viernes, 30 de mayo de 2014

La Fundación MAPFRE inaugura hoy su nueva sala de exposiciones en Madrid


“Fotografiar es hurtar a la realidad instantes irrecuperables en el tiempo y el espacio para coleccionar el mundo al que pertenecen”.

La Fundación MAPFRE abre una nueva sala de exposiciones en la zona de Madrid donde se localizan las principales instituciones culturales de la capital. El centro, situado en la calle Bárbara de Braganza nº 13, en la esquina del Paseo de Recoletos, justo enfrente de la Biblioteca Nacional, contará desde hoy con más de ochocientos metros cuadrados repartidos en dos plantas independientes donde se mostrará la programación de fotografía que la Fundación venía desarrollando durante los últimos años.

En el año 2007 se decidió dar a la fotografía la importancia que se merece. En 2008, en su sede madrileña de Azca, se inauguró la bonita exposición “Coleccionar el mundo. Seis fotógrafos norteamericanos”, con la que presentaba, por primera vez en público, una importante parte de su colección de fotografía centrada en la segunda mitad del siglo XX. La Fundación adquirió la serie completa de Las hermanas Brown de Nicholas Nixon y con ella arrancó una incipiente colección fotográfica. La adquisición de esta serie vino a potenciar la nueva línea de programación de exposiciones que se iniciaron en enero de 2009 en la sala de Azca, que estaría basada en la obra de los grandes maestros y la de esos fotógrafos contemporáneos que, teniendo un reconocimiento internacional, aún no había sido expuesta su retrospectiva. Así hemos podido admirar los trabajos de Walker Evans, Fazal Sheikh, Graciela Iturbide, Lisette Model, Dayanita Singh, John Gutmann, Adam Fuss, Eugéne Atget, Gotthard Schuh, Lewis Hine, Hoppé, Jitka Hanzlová, Imogen Cunningham, etc. Desde entonces se han presentado las obras de un total de dieciocho autores, convirtiéndose en la única institución en Madrid que, de una manera estable, ofrecía y ofrece una programación de cuatro exposiciones fotográficas al año.

Con esta nueva sala, la Fundación MAPFRE quiere enfatizar su firme apuesta y compromiso con la difusión del arte de la fotografía. Para ello hoy mismo se inaugura este nuevo espacio, que se suma al de Azca y Recoletos en Madrid, comenzando con la exhibición de las fotografías de la británica Vanessa Winship. En 2011 Winship sería la primera mujer ganadora del prestigioso Premio Henri Cartier-Bresson. Además, la fotógrafa cuenta con el primer premio de la categoría ‘Stories’ del World Press Photo en las ediciones de 1998 y 2008; con el premio en la categoría ‘Descubrimientos’ de PhotoEspaña 2010, y con el Godfrey Argent Prize de 2008, otorgado por la National Portrait Gallery de Londres, entre otros galardones.


Enlace de interés

Página web de Vanessa Winship

SALA DE EXPOSICIONES BÁRBARA DE BRAGANZA
Calle Bárbara de Braganza, nº 13. Madrid

jueves, 15 de mayo de 2014

Petrović bajo un techo que se desmorona


La Asociación Cultural Hispano-Serbia Ivo Andrić, la Embajada de Serbia en España y Editorial Sexto Piso convocaron una charla con el escritor Goran Petrović.

El autor serbio conversó ayer en una librería del centro de Madrid con el periodista y escritor Alfonso Armada a propósito de la aparición de su última novela, ‘Bajo el techo que se desmorona’ y el resto de su obra.

Goran Petrović nace en 1961 en la ciudad serbia de Kraljevo, casualmente el mismo año que el escritor yugoslavo Ivo Andrić recibía el Premio Nobel de Literatura. Estudia literatura serbia y yugoslava en Belgrado, convirtiéndose con el tiempo en un autor relacionado con el Realismo mágico, algo que Petrović admitió en la presentación de su libro. Si bien aclaró que no todas las obras de los escritores de ese género le han parecido destacables o influido en su escritura. Pues su estilo modernista le ha valido ser calificado como de una “tierna, serena y sensorial capacidad expresiva; su prosa trasluce magia y poesía”. O también haber sido anunciado como “un narrador estimulante cuya imaginación hace pensar en un Borges romántico”.

“Es muy difícil ser original a principios del siglo XXI, porque los grandes temas, el amor, el odio, la traición, ya han sido trabajados desde la antigüedad. Ahora sólo nos queda trabajarlos de forma más moderna o, para expresarme con el lenguaje de la química: un escritor contemporáneo sólo hace un nuevo compuesto con esos elementos.”  G. Petrović.

Entre sus principales obras se encuentran ‘Consejos para una vida más fácil’, ‘La isla y los cuentos circundantes’, ‘El cerco de la iglesia de la Santa Salvación’, ‘Atlas descrito por el cielo’, ‘La mano de la buena fortuna’ y ‘Diferencias’; las tres últimas publicadas por la citada editorial, de las cuales las dos más recientes fueron galardonadas con el máximo reconocimiento de las letras serbias, el premio NIN.


