajos Kassák, quien, con una ideología socialista, decidió ayudarle por su calidad de artista, y dando a conocer la fotografía como medio social para denunciar las injusticias del sistema capitalista y divulgando trabajos en sus seminarios como los de Lewis Hine y Jacob Riis.  

En aquellos días la situación política empeoraba por momentos con la imposición de un gobierno fascista en Hungría, lo que obligó al joven Endre a salir del país junto a un gran número de jóvenes que se sentían oprimidos por la falta de un gobierno democrático y las necesarias garantías económicas.

Tras su paso por Alemania, Endre viaja a París, donde conoce al fotógrafo David Seymour quien le consigue un trabajo como reportero gráfico en la revista ‘Regards’ para cubrir las movilizaciones del Frente Popular.

Entre 1932 y 1936, tratando de escapar del nazismo, Endre, establecido en Francia, conoce a la fotógrafa alemana Gerda Taro, que acabaría siendo su compañera. Y para tratar de potenciar la cotización de los trabajos de la pareja a menudo rechazados, se inventan el nombre de un supuesto fotógrafo norteamericano de nombre Robert Capa, utilizando indistintamente ambos dicho seudónimo. Esta invención propicia la base de la polémica sobre quién de los dos tomó en realidad algunas de sus más relevantes fotografías.

Al estallar la Guerra Civil Española en julio de 1936, Endre, ya conocido como Robert Capa, se traslada a España con su novia para cubrir los principales acontecimientos de la contienda española. Implicado en la lucha antifascista y con la causa de la República por bandera, estuvo presente, desde ese lado, en los principales frentes de combate, desde los inicios en el frente de Madrid hasta la retirada final en Cataluña.

Siempre en primera línea de fuego, de aquellos días data la citada fotografía ‘Muerte de un Miliciano’, al que un historiador de Alcoy identificó como el anarquista Federico Borrell García. No obstante, un documental titulado ‘La sombra del iceberg’ (2007) niega tal atribución con médicos forenses, testigos y documentos del archivo local de Alcoy. Asimismo, muestra la inconsistencia de dicha tesis y aporta nuevas fotos de la secuencia del miliciano que avalan una posible puesta en escena, así como la posibilidad de que la instantánea no la tomara Capa, sino su mujer.

Gerda Taro moriría en la batalla de Brunete un año después de la realización de la mítica fotografía. “La pequeña rubia” como la llamaban los milicianos españoles, había sido testigo de la victoria republicana en Brunete, donde había realizado muchas fotografías. Pero los nacionales llevaron a cabo un sorpresivo contraataque, y Gerda, que había abandonado ya Brunete, decidió volver demostrando una indiscutible valentía. En aquella batalla de Brunete los republicanos tuvieron que escapar ante la barbarie nacionalista. Gerda lo hizo subida a un coche de un jefe de las brigadas internacionales. Al ir de pie en el coche, en una curva salió despedida y por desgracia un tanque le pasó por encima. Era el mes de julio de 1937. Poco después del fatal atropello, Gerda falleció cuando faltaba poco para que cumpliera los 27 años.

Según la CNN, en enero de 2008 se encontró una valija perdida por Capa donde se hallaron numerosos negativos de fotografías que realizó en la Guerra Civil Española; un tesoro de un valor histórico incalculable. Según un artículo publicado en la prensa, quedaría de manifiesto que dicho grupo de instantáneas fueron tomadas a 10 kilómetros del frente, en la localidad de Espejo, no en el Cerro Muriano como también se dijo que se efectuó la del abatimiento del miliciano Borrell, donde en esas fechas tenían las tropas republicanas su cuartel general.

Durante la II Guerra Mundial, Robert Capa estaría presente en los principales escenarios bélicos de Europa. Desde 1941 a 1945 viaja por Italia, Londres y Norte de África. Del desembarco aliado en Normandía, el 6 de junio de 1944, conocido como el día D, son clásicas sus fotografías tomadas junto a los soldados que desembarcaban en la playa llamada Omaha en la operación. Asimismo plasmó con su cámara la liberación de París. Por su gran trabajo documental durante este conflicto, fue galardonado por el general Eisenhower con la Medalla de la Libertad.

En 1947 creó, junto con los fotógrafos Henri Cartier-Bresson, Rodger, Vandiver y David Seymour, la agencia Magnum Photos, donde Capa realizó una gran labor profesional, no solamente en lugares en guerra sino también en el mundo artístico, en el que tenía grandes amistades, entre las que se encontraban Pablo Picasso, John Steinbeck y Ernest Hemingway.

En 1954, cuando Capa se encontraba en Japón visitando a unos amigos de antes de la guerra, fue llamado por la revista ‘LIFE’ para reemplazar a otro fotógrafo en Vietnam, durante la Guerra de Indochina. En la madrugada del 25 de mayo, mientras acompañaba a una expedición del ejército francés que se incursionaba en la espesura de una zona boscosa, inesperadamente pisó una mina y murió, siendo el primer corresponsal americano que moría en esa guerra, terminando así su valiente vida profesional. 

jueves, 10 de octubre de 2013

Recordando a Edith Piaf y su himno al amor


Una vez estuve en casa de Edith Piaf. En realidad un minúsculo apartamento en el parisino barrio de Ménilmontant. Me presenté allí sin avisar y llamé a la puerta de ese inmueble del 5, Rue Crespin du Gast con la sana intención de visitar lo que hoy es su museo. Me abrió la puerta un hombre que al principio me recriminó el no haber llamado por teléfono para pedir cita, a lo que yo le expuse mi ignorancia, pues en la oficina de turismo no me habían advertido de nada, dándome solo la dirección en la que se encontraba la casa de esta buena mujer. Finalmente, aquel hombre me dejó pasar sin más reparos y, una vez dentro, me permitió curiosear solo por el domicilio, retirándose tras poner un disco de la Piaf en el tocadiscos de época para una mejor ambientación de la pequeña residencia y acogida al visitante como debía tener por costumbre.

Allí estaban el oso raído de peluche ya deslucido y algo sucio que recibió Piaf en vida como regalo, y que aparece en la película biográfica estrenada hace algunos años; o los viejos guantes de boxeo de su novio, el marroquí Marcel Cerdan, apodado el “Bombardero de Marruecos”, entre una serie de objetos entrañables que recordaban los años de su corta vida. Pues Edith Giovanna Gassion moriría a los 47 años de edad debido a causa de un cáncer hepático. Sus restos mortales descansan en el parisino cementerio de Père Lachaise.

Di un repaso rápido con la vista a todos los demás recuerdos de la cantante que allí reposaban, pero me quedó persistente en la memoria el que me había despertado la visión del adminículo pugilístico del malogrado Cerdan, que fallece en un trágico accidente aéreo cuando se trasladaba de París a Nueva York para reunirse con su amada Edith, un 27 de octubre de 1949. Dos meses después tenía que pelear en la revancha contra Jake LaMotta. Pero desgraciadamente su avión se fue a estrellar en una montaña de las Azores.

