miércoles, 16 de julio de 2014

De nuevo la barbarie castiga Gaza


Miles de palestinos huyen hacia el norte de Gaza. La noche del pasado martes Israel continuó con sus indiscriminados bombardeos sobre la población civil en la Franja de Gaza, donde fuentes autorizadas informaron que el número de palestinos muertos en una semana se elevaba ya a los 207, frente a la muerte de un israelí. Dichos ataques, a la vez que causan víctimas inocentes en la zona, ocasionan la destrucción masiva de viviendas obligando a la diáspora a todos aquellos damnificados que pierden todos sus bienes y apenas les queda la vida. Ante estos bombardeos se ven y están obligados a una evacuación forzosa, avisados a través de llamadas y mensajes de texto en sus teléfonos instándoles a la evacuación como así ha sido en los barrios de Shuyaiya y Zeitun, pues el objetivo del ejército israelí era acabar con al menos cinco líderes de Hamás, entre ellos el antiguo ministro de Exteriores del Gobierno de Gaza, Mahmud Zahar, para lo cual la aviación arrojó miles de octavillas con la mortal advertencia. El miércoles las órdenes de evacuación afectaban a más de 100.000 palestinos que se suman a las evacuaciones del fin de semana.

Ni las llamadas ni los panfletos concretan dónde pueden refugiarse los miles de desplazados, creando así más caos si cabe y provocando el terror entre la población inocente. Gaza resulta ser una trampa mortal para muchos de los 1,8 millones de palestinos que no pueden traspasar las fronteras de la franja. Por otro lado, el martes fallecía el primer israelí a causa de las heridas de metralla de una bomba de mortero palestino. El alto el fuego que decidió aceptar Israel mediante su Gabinete de Seguridad a instancias de Egipto, país con quien Israel tiene un tratado de paz vigente, resultó un fracaso debido de nuevo a los terroristas de Hamás, que aseguran no haber sido consultados en relación a la tregua y siguieron lanzando sus cohetes contra los judíos. Para Israel, según Benjamín Netanyahu, esta ofensiva le legitima a la réplica. A primeras horas de la mañana ya se podían escuchar fuertes explosiones en el barrio de Shuyaiya.

El conflicto árabe-israelí viene de muy lejos en el tiempo y es un problema que se ha enquistado desde hace muchos años, y esto a pesar de los infructuosos intentos por resolverlo mediante la diplomacia. Antes al contrario, ha ido creciendo bélicamente de forma exponencial desde aquellas llamadas “Intifadas”. Para unos la causa de ello sería la creación del estado de Israel, que albergaría a todos los judíos disgregados por el mundo y, por ende, el llamado sionismo, ocupando Israel unos territorios que anteriormente eran palestinos, además de lugares sagrados para los musulmanes como la mezquita de Al-Aksa en Jerusalén, o el este de la propia ciudad. El fundamentalismo religioso ha propiciado hechos tan deleznables como la matanza de Hebrón, de Safed y de otras comunidades judías en agosto de 1929. El resultado de estos violentos incidentes fue la muerte de 133 judíos y 116 árabes; una reinterpretación de la Declaración Balfour de 1926 y poner freno a las aspiraciones sionistas, pues por entonces se intentó redefinir la política británica en Palestina, interpretando el temor de los árabes ante la inmigración y la compra de más tierras por parte de los judíos como causa principal de los conflictos entre ambos pueblos.

La Primera Intifada es el nombre con el que se conoce a la revuelta palestina que estalló a finales de 1987 en Cisjordania y en la Franja de Gaza. Todo comenzó con un hecho aislado, como sucedió el pasado mes de junio con los tres estudiantes desaparecidos cuando hacían autostop en Cisjordania y que fueron hallados muertos. En esa ocasión se trató de un accidente de tráfico ocurrido en diciembre de 1987, cuando un vehículo militar israelí atropellaba matando a cuatro palestinos. Dos días después se llevarían a cabo enfrentamientos entre los palestinos, que arrojaron piedras y otros objetos, y las tropas de las Fuerzas de Defensa de Israel. Duró hasta el 13 de septiembre de 1993, con la firma de los Acuerdos de Oslo. Fue durante la Primera Intifada cuando se produjo el primer ataque terrorista suicida cometido por Hamás, el 16 de abril de 1993.

En esa lucha desigual, entre diciembre de 1987 y septiembre de 1993, es decir, durante la Primera Intifada, morirían 1.162 palestinos y 160 israelíes debido a la dura pugna entre ellos. Las Brigadas de los Mártires de Al-Aqsa tomaron el nombre de esta mezquita probablemente a causa de la polémica visita que Ariel Sharón hizo a este lugar en 2000, que según los palestinos fue el detonante de la Segunda Intifada, también conocida como la Intifada de Al-Aqsa.

Para Gaza en la actualidad, que según la OLP hoy contaba con más de 150.000 personas forzadas a abandonar sus hogares, y otras 600.000, sin contar heridos ni muertos, se han visto afectadas por la ofensiva de Israel, esta guerra representa el tercer desplazamiento desde 2009. No obstante, una vuelta a la calma en Gaza significaría volver a la situación del octavo año de bloqueo; a más del 50% de la población sin un trabajo ni sueldo; al aislamiento por la imposibilidad de acceso externo a los mercados; en definitiva, al más triste de los ostracismos en su propia tierra. Una tierra castigada y sin Gobierno.


Fotografía fuente rtve