Sinopsis

En una pequeña aldea serbia, durante una tarde dominical del año 1980, alrededor de treinta personajes peculiares se reúnen en el cine Uranija para ver una película. El cine se encuentra en lo que otrora fuera el Gran Hotel Jugoslavija, y su techo está cubierto por un papel tapiz que muestra un cielo estrellado. Tras la Segunda Guerra Mundial y la llegada del comunismo, el hotel es nacionalizado y proyecta únicamente películas soviéticas y yugoslavas. Sin embargo, desde la ruptura entre Tito y Stalin, en el cine se pueden ver películas occidentales, y esa tarde en particular estará marcada por un dramático anuncio que supuso el fin de una era: la muerte del mariscal Tito.

Con este trasfondo, Goran Petrović ha creado un maravilloso microcosmos serbio, retratando personajes que muestran de una manera por demás irónica los anhelos y contradicciones experimentados por la sociedad serbia durante el convulso siglo xx. Nos encontramos, por ejemplo, con un oficial del Partido Comunista que está tan acostumbrado a aprobar las decisiones de sus superiores que levanta el brazo derecho por reflejo. Y, por encima de los espectadores se encuentra el operador del cine, el señor Svabić, que compone su propia película a partir de pedazos de otras películas, hasta conformar una cinta de catorce kilómetros que funciona como alegoría de una sociedad que a lo largo del siglo luchó para encontrar su identidad entre el caos que produjeron los acontecimientos históricos. El cielo estrellado del cine se desmorona, nos advierte Goran Petrović, y con ello anuncia el fin de una era y de un régimen que, para desgracia de la sociedad serbia, daría paso a otra guerra encarnizada, cuya estela de destrucción sigue vigente hasta nuestros días.

Fuente de la sinopsis: Editorial Sexto Piso

Fotografía de Goran Petrović © Fernando Torres

sábado, 10 de mayo de 2014

Homenaje cinematográfico a Man Ray


“Por supuesto, habrá siempre los que miran solamente la técnica, que pidan el “cómo”, mientras que otros de una naturaleza más curiosa se preguntarán “por qué”. Personalmente, he preferido siempre la inspiración a la información”. Man Ray.

La tarde de ayer, en el teatro del Institut français de Madrid, asistimos a una rendez-vous con el surrealismo más palmario e iconoclasta que cabía presuponer, como fue el que se muestra en las obras de uno de sus más célebres representantes. En esta ocasión a través del visionado de tres películas cortas del polifacético fotógrafo Emmanuel Radnitzky, más conocido por todos como Man Ray. Uno de los fundadores, junto a Marcel Duchamp y Francis Picabia, del movimiento dadaísta, del que fuera otro gran exponente su amigo el rumano Tristan Tzara, quien a su vez se uniría en París al recién inaugurado movimiento surrealista de André Breton y Louis Aragon, entre otros.

Aunque nació en Filadelfia en 1890, Man Ray provenía de una familia judía; su padre era de Kiev (Ucrania) y su madre de Minsk (Bielorrusia). En 1897 la familia se trasladó a Nueva York, donde Man Ray estudia en la High School y en la Escuela de Bellas Artes del Francisco Social Center. En 1913 ya demostraría en su primer cuadro sus inclinaciones pictóricas con un retrato cubista del fotógrafo estadounidense de origen judío alemán, Alfred Stieglitz.

En 1921 es cuando Man Ray se instala en París, donde vivirá hasta 1940. Allí centraliza el dadaísmo parisino. Pero ante la dificultad de vender sus obras, el artista retoma la fotografía y, posteriormente, el cine a modo de cortometrajes. Autor de cuatro films realizados entre 1923 y 1929, Man Ray se nos presenta como uno de los principales protagonistas de la avant-garde cinematográfica de los años veinte. Si bien él mismo se definiría, por una aliteración no carente de ironía, como “Director de malas películas”. Más allá de una referencia a sus fallidos proyectos cinematográficos, Man Ray se refiere así a una proclama efectista dentro del contexto dadaísta, una actitud artística radical en un ámbito que la modernidad no ha comprendido del todo a pesar del tiempo.

Las películas que tuvimos la oportunidad de ver fueron ‘Retorno a la Razón’ (Retour à la raison, 1923), ‘Emak Bakia’ (1926), y ‘Estrella de mar’ (L'Etoile de mer, 1928).


‘Retorno a la Razón’

Un día de julio de 1923, Tzara le trae a Man Ray un cartel que anuncia un importante manifiesto Dada, Le Coeur, que se presentaría la noche siguiente en el Teatro Michel; el cartel indicaba que Man Ray presentaría una película. Man Ray dice de forma elegante que no tiene película, que algunos planos ya rodados llegaban apenas a un minuto, y que le hace falta tiempo para continuarlos. Tzara replica que ya ha traído un proyector y un operador, y que de cualquier forma hay que presentar algo. Hasta le sugiere que la técnica de las rayografías (composiciones fotográficas producidas sin cámara, exponiendo objetos directamente sobre el papel sensible)  podría aplicarse  muy bien a la película cinematográfica. Man Ray reconoce que es posible, y promete tratar de preparar imágenes para el día siguiente.