Después de una vida de denodada lucha y lejos de ser color de rosa, Edith Piaf moriría también ese mismo mes del año 1963; un 10 de octubre, tal día como hoy hace 50 años. Aunque se dio como fecha oficial la de su traslado a París, es decir, el día 11 de este otoñal y para ella fatal mes. Por cierto, el mismo día en que muere su gran amigo, el polifacético Jean Cocteau, quien al enterarse de su muerte, y antes de morir él mismo, diría que nunca había conocido un ser más desprendido de su alma: “Ella no entregaba su alma, ella la regalaba, ella tiraba oro por las ventanas”.

viernes, 4 de octubre de 2013

Liber 2013, el libro frente a la crisis


Liber 2013 pretende demostrar la vitalidad del sector del libro a pesar de la actual crisis. La feria profesional del libro más importante del mundo editorial en español abre por primera vez sus puertas al público con el Festival “Literatura” a partir de hoy viernes.

Con Chile como país invitado en esta ocasión, la Feria, que se celebra desde el pasado miércoles hasta el día seis en la casa de Casa de Campo de Madrid, se reinventa iniciándose este año con el propósito de que este evento profesional del libro en español se convierta en el más importante del sector y sea el lugar idóneo para el encuentro y el debate sobre las oportunidades y retos a los que se enfrenta el mundo del libro hoy en día.

Así lo explicaría el presidente de la Federación del Gremio de Editores (FGEE) y de la Federación de Cámaras del Libro (Defedecal), Javier Cortés, quien junto con el presidente de Meetting y Salones, Enrique Lacalle, realizaba la presentación de esta nueva edición. Cortés resaltó que Liber 2013 tiene como principal objetivo trasladar a la sociedad la importancia cultural, social y económica que tiene el sector del libro en España y fuera de sus fronteras.

Liber 2013 contará esta vez con la participación de 450 empresas, un 40 por ciento de ellas internacionales, y más de 350 compradores extranjeros, con dos diferentes apartados que este año son el salón profesional (del 2 al 4 de octubre) y el salón abierto al público en general (del 4 al 6 de octubre) en el que los visitantes podrán realizar sus compras de libros y participar del encuentro con los escritores que acuden a la feria.

El escritor Eduardo Mendoza ha sido el encargado de inaugurar hoy viernes el salón abierto al público. Día en el que además tendrá lugar también una mesa redonda sobre novela negra en la que participan Dolores Redondo, Lorenzo Silva y Juan Madrid.

“Literatura y felicidad” será el tema de otra de las mesas redondas que contará con los escritores Nativel Preciado, Amelia Valcárcel y José Antonio Marina. Y el sábado, día 5, Juan Eslava Galán, Javier Sierra, Ernesto Pérez Zúñiga y Santiago Posteguillo serán los protagonistas del coloquio sobre “Novela romántica”.

El libro digital, como no podría ser de otra forma, también estará presente en la programación, en concreto, en “El Córner digital”, donde las empresas especializadas en la mercadotecnia, comercialización y demás servicios relacionados mostrarán sus productos.

Paralelamente, la feria convocará las habituales jornadas profesionales que constituirán  cinco sesiones y, como novedad esta vez, Jornadas LIBER y Symposium.

El presidente de la Federación del Gremio de Editores, Javier Cortés mencionó que “el sector editorial en español, en 2012, se consolidó como la principal industria cultural española, y la cuarta del mundo, gracias a los 5.461 millones de euros que facturaron sus empresas tanto en el mercado interior como en el exterior, a pesar de la crisis”.

Datos económicos a los que sin duda ha colaborado el importante mercado exterior del libro en Latinoamérica. En 2012 el 30 por ciento de la producción editorial española se distribuyó fuera del país, “lo que le convierte en una de las principales bases de la difusión del español en el mundo”.

Según se desprende del Informe de Comercio Exterior que publica la Federación de Cámaras del Libro (FEDECAL) las exportaciones alcanzaron los 527,34 millones de euros, lo que representa un incremento del 4,1 por ciento. Según refirió Enrique Lacalle, “las ventas en el exterior de la industria editorial se muestran como una de las palancas que puede aprovechar el país para su desarrollo”.

Por su parte, la Federación del Gremio de Editores de España (FGEE) afirmó que en 2012 el sector de libro facturó en el mercado interior 2.471,49 millones de euros por la venta de libros. Lo que representa un 10,9 por ciento menos que en el anterior ejercicio.


Más información

martes, 24 de septiembre de 2013

El futuro del periodismo en el Hay Festival


En la sesión prólogo de la octava edición del Hay Festival Segovia, anticipo del programa general, previsto del 26 al 29 de septiembre, del célebre certamen de ámbito internacional que aúna las letras y las artes dando cabida a un centenar de autores y artistas de una veintena de países, el presidente de la IE University, Santiago Íñiguez, lanzaba al aire la inevitable pregunta respecto al consabido debate sobre el futuro del periodismo: ¿hasta cuándo van a seguir saliendo periódicos en papel?

Desde los tiempos de la Revolución francesa, y según lo expresara el influyente político y escritor irlandés Edmund Burke (1729-1797), la prensa había sido considerada el “cuarto poder” hasta la llegada de los medios de comunicación de masas como fueron radio, televisión y, actualmente, Internet. Dialogando acerca de los desafíos a los que se enfrenta la prensa tradicional, el periodista holandés Joris Luyendijk, responsable de un acreditado blog perteneciente al diario británico The Guardian, y el director adjunto de El PAÍS, Vicente Jiménez, ambos coincidieron en que en estos nuevos tiempos revolucionarios el periódico en papel dejará de ser el soporte de la noticia para permitir una información actualizada al minuto, donde coexistan el texto y lo audiovisual. Según explicó Luyendijk, el futuro periodismo de investigación necesitará medios fuertes capaces de hacer frente al poder gracias a una gran audiencia. Y que sufragar un equipo de periodistas de investigación podría conseguirse a través de donaciones anónimas o de ONG.

Por su parte, Jiménez, uno de los directores de un diario que pertenece al mayor grupo mediático de España, con casi dos millones de lectores en su edición impresa y también diario líder en Internet, lamentó que el Gobierno no tome partido a favor de gestionar medidas que posibiliten la viabilidad de las empresas periodísticas. Ya que en su opinión el poder político prefiere que las empresas editoras subsistan a duras penas y haya “medios adocenados, débiles y vulnerables”. Jiménez afirmó que hay que enfrentar el futuro de la prensa sin dramatismo pero con valentía, y aclaró que el soporte no es el problema. Solo las grandes organizaciones están capacitadas para resistir los ataques del poder y son garantes de que el periodismo logre sobrevivir. En su opinión, “la independencia, que no es otra cosa que tener capacidad de decidir libremente, cuesta dinero. Los débiles son más vulnerables, necesitamos encontrar un modelo industrial”.

El Hay Festival reunirá toda su actividad entre el jueves y el domingo próximos, con más de un centenar de autores, entre ellos Mario Vargas Llosa, Lorenzo Silva, José Caballero Bonald o Antonio Muñoz Molina. Además de las conversaciones con escritores, poetas y artistas, entre otros actos, se celebrarán los 40 años de relación entre España y China, bajo el patrocinio de la Embajada de la República Popular de China en España y la Universidad IE, con la exposición “100 proyectos contemporáneos de arquitectura china”.


Más información


Enlace de interés



Fotografía cartel (detalle) © Aurelio Martín

sábado, 7 de septiembre de 2013

La fotografía de José Ortiz Echagüe


José Ortiz Echagüe (1886-1980) fue un ingeniero militar, piloto y fotógrafo español. Como ingeniero su trabajo en el campo de la aviación y el automovilismo fue muy relevante. En 1903 ingresaría en la Academia de Ingenieros Militares de Guadalajara, ciudad en la que nació, y después de sus estudios serviría en la unidad de globos aerostáticos en la Guerra del Norte de África. En 1911 obtiene los títulos de piloto de globos y piloto de aviación. En 1923, tras su vuelta definitiva del Norte de África, funda Construcciones Aeronáuticas S.A. (C.A.S.A.) y más tarde, en 1950, crea la primera fabrica española de automóviles en cadena llamada SEAT, de la que sería Presidente ejecutivo hasta 1976, año en que es nombrado a título vitalicio Presidente de honor de la compañía.

Como fotógrafo artístico sería muy popular y reconocido internacionalmente. En 1935 la revista American Photography estimó a Ortiz Echagüe como uno de los tres mejores fotógrafos del mundo. Algunos críticos lo consideran el mejor fotógrafo español hasta el momento, siendo la fotografía una apasionante afición a la que dedicaba solo su tiempo libre, en especial los fines de semana y durante sus viajes. Por sus trabajos artísticos, temática y formación se le podría considerar el representante de la generación del 98 en materia de fotografía. Habitualmente se le incluye dentro de la llamada corriente del pictorialismo fotográfico español, si bien tal denominación no agradara demasiado al maestro.

Su obra la encuadra en la plasmación de las características que definían a un pueblo, como son sus costumbres y atuendos, las tradiciones ancestrales y los pintorescos lugares en los que habitan. Y lo expresaba de una manera muy personal, cercana a la pintura, a menudo mediante los efectos que conseguía durante el proceso del positivado.

Su primera cámara se la regalaron en 1898, desde entonces y durante 75 largos años efectuó miles de instantáneas, las cuales revelaba él mismo usando una técnica al carbón Fresson, habitual en sus años de juventud y que pronto quedaría desfasada. Sin embargo, él la empleó durante toda su carrera artística, lo que daba un matiz especial a los positivos, lo que permite que sus obras sean fácilmente reconocibles. Con está técnica lograba un mayor contraste y tonos más enérgicos que proporcionaban gran dramatismo a las fotografías. El papel se recubría con una capa de gelatina sensibilizada con dicromato y con un pigmento negro que después se lavaba con agua y serrín.

El papel Fresson es un procedimiento de impresión fotográfica que sería empleado a principios del siglo XX. El proceso fue descubierto y perfeccionado por Théodore Henri Fresson a finales del siglo XIX y consistía en un proceso similar a la impresión al carbono a la que también se ha dado el nombre de “papel al carbón”. En 1903 lo patentó la empresa Fresson bajo el nombre de ‘papel fresson’.

José Ortiz Echagüe estuvo empleando este proceso desde 1906 hasta 1966, año en que cesó su comercialización y entonces compró la patente del proceso y le dio el nombre de ‘Carbondir’ pues no podía llamarlo ‘Fresson’. Así pudo continuar utilizándolo en las fotografías que llevó a cabo.

Toda su obra la realizó en blanco y negro, clasificando él mismo ese trabajo de “antropología pictorialista” agrupado en cuatro libros, a saber: Tipos y Trajes (1930), España, Pueblos y Paisajes (1939), España Mística (1943) y España, Castillos y Alcázares (1956). A estas colecciones también se deben añadir otras dos series: Marruecos y fotos familiares. De ellas cabe destacar especialmente la serie de Marruecos, que fue realizada durante su estancia en el país entre 1909 y 1916 como ingeniero militar en el entonces Protectorado Español de Marruecos.


Enlace de interés


Fotografía Moro del Rif, 1909 © Ortiz Echagüe 



domingo, 18 de agosto de 2013

Murió Jacques Vergès, ¿el Voltaire del siglo XX?


Ha muerto el abogado del diablo, Jacques Vergès, conocido por su mediación como defensor de grandes villanos del siglo XX. Entre sus clientes más conocidos figuraron el nazi Klaus Barbie, apodado el Carnicero de Lyon, o el terrorista venezolano Carlos, alias El Chacal. Al igual que Voltaire, el abogado Jacques Vergés fue odiado por algunos, admirado por otros y temido y respetado por una gran mayoría.

Aquejado de una grave bronquitis crónica que no acabó de curar, Vergès murió en París la noche del pasado jueves de un ataque al corazón a los 88 años. Precisamente cuando se encontraba en la casa de unos amigos junto al Sena y frente al Museo del Louvre. En el mismo domicilio en el que murió el escritor Voltaire en 1778 y donde Vergès solía pasar algunas temporadas desde que hace un par de años sufriera su primer ataque al corazón. “Un lugar ideal para este último golpe de efecto que debía ser la muerte de este actor nato”, resaltó su editorial, Pierre-Guillaume de Roux, en un comunicado en el que confirmaba la muerte de este, y que publicó en febrero sus memorias, ‘De mon propre aveu. Souvenir et rêveries’ (Con mis propias palabras. Recuerdos y reflexiones), “al igual que Voltaire, cultivaba el arte de la revuelta y de los giros permanentes”.

Voltaire fue el primer escritor francés que se implicó públicamente en un asunto judicial. En cierta ocasión el escritor, historiador, filósofo y abogado francés defendió a un criminal convicto llamado Jean Calas al que creía inocente con total convencimiento. En este caso histórico, al parecer, Voltaire estaba en lo cierto y de esa forma consiguió limpiar el nombre de Calas a la vez que demostraba al mundo que París era una ciudad donde la justicia siempre debería prevalecer frente a los prejuicios de la intolerancia religiosa y las flagrantes injusticias. No obstante, Jean Calas, un modesto comerciante que residía en Toulouse y que desde entonces es conocido por haber sido víctima de un juicio parcial debido a su condición de protestante, finalmente fue ejecutado. En Francia se le considera todo un símbolo de esa intransigencia religiosa que imperaba en su tiempo, algo contra lo que de manera vehemente abogaba Voltaire, que se caracterizó por su tolerancia y defendió la convivencia pacífica entre hombres de distintas creencias y religiones; al contrario que, por ejemplo, Montesquieu con el que discrepaba de una forma manifiesta.  