“Conseguí un rollo de película de unos treinta metros, entré en el cuarto oscuro, donde corté la película en pequeñas tiras que sujeté con alfileres a mi escritorio. Espolvoreé algunas tiras con sal y pimienta, como un cocinero prepara su asado. Sobre otras tiras, eché, al azar, alfileres y chinchetas. Los expuse luego a la luz blanca durante uno o dos segundos, como lo había hecho para las rayografías inanimadas. Luego quité con cuidado la película de la mesa, quité los restos y revelé la película en mis cubas. Al día siguiente por la mañana, examiné mi obra, que entre tanto se había secado. La sal, los alfileres y las chinchetas estaban perfectamente reproducidos, en blanco sobre fondo negro como en los clichés de rayos X. Pero las diferentes imágenes no estaban separadas en fotogramas como en un film corriente. ¿Qué efecto daría esto en la pantalla? No tenía ni idea. Ignoraba también que se podía pegar una película con cola, y así simplemente pegué una tira a la otra. Añadí al fin, para prolongar la película, algunas secuencias que había rodado con la cámara. Pero la proyección duraría sólo tres minutos aproximadamente. Pase lo que pase, pensé, esto acabará antes de que el público tenga tiempo de reaccionar. En el programa figuraban otras presentaciones destinadas a probar la paciencia de los espectadores: lo que era el fin principal de los dadaístas.

Entré en el teatro algunos minutos antes de se abriera el telón, le entregué mi película a Tzara y le dije que él debería presentarlo, porque no había subtítulos ni leyendas. ‘Retorno a la Razón’ llamé a la película.”


‘Emak Bakia’

Según Man Ray, Emak Bakia ha sido concebido según los principios surrealistas: automatismo, improvisación, irracionalidad, secuencias psicológicas y oníricas, ausencia de lógica y desprecio a la dramaturgia.

La película fue rodada, a partir de mayo de 1926, en Biarritz en la residencia de verano de Arthur y Rosa Wheeler, una pareja de americanos ricos, de los que el marido quería hacer, con cine, la fortuna de un artista al que apreciaba y que lo intrigaba.

La película inicia con un autorretrato del cineasta mirando a través de su cámara; en la que vemos a través de la lente del objetivo su ojo. Luego comienza una parte abstracta, con una recuperación de secuencias de rayogramas de su primera película seguidas por una serie de halos de luces, luego un cartel luminoso en la noche que anuncia una serie de mensajes extraños, efectos de ópticas y es reflejos todos obtenidos con objetos que Man Ray tenía a su disposición: espejos deformantes, bandeja de tocadiscos, prismas, lámparas. Luego vuelve a aparecer su ojo sobreimpreso con un frente de un coche de la época. Este último plano introduce la secuencia narrativa de la película (un viaje, la colisión, el choque. Vemos, descender a la conductora del coche, sus piernas se multiplican. Las mismas piernas bailan el charlestón, luego la imagen de un banjo. El primer retrato de Rosa Wheeler delante de su peluquera. Plano del mar, acantilados, olas, sol. La cámara parte hacia atrás. Una escultura ready-made encontrada en el lugar de rodaje: El ídolo del pescador. Composiciones de objetos geométricos, El Hombre de negocios, Emak Bakia sin cabellera pero bajo la copa del azar, de nuevo mensajes del cartel luminoso por la noche. Diferentes rostros de mujeres guapas aparecen entre dos secuencias abstractas. En el epílogo, que Man Ray aprehende como una sátira del cine, aparece el único letreros de la película que parece dar la clave del enigma: “la razón de esta extravagancia”. Jacques Rigaut desgarra cuellos falsos que se ponen a bailar sobre la música de ‘La Viuda alegre’. Secuencia final con Kiki y sus ojos falsos pintados sobre los párpados: ¡el doble despertar!

A los que todavía se preguntan la razón de esta extravagancia, simplemente responderemos que el título Emak Bakia, viene de una vieja expresión vasca que significa “Déjenme en paz”.


‘La estrella de Mar’

“Una tarde, estaba con Robert Desnos y éste me leyó su último poema. Era solo imágenes; un hombre joven que encuentra a una mujer, una vendedora de periódicos; la mujer lo lleva hacia ella, dejándose llevar por un tarro con una estrella de mar dentro. La historia era un poco surrealista, porque la estrella de mar no era ni simbólica ni fantástica; estaba entre sus manos como podría estar un paquete de periódicos. Y rodé esta película. Después llamamos a esto una película de vanguardia. Quería realizar el poema de Robert Desnos, ilustrar todas las imágenes que se encontraban en este poema y eso es lo que hice.”


Enlaces de interés


“Vistas del Espíritu”. Fotografías, obra gráfica y objetos originales de Man Ray.

Fotografía ‘Le Retour a la Raison’ (1923) © Man Ray