El 9 de marzo de 1762, el parlamento de Toulouse sentenció a muerte a Jean. Al día siguiente se ejecutó la sentencia y murió clamando su inocencia. Tras ser torturado se le ejecutó y el cadáver fue quemado en la hoguera. Francia era un país mayoritariamente católico y el catolicismo era la religión estatal. En su época, la dura represión del protestantismo iniciada por el rey Luis XIV con la revocación del edicto de Nantes había comenzado a ablandarse, sin embargo los protestantes apenas si eran solamente tolerados.

Tanto Calas como su esposa eran protestantes. Louis, uno de los hijos de Calas, se convirtió al catolicismo en 1756. Entre el 13 y 14 de octubre de 1761, el primogénito de Calas, Marc-Antoine, fue hallado muerto en la planta baja de la residencia familiar. Al interrogar a la familia, al principio declararon que había sido asesinado por obra de un ladrón. Más tarde asegurarían que encontraron a Marc-Antoine ahorcado. Y dado que la Iglesia consideraba el suicidio como el más aborrecible crimen perpetrado contra uno mismo, dispusieron todo lo necesario para que la muerte de su hijo Marc-Antoine pareciese un estrangulamiento a consecuencia de un robo. Según comenzó a rumorearse entonces, Jean Calas habría asesinado a su hijo al enterarse de que, también él, pretendía convertirse al catolicismo. Sin indagar realmente si esta había sido la intención de Marc-Antoine, se le declaró mártir y se le sepultó de acuerdo con el rito católico, y se acusó a su padre de asesinato.

Voltaire, que sostenía que el cristianismo era la raíz de todo fanatismo dogmático,  tendría noticia del caso Calas mientras se encontraba refugiado en Ginebra –donde también chocó con la mentalidad calvinista de los ginebrinos– debido a algunas desavenencias con Federico II –que también motivaron su expulsión de Alemania– y a la negativa de Francia de aceptar su regreso.

El hijo de Jean, Pierre Calas, que había sido desterrado, estaba seguro de la inocencia de su padre y logró convencer al filósofo, que en un principio sospechaba que Calas hubiese actuado por fanatismo anticatólico. Para lograr la revisión del proceso, Voltaire publicó, en 1763, el Tratado sobre la tolerancia con motivo de la muerte de Jean Calas. Finalmente, el 9 de marzo de 1765, se reconoció la inocencia de Calas, cuya memoria y la de su familia fue rehabilitada.

Por su parte, Jacques Vergès, defensor de individuos como el nazi a cuyo cargo estaba el mando de la Gestapo durante la ocupación alemana de la ciudad de París, Klaus Barbie, y militante anticolonialista, fue defensor también del celebérrimo terrorista venezolano Carlos, alias El Chacal. En la memoria colectiva estará muy presente la magnífica película de Fred Zinnemann basada en la gran novela de Frederick Forsyth en la que el objetivo de El Chacal, contratado por la entonces organización terrorista francesa de extrema derecha llamada OAS (Organisation de l’Armée Secrète), es atentar contra la vida del Presidente de la República Francesa, el general Charles De Gaulle.

La historia que narra Forsyth parte de un hecho real, el intento de asesinato del entonces presidente Charles de Gaulle, cometido por un comando del grupo terrorista OAS, liderado por un oficial veterano de la Guerra de Independencia de Argelia llamado Jean-Marie Bastien-Thiry. Comienza con una detallada descripción del atentado contra la vida de De Gaulle y el fusilamiento de Bastien-Thiry. A partir de ahí, el escritor comienza a desarrollar su personal trama de ficción.

No obstante, el real e histórico Ilich Ramírez Sánchez, más conocido como Carlos El Chacal, un venezolano que durante muchos años fue uno de los fugitivos internacionales más buscados, fue miembro del Frente Popular para la Liberación de Palestina (FPLP) y posteriormente de un grupo propio que en la actualidad cumple condenas de cadena perpetua en Francia por el asesinato de dos agentes de la DST (Direction de la Surveillance du Territoire), es considerado terrorista por los estados de Francia, Israel y los Estados Unidos, mientras que otros estados como Venezuela, Libia, Argelia, Siria y Palestina lo consideran un héroe de la causa árabe.

Un halo de misterio rodea también al brillante penalista de madre vietnamita, Jacques Vergès, incluso en la fecha de su nacimiento, que oficialmente consta el día 5 de marzo de 1925 en Oban, Tailandia, donde su padre era cónsul de Francia. Si bien algunos biógrafos fechan su nacimiento un año antes. Su infancia la pasaría en la isla francesa de La Reunión y muy joven se dirige a Londres para enrolarse en la Fuerzas Francesas Libres del general De Gaulle. En 1945 ingresa en el Partido Comunista francés, donde demuestra una militancia anticolonialista. Durante su periodo como estudiante en París, cuenta entre sus amigos con el mismísimo Pol Pot, el joven que con el tiempo se convertiría en el sanguinario dirigente militar camboyano.

Entre los años 1951 a 1954 vivió en Praga afiliado a la Unión Comunista de estudiantes, una temporada en la que fueron frecuentes sus viajes, codeándose con el futuro presidente de la República Democrática Alemana, Erich Honecker, o con Alexandre Chelepine, el que fuera jefe de los servicios secretos soviéticos del KGB. De vuelta a Francia, presta juramento como abogado en 1955.

Durante la guerra de independencia de Argelia continúa su actividad profesional y en 1957 se encarga de la defensa de la que años más tarde fuera su mujer, es decir, la militante del FNL (Frente de Liberación Nacional) Djamila Bouhired, condenada a muerte por terrorismo. Vergès consigue que fuera indultada y liberada.

Con la independencia de Argelia en 1962, se instala en Argel, donde es nacionalizado y convertido al Islam. Realiza varios viajes entre los que destaca el que hace a Pekín, allí es recibido por Mao, o sus traslados a Beirut junto a importantes miembros de la OLP (Organización para la Liberación de Palestina).

Tras un lapso de tiempo en el que su biografía no está muy clara –si bien se cree que permaneció en Camboya–, en 1982 reaparece para el juicio a la terrorista de extrema izquierda alemana, Magdalena Kopp; y seguidamente, en 1987, en el del citado Klaus Barbie, condenado por crímenes de lesa humanidad. En los años noventa defendió, entre otros, al ya citado Carlos El Chacal y a un tal Omar Raddad, acusado de matar a la mujer que le había dado empleo como jardinero. Uno de los sucesos con el consiguiente juicio más mediatizados de Francia por aquellas fechas. Y ya en 2011 corre a su cargo el juicio celebrado en Camboya en defensa del jemer rojo Khieu Samphan.

Unos años antes, en 2004, entrevistado para el periódico francés desaparecido en 2011 France Soir cómo sería capaz de defender a Sadam Husein contestó: “Defender a Sadam no es una causa perdida. Defender a Bush es la causa perdida”, obviamente se refería a George W. Bush. En otra entrevista realizada por EL PAÍS hace algunos años con motivo de la aparición de un documental sobre su vida titulado ‘El Abogado del Terror’, Vergès declaraba: “En todos los criminales hay una parte de humanidad. En Klaus Barbie había también un hombre que sufría”.


Fotografía de Jacques Vergés © Alain Aubert / Le Figaro

domingo, 11 de agosto de 2013

El legado perdido de Orson Welles


Aparece casualmente en un almacén en Italia una película perdida de uno de los grandes genios del cine, ‘Too much Johnson’ (1938), rodada tres años antes que ‘Ciudadano Kane’, y que al parecer verá la luz en octubre próximo.

Seguramente porque para muchos el cine tiene un antes y un después de Ciudadano Kane, ópera prima de Orson Welles (1915-1985), el descubrimiento en unos almacenes de Italia de ‘Too much Johnson’, representa un gran acontecimiento para la historia del séptimo arte y la multitud de aficionados que le profesan su devoción. La película que todo el mundo, incluido el propio Welles, daban por perdida, ha sido ahora encontrada de manera insólita en la pequeña localidad italiana de Pordenone y seguidamente restaurada meticulosamente en Holanda y Estados Unidos. ‘Too much Johnson’ será proyectada públicamente el mes de octubre, como así lo anunció en su portada digital el diario The New York Times.

“Todo lo que rodea a esta historia es extraordinario y misterioso, como no podía ser menos tratándose de Welles”, explicó al periódico EL PAÍS Paolo Cherchi Usai, encargado de la recuperación de esta filmación y conservador jefe del departamento de cine del George Eastman House de Nueva York. “Solo puedo decir que cuando el material llegó a mis manos sentí una emoción indescriptible, la más grande de toda mi carrera… ¡Tenía al bebé de Orson Welles en mis brazos!”.

‘Too much Johnson’ es una alocada comedia muda, que el célebre director rodó en 1938 para que fuera proyectada junto a una obra de teatro del mismo título. El proyecto acabó siendo un fracaso y la película quedó sin terminar y relegada al olvido. Tres meses después del fiasco, con tan solo 23 años, Welles se haría enormemente popular gracias a su programa de radio ‘La guerra de los mundos’, y tres años después, en 1941, llegaría su primera obra maestra, la celebérrima ‘Ciudadano Kane’. La historia de un importante financiero estadounidense, Charles Foster Kane, dueño de una importante cadena de periódicos, de una red de emisoras, de dos sindicatos y de una cuantiosa colección de obras de arte que fallece inesperadamente, y que antes de hacerlo pronuncia una enigmática palabra: “Rosebud”, movilizando a un grupo de intrigados periodistas que emprende una investigación para desentrañar el misterio. La película es un hito de la historia del cine pues supuso una revolución en la manera de rodar consolidando el lenguaje cinematográfico al uso hasta 1941, proponiendo asimismo nuevas alternativas en aspectos tales como la profundidad de foco, la complejidad en el sonido y la estructura narrativa.   

Las pesquisas en la búsqueda de ‘Too much Johnson’ acabaron en España hace décadas, ya que Orson Welles aseguraría que el filme se había quemado en un incendio en su casa de Madrid. Los diferentes viajes que Welles llevó a cabo por Europa como un nómada suntuoso, le ocuparon sus últimos años de vida. La película hallada llevaba décadas abandonada en Pordenone, una localidad que precisamente es conocida por su exclusivo festival de cine mudo.

En esta curiosa historia, Pordenone, una pequeña ciudad entre Venecia y Trieste, tiene ahora un inesperado e importante protagonismo. La sede de la asociación Cinemazero, un baluarte pertinaz abanderado y defensor del cine independiente y de calidad, organiza cada año el referido festival conocido como Le giornate del cinema muto. Y esto ha sido posible en gran parte a la pasión y perseverancia de sus socios y a la colaboración de la Cinemateca de la Región Friuli Venezia Giulia. La 32ª edición de este singular festival se iniciará en esta ocasión el próximo 5 de octubre con la esperada proyección de la obra rescatada e inédita de Welles, visionada en su día solo por el propio Welles y unos pocos amigos. A buen seguro la película será todo un hallazgo a descubrir y disfrutar para todos aquellos incondicionales del famoso actor, director, guionista y productor de cine estadounidense de fama mundial. Considerado uno de los artistas más versátiles del siglo XX tanto en el ámbito del teatro, la radio como en el del propio cine.


Fotografía de Orson Welles dirigiendo ‘Too much Johnson’ (1938). Cortesía de © A.M.P.A.S.

viernes, 19 de julio de 2013

El fascinante mundo de la macrofotografía


La fotografía de aproximación o macrofotografía es aquella que nos permite obtener imágenes de objetos o seres vivos de muy pequeño tamaño, de modo que si por ejemplo fotografiamos un insecto cuya dimensión sea de 1 cm, este ocupará ese mismo tamaño en el encuadre de la pantalla o el visor. A esto se le llama relación 1:1. Sin embargo, si empleásemos lentes y accesorios apropiados conseguiríamos alcanzar la escala 1:10, es decir, aumentaríamos su tamaño real hasta diez veces, y es más, con todo lujo de detalles. En la mente de todos estarán las imágenes de los ojos de una mosca u otros insectos que gracias a estas fotografías tan definitorias, se nos mostrarán de una manera asombrosamente inhabitual, y que son muy útiles en otros campos como son los estudios científicos de los entomólogos, o los de los botánicos si la fotografía de la que se trate sea una planta o una flor.

Un pequeño pero apasionante mundo a descubrir y capturar con nuestras cámaras, que hasta ese momento nos pasaba desapercibido, y que en ocasiones no desmerece en belleza a las fotografías de paisajes tomadas con un objetivo gran angular u otros intermedios. Para ello trataremos de elegir el hábitat ideal, lugares con mucha vegetación, húmedos y soleados, a buen seguro en ellos hallaremos diversas especies. Por lo general, y sin llegar a los antes referidos niveles de aumento, en esta época estival y dados sus llamativos colores, una de las especies de insectos preferidas por los aficionados en este campo serán los lepidópteros, es decir, las múltiples variedades de mariposas; o los anisópteros, más conocidos como libélulas, unos fascinantes insectos esencialmente veraniegos, si bien suele aplicarse el nombre también en un sentido más amplio para designar a todos los odonatos. El término “odonato” proviene de la contracción de dos palabras griegas: odontos (diente) y gnathos (mandíbula). El apelativo fue acuñado por primera vez por el naturalista y economista danés Johan Christian Fabricius en 1792, y hace referencia a las potentes mandíbulas que tienen las especies de este primitivo orden de insectos alados integrado por libélulas y caballitos del diablo.

Como decíamos antes, el hábitat natural donde podremos observar y fotografiar a las libélulas o sus parientes cercanos así como a las pequeñas efémeras, lo encontraremos en los alrededores de lagos, ríos, arroyos o tierras pantanosas, ya que sus ninfas son acuáticas. Las libélulas no producen picaduras a los seres humanos, y son excelentes como depredadores controlando las poblaciones de otros insectos como los mosquitos y las moscas que en ocasiones son transmisores de enfermedades como el dengue y la gastroenteritis. Por tanto debemos ser respetuosos y pensar que llevan a cabo una tarea importante para preservar el medio natural en el que vivimos o al que acudimos esporádicamente en nuestras excursiones fotográficas o senderistas.

Volviendo a la técnica fotográfica, ya sea con cámara de película o digital, compacta o réflex, deberemos seleccionar el modo “macro”, habitualmente representado por una flor. De esta manera la cámara nos permitirá acercarnos lo más posible al insecto, siempre y cuando esté posado. En el caso de las libélulas, estas suelen ser menos huidizas que las mariposas. Otro tanto ocurre con los caballitos del diablo, que efectúan vuelos cortos para regresar pronto a su percha, en la que permanecen unos minutos, tiempo suficiente para retratarlos. El truco, pues, está en conseguirlo aproximándonos sin que nuestro insecto se asuste y emprenda el vuelo de nuevo. Algo que deberemos aceptar si sucede y no por ello desmoralizarnos.

En cuanto a la composición de la fotografía cada fotógrafo tendrá su propio estilo, si bien por cuestiones estéticas habría que tener en cuenta ciertas premisas, como son que el insecto se vea íntegro, incluidas antenas y patas si se trata de una mariposa; dejar cuando encuadremos más espacio en la dirección en la que mira el sujeto, lo que en el gremio se llama “dejar aire”; y por último, no ajustarlo demasiado al encuadre, que aparezcan otros elementos del paisaje como serían hojas o ramas en las que se apoye. A no ser que se prefiera lo contrario por otras razones, ver más en detalle, por ejemplo.

La fotografía que ilustra este artículo, un zigóptero (Zygoptera), que son un suborden del orden Odonata, conocidos popularmente como los citados caballitos del diablo, fue tomada a mediados de este mes de julio junto a la Cascada de Rovellanos, en la población de Canencia (Madrid). Un lugar recóndito, apartado, que presenta cierta dificultad al subir por la empinada margen rocosa que remonta el arroyo Matallana por una senda a veces poco clara, que en ocasiones hay que intuir superando un desnivel acumulado de unos 220 metros, y por ello poco frecuentado, afortunadamente. Pero tras un refrescante baño en la poza situada al pie de la chorrera, resulta ser un sitio ideal para hacer unas magníficas fotos con macro de estos invertebrados.


Fotografía de zigóptero © Fernando Torres

sábado, 6 de julio de 2013

El universo turbador de Franz Kafka


El pasado 3 de julio se cumplían 130 años del nacimiento del escritor más emblemático de la literatura universal, Franz Kafka, conocido mundialmente por su famosa obra titulada ‘La metamorfosis’, entre otras muchas fruto de su fecunda imaginación y su particular manera de entender y sentir la vida. En este su aniversario, recordamos al inmortal autor checo de lengua alemana, nacido en 1883 en la bonita ciudad de Praga, y que moriría en 1924 en el sanatorio de Kierling, cerca de Viena.

De familia judía, se adhirió al sionismo y pensó realizar un viaje a Palestina, si bien no lo llegó a llevar a cabo. En la Universidad de su ciudad natal estudió derecho obteniendo, en 1906, el doctorado en dicha especialidad. Hasta 1908 se empleó en la carrera judicial, aunque poco después trabajaría en una compañía de seguros, donde permanecería hasta 1917, año en el que la tuberculosis que padecía le forzó a ausentarse en varias ocasiones, hasta que finalmente tuvo que abandonar ese trabajo de forma definitiva en 1922. Desde el año 1908 hasta 1913 Kafka realizaría diferentes viajes por Italia, Francia, Alemania y Austria. Sus novelas, caracterizadas según algunos críticos por su “realismo mágico”, son claras manifestaciones de sus conflictos interiores, como son las relaciones con su padre, el amor, el odio al trabajo burocrático y lo que representaba para él la culpabilidad y la condena en la vida del ser humano. En vida Kafka publicó muy poco y sus grandes obras maestras se salvaguardaron gracias al también escritor, compositor y periodista checo Max Brod, al cual le unía una gran amistad. Afortunadamente, Brod desobedeció la orden de Kafka para que a su muerte destruyera todos sus escritos. Póstumamente se publicarían también las cartas escritas a su traductora checa, Milena Jasenka, cuyo titulo es ‘Cartas a Milena’. Aunque Kafka exigió a su amigo Brod que quemara todos sus escritos tras su fallecimiento, el que fuera albacea del gran escritor no respetó su última voluntad. Después de la invasión de Alemania a Checoslovaquia en 1939, Brod se trasladó a Palestina llevándose consigo todos los manuscritos de Kafka. A la muerte de Brod en 1968, los documentos pasaron a manos de su secretaria Esther Hoffe. En el testamento, el custodio de los escritos de Kafka pidió a la mujer que los cediera a la Universidad Hebrea de Jerusalén o a la Biblioteca pública de Tel Aviv. Sin embargo, Hoffe prefirió legar los manuscritos a sus hijas, lo que generó un conflicto entre las instituciones académicas y los herederos de la exsecretaria de Brod. En 2009 comenzó un juicio contra los herederos de los manuscritos de Franz Kafka que finalizó el año pasado cuando un tribunal israelí ordenó que los documentos de Max Brod, incluidos los citados manuscritos, fueran transferidos a una biblioteca nacional de Israel.

El oprimente y angustioso mundo en el que el individuo se encuentra impotente y solo frente a poderes hostiles e incomprensibles es tan característico del autor que para referirnos en la vida a circunstancias enrevesadas, absurdas o atormentadas empleamos con naturalidad el adjetivo “kafkiano”, y eso da una inequívoca idea de su gran influencia en la cultura occidental como escritor. La literatura de Kafka representa la impotencia del ser humano frente al agente externo, que puede resultar siendo una grotesca y monstruosa transformación, como en ‘La Metamorfosis’, o la presencia de una homogénea y cerrada comunidad que atormenta al personaje protagonista de su obra conocida como ‘El Castillo’. Sin lugar a dudas Kafka es el mejor escritor que representa el permanente estado de frustración del ser humano.

Un breve ejemplo de su narrativa, que no excede en demasía el espacio de este blog, lo tenemos en el siguiente relato.

‘El puente’

Yo era rígido y frío, yo estaba tendido sobre un precipicio; yo era un puente. En un extremo estaban las puntas de los pies; al otro, las manos, aferradas; en el cieno quebradizo clavé los dientes, afirmándome. Los faldones de mi chaqueta flameaban a mis costados. En la profundidad rumoreaba el helado arroyo de las truchas. Ningún turista se animaba hasta estas alturas intransitables, el puente no figuraba aún en ningún mapa. Así yo yacía y esperaba; debía esperar. Todo puente que se haya construido alguna vez, puede dejar de ser puente sin derrumbarse.

Fue una vez hacia el atardecer –no sé si el primero y el milésimo–, mis pensamientos siempre estaban confusos, giraban siempre en redondo; hacia ese atardecer de verano; cuando el arroyo murmuraba oscuramente, escuché el paso de un hombre. A mí, a mí. Estírate puente, ponte en estado, viga sin barandales, sostén al que te ha sido confiado. Nivela imperceptiblemente la inseguridad de su paso; si se tambalea, date a conocer y, como un dios de la montaña, ponlo en tierra firme.

Llegó y me golpeteó con la punta metálica de su bastón, luego alzó con ella los faldones de mi casaca y los acomodó sobre mí. La punta del bastón hurgó entre mis cabellos enmarañados y la mantuvo un largo rato ahí, mientras miraba probablemente con ojos salvajes a su alrededor. Fue entonces –yo soñaba tras él sobre montañas y valles– que saltó, cayendo con ambos pies en mitad de mi cuerpo. Me estremecí en medio de un salvaje dolor, ignorante de lo que pasaba. ¿Quién era? ¿Un niño? ¿Un sueño? ¿Un salteador de caminos? ¿Un suicida? ¿Un tentador? ¿Un destructor? Me volví para poder verlo. ¡El puente se da vuelta! No había terminado de volverme, cuando ya me precipitaba, me precipitaba y ya estaba desgarrado y ensartado en los puntiagudos guijarros que siempre me habían mirado tan apaciblemente desde el agua veloz.

Franz Kafka

sábado, 22 de junio de 2013

Diez años de ‘París no se acaba nunca’


El pasado jueves día 20 en Madrid, en un importante centro comercial, el escritor catalán Enrique Vila-Matas celebró el 10º aniversario de su célebre novela ‘París no se acaba nunca’, a cuyo evento asistieron un gran número de sus incondicionales lectores.

En dicho acto el autor estuvo acompañado por su colega de letras Marcos Giralt Torrente, con quien mantuvo una amena charla con motivo de la reciente reedición conmemorativa. Para este nuevo lanzamiento de una de sus novelas más divertidas, editada ahora por Seix Barral, Vila-Matas ha incorporado al texto un bonito prefacio con el que nos abre las puertas e invita a leer el relato de sus primeros pasos en la literatura como escritor, y que nos adentra en los vericuetos y vicisitudes parisinas como quien entra, con ese elegante savoir-faire y la naturalidad de su irónica escritura, en la vida de un escritor que tampoco parece acabarse nunca.

Se trata del autoretrato de un aprendiz de escritor en un estado permanente de impostada desesperación por imitar a sus mitos literarios en los cafés de París, lo que convierte a esta novela iniciática en un homenaje al desencanto y la esperanza de los años de juventud. El Vila-Matas de entonces pasea por lo que él llama el barrio, Saint-Germain-des-Prés, aparentando ser un escritor maldito, espiando la vida bohemia de sus amigos artistas y sus más sorprendentes anécdotas, mientras se despide de la poesía y de la felicidad de la escritura imaginaria.

El libro se inicia cuando el autor decide viajar a Key West (Florida) a inscribirse en la edición anual del tradicional concurso de dobles del escritor Ernest Hemingway. El singular encuentro tiene lugar en el Sloppy Joe's, el bar favorito del escritor cuando vivía en Cayo Hueso, en el extremo sur de Florida. Una competición que, según Vila-Matas, supone enfrentarse a un gran grupo de individuos robustos, de mediana edad y una poblada barba cana; todos ellos idénticos a Hemingway, iguales incluso en su faceta más majadera, una impar experiencia sin parangón.

Como lleva años bebiendo y engordando, Vila-Matas piensa en no desaprovechar la oportunidad, pues cree que cada vez más se parece físicamente a su ídolo de juventud, al contrario de lo que opinan su mujer y sus amigos. Y para darles una lección a todos, provisto de una barba postiza, se presenta ese mismo verano al referido concurso.

Divertido, el escritor relata que hace el ridículo más espantoso, pues no es que quede el último, ya que el jurado no descubre que la barba es falsa, sino que es descalificado por su absoluta falta de semejanza física con Hemingway.

Con esa ironía tan vilamatiana a la que ya nos tiene felizmente acostumbrados el autor catalán, en esta obra quiso hacer una revisión de los dos años de juventud que pasó en París tratando de emular la experiencia vital, bohemia y literaria, del Hemingway de ‘París era una fiesta’, que allí fue “muy pobre y muy feliz”, al contrario que Vila-Matas, que fue muy pobre y muy infeliz. Además, descubrió que, como decía John Ashbery, después de vivir en París, uno queda incapacitado para vivir en cualquier sitio, incluido París. En realidad pretende narrar, en un intento de ofrecer a sus lectores datos realmente biográficos, una novela disfrazada en una suerte de malabarismo literario con el cual de lo escrito todo es verdad porque todo está inventado. Pues a fin de cuentas un relato autobiográfico es una invención entre otras muchas. Un experimento intelectual que vino a llamarse “autoficción”, y que Vila-Matas desarrolla siempre con una original técnica muy personal y culta.

Como trata de explicarnos en el prólogo escrito para esta nueva edición de la novela que presenta la editorial Seix Barral, Vila-Matas recuerda bien que, mientras escribía el libro, pasaba de lo real a lo ficticio sin sentir que cruzaba ese límite, así como su bilingüismo le llevaba, en su vida cotidiana en Barcelona, a trasponer catalán y castellano sin pausa y con naturalidad; a traspasar esa frontera de una manera tan feliz que no se apercibía de qué lengua usaba en tal momento u otro, como si realmente utilizara siempre un solo idioma.

Además de lo que en ella se cuenta de lo sucedido o no en París durante ese periodo de tiempo de los años setenta en el que el escritor vivió en una pequeña buhardilla del número cinco de la Rue Saint-Benoît, alquilada a Marguerite Duras, en aquellos días Vila-Matas redactaría una novela breve titulada ‘La asesina ilustrada’. Un librito que pretendía asesinar a todo aquel que lo leyera, si bien los consejos de Marguerite Duras, que le hablaba en un francés superior, son para calificar la idea de disparate. Y el desconcertado Enrique se ve obligado a mantener el asesinato dentro de los estrictos márgenes del libro. Cómo la desarrolló la novela viene explicado también en ‘París no se acaba nunca’. En ese pequeño texto de principiante ya se podía vislumbrar lo que después serían las constantes de su obra, es decir, los juegos intertextuales, la urdimbre de la ficción… En ‘París no se acaba nunca’ Vila-Matas fusiona de manera magistral lo autobiográfico con la ficción y el ensayo. Después del éxito conseguido con ‘El mal de Montano’, el autor demostró con esta obra una lograda y armoniosa síntesis de las variadas facetas de su singular narrativa, que han hecho de él un autor de éxito a nivel internacional, traducido a varios idiomas, y que ha sido elogiado y premiado numerosas veces.


Fotografía de E. Vila-Matas © Fernando Torres

martes, 11 de junio de 2013

Zabala y el nuevo Parque Nacional


En estas fechas son muchos los montañeros, senderistas o excursionistas que esta primavera, que comenzó un tanto atípica y destemplada, con la mejoría del tiempo y la proximidad del verano se han lanzado a recorrer los senderos, escalar las desafiantes paredes graníticas o a realizar ascensiones por nuestro ya flamante Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama, 34.000 hectáreas repartidas entre la Comunidad de Madrid y Castilla y León (Sistema Central), recientemente aprobado por el Senado.

Los intentos de reivindicar ideales tan evidentes como el valor paisajístico y ambiental de la Sierra de Guadarrama se remontan más de un siglo. Ya en 1920, la Sociedad de Alpinismo Peñalara propondría que la sierra de Guadarrama fuera declarada Parque Nacional por el valioso interés de su ecosistema de abedules, robles, avellanos, acebos, sauces, enebros, jara, narcisos, rosales silvestres e importantes pinares; así como por su fauna, entre la que cuenta con la presencia de emblemáticas especies como el águila imperial ibérica, el águila real, el buitre negro y el leonado, la cigüeña, el halcón, el milano, la cabra hispánica, el corzo, el jabalí, la liebre y el conejo, la ardilla, la nutria, la gineta, el tejón, el gato montés o el zorro, por citar solo algunas de las más representativas. Sin olvidarnos de nuestros ríos, cuyas aguas cristalinas, fruto del deshielo y las abundantes precipitaciones que se han dado este año, brincan con brío entre las rocas de sus cabeceras, y en los que se desarrolla la vida de especies ictícolas como la trucha arco iris, la trucha común, la boga, o la carpa, entre otras.

De entre las montañas englobadas en el nuevo Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama, muchas de ellas de suaves relieves, destacan cumbres sobresalientes como son Peñalara (2.428 m), el pico más alto de todo el Parque Nacional; Risco de los Claveles (2.387 m), Cabezas de Hierro (2.383 m), el más alto de la Cuerda Larga; Risco de los Pájaros (2.334 m), Dos Hermanas (2.285 m), Cerro de Valdemartín (2.280 m), Bola del Mundo o Alto de las Guarramillas (2.265 m), La Maliciosa (2.227 m), El Nevero (2.209 m), el más septentrional del Parque Nacional; Siete Picos (2.138 m), La Najarra (2.108 m), La Peñota (1.945 m), Perdiguera (1.862 m), perteneciente a la Sierra de la Morcuera; el Monte Abantos (1.753 m), el más meridional del Parque regional periférico; El Yelmo (1.717 m), el más importante de la Pedriza, y Cabeza Reina (1.470 m). Montañas que siempre tuvo muy presentes José Fernández Zabala, uno de los primeros montañeros españoles, pionero en la pasión por descubrir la belleza de nuestras cimas y la naturaleza que las rodea. Escaladas que realizaba con alpargatas y cuerdas de cáñamo, pero también con una gran intuición, habilidad y valor allá en los albores del siglo XX. Entre ellas, destacó como aperturista de la vía al Pájaro, en la Pedriza, por lo que se fue convirtiendo en una figura legendaria del montañismo castellano y, por ende, del español.

Este madrileño, tipógrafo de profesión pero también escritor, poeta, editor, periodista autodidacta y conferenciante, sería el fundador de la Real Sociedad Española de Alpinismo Peñalara y activo socio del Club Alpino Español. Sus facetas culturales y trayectoria deportiva hicieron de él una persona querida y admirada por todos los que le conocieron. Tras su fallecimiento en 1923 se creó la ‘Peña Zabala’, que a través de diversas donaciones consiguió la construcción del refugio que en su honor lleva su apellido, elevado en un promontorio junto a la Laguna Grande de Peñalara, encargado al arquitecto Delgado Úbeda, el mismo arquitecto que construiría sobre el Balneario de Panticosa, en el Ibón de Respomuso, otro refugio igual al Zabala. En la actualidad, el modesto refugio conserva su función de resguardo y pernocta de montañeros; no para más de cuatro personas, pues la otra mitad del habitáculo está destinada a una pequeña estación meteorológica.

Zabala estudiaría el bachillerato en Madrid, para seguidamente matricularse en la Facultad de Ciencias Naturales (1910). Posteriormente aprendería el oficio de impresor en la imprenta de la que era gerente su padre. Casado con Clotilde Maurín, licenciada por la Universidad de París y profesora de Literatura Francesa en Madrid, se trasladan a París donde permanecerían dos años pensionados por el Patronato de Ingenieros y Obreros. Zabala se gradúa en la Escuela de las Artes del Libro. Como escritor, su ‘Manual de alpinismo’ (1910) sería el primero escrito en español para iniciarse en los deportes de montaña con consejos útiles como la técnica alpina, alimentación, indumentaria, accesorios, manejo de la cuerda y el piolet, así como itinerarios para excursiones. Le siguieron otras obras sobre la sierra de Guadarrama haciendo referencia a sus montañas más importantes. Asimismo, escribiría decenas de artículos periodísticos como colaborador en revistas especializadas.

En agosto de 1919, Zabala llega a Nueva York con la intención de dar a conocer en los Estados Unidos el libro escrito en castellano. Para ello abre una librería entre la Sexta y la Séptima avenida donde venden libros en español y en francés. Edita su primer catálogo de libros en español ‘Letras de España y de América’ en 1921, que tuvo bastante éxito entre la población hispanohablante. Sin embargo, Zabala fallece en Nueva York a la edad de 39 años, debido a un fallo del corazón en agosto de 1923. Sus restos reposan en el madrileño cementerio de la Almudena.


“En rededor de la chasca crujiente de retamas, / las manos ateridas hundidas en las llamas, / escuchando la parla humilde y sentenciosa / del guía, que nos cuenta una historia medrosa / de bandidos, recuerdo de los tiempos de mozo, / cuando, pastor entonces, levantaba su chozo / junto a una corraliza / al cobijo del cancho Centeno, en la Pedriza”. J. F. Zabala.

Fotografía del refugio Zabala (1992) © Fernando Torres