martes, 28 de julio de 2015

Se cumplen 150 años de la ascensión de Edward Whymper al Cervino


Este mes de julio, en que como cada año cientos de alpinistas de todo el mundo se dan cita en los Alpes para coronar algunas de las cumbres más emblemáticas de ese sistema montañoso, cuyo techo son los 4.810 metros del Mont-Blanc, se cumple un importante aniversario de la historia mítica del alpinismo. Exactamente el 14 de julio de 1865 siete hombres llegaban a la cima de la montaña a la que por entonces se la tenía por invencible: el monte Cervino o Matterhorn, de 4.478 metros de altitud, situado en la frontera entre Italia y Suiza.

Así como las nubes circundan su cúspide, a la montaña también la envuelve un romántico halo, entre épico y trágico, pues su conquista constituyó la culminación de la que fue llamada Edad de Oro del alpinismo. Esa época comprendida entre mediados y finales del siglo XIX que coincide con la conquista de las montañas más relevantes de los Alpes. El inaccesible Cervino también fue finalmente vencido gracias al empeño y la firmeza del alpinista y explorador británico Edward Whymper, los Taugwalder y sus malogrados camaradas. Y es que de aquella pionera cordada formada por siete hombres perecieron cuatro precipitándose al vacío durante el descenso. Whymper, el guía Taugwalder padre y su hijo regresarían después de su hazaña sanos y salvos al pueblo suizo de Zermatt.

De los compañeros muertos apenas se hallaron un cinturón, un guante, un sombrero, dos zapatos, un devocionario y unos rosarios sin su cruz. Además de alguna prenda hecha jirones y una macabra colección de miembros humanos y vísceras esparcidas por la nieve, poco más quedó de los alpinistas. Para colmo, la cuerda cercenada dio pie a que el guía fuera acusado de haberla cortado. Tras la trágica epopeya, tuvo también lugar un inquietante fenómeno, ya que en la montaña se produjo la aparición de lo que se conoce como espectro de Brocken, en esa ocasión en forma de cruces.

Probablemente el Cervino sea una de las montañas más fotografiada del mundo, un impresionante pico –o cuerno, si atendemos a su apelativo alemán–  que rasga el cielo sobre los Alpes y hace jirones las nubes. La marca de material de montaña Mammut, con la colaboración de los guías de montaña de Zermatt, organizó una expedición por la arista Hörnli para disponer una cadena de luces a lo largo de la ruta que rinde homenaje a la valiente cordada de Whymper. El resultado puede verse en este espectacular vídeo.

El evento fue captado por el fotógrafo suizo Robert Bosch, que no oculta su fascinación por esta montaña. “El Matterhorn fue la primera cumbre que me interesó como montañero, sobre todo por su forma extraordinaria y la historia detrás de la primera ascensión. El éxito de hace 150 años fue el punto culminante de la era dorada del alpinismo”.


Bibliografía

‘La escalada del Cervino’. Edward Whymper.

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viernes, 10 de julio de 2015

Jorge Herralde en el ‘Ignatius Day’


Una celebración de La conjura de los necios’

El pasado jueves celebramos la obra del malogrado John Kennedy Toole, publicada póstumamente en 1980 y ganadora del Pulitzer en 1981. Casa del Lector quiso rendir un homenaje a la desopilante novela que han leído con pasión varias generaciones, a su autor y, cómo no, a su inolvidable protagonista, el anacrónico e inadaptado Ignatius J. Reilly.

Esta singular jornada internacional, ideada para que todos los lectores asistentes festejaran y compartieran su entusiasmo por la novela, comenzó con la proyección del documental que rodó en exclusiva para la ocasión el director de cine David Dubos, en el que pudimos conocer los lugares que frecuentó Toole en vida a través de varias personas que lo trataron o conocieron bien.

A continuación se proyectó el filme sobre la vida del escritor dirigido por Joe Sanford, cuyo título es ‘John Kennedy Toole. The Omega Point’. El documental indaga acerca de las raíces de Toole mediante entrevistas, correspondencia, imágenes y otros materiales del Archivo Toole.

Una vez que hubo finalizado este interesante testimonio audiovisual, no se hizo esperar la conferencia ‘Inventando a Ignatius Reilly: destino y fortuna de John Kennedy Toole’, que corrió a cargo del profesor de literatura y escritor norteamericano Cory MacLauchlin, autor de una extensa y exhaustiva biografía de Toole titulada ‘Butterfly in the typewriter’, o lo que es lo mismo, ‘Una mariposa en la máquina de escribir’, recientemente publicada en España por la editorial Anagrama con el subtítulo La vida trágica de John Kennedy Toole y la extraordinaria historia de ‘La conjura de los necios’.

MacLauchlin nos explicó, mediante algunas diapositivas, cómo John Kennedy Toole se suicida con 31 años. Murió en el interior de su coche, tras conectar una manguera al tubo de escape e introducirla por la ventanilla del mismo. Ese fue su fin, atormentado por el rechazo de su novela, consumido por una enfermedad mental. Toole sufrió alucinaciones y, aunque no fue diagnosticada, padeció esquizofrenia, de la que ya había precedentes familiares por parte paterna. Cuando doce años después la novela se publica y gana el premio Pulitzer, los críticos se apresuraron a averiguar más datos sobre él. ¿Quién era este excelente escritor? ¿Por qué razón el mundo se había visto privado de otras novelas suyas?...

Después de la conferencia de MacLauchlin le llegó el turno a Jorge Herralde, varias veces premiado por su gran labor editorial. Si a Walker Percy se le debe la publicación del bestseller en EE UU, gracias al acertado olfato literario de Herralde ‘La conjura de los necios’ llegó a las manos de los lectores españoles. Asombrado por las peripecias que atraviesa el manuscrito original, Herralde apostó entonces por una novela muy divertida de un escritor joven que no sólo era un total desconocido, sino que además estaba muerto. El editor nos contó cómo el 25 de noviembre de 1980 escribe solicitando los derechos para publicar la obra de Toole. El 15 de abril del año siguiente por fin recibe un amable cablegrama en el que le agradecen su interés en publicar el libro en España. Finalmente, en 1982, aparece una cautelosa primera edición de 4.000 ejemplares que se agotaría enseguida. Desde ese año hasta la fecha se han vendido ya más de 400.000 ejemplares. Tres décadas más tarde, ‘La conjura de los necios’ continúa conquistando a nuevas generaciones de lectores que sin duda la han convertido en una obra de culto.

Como colofón, a la salida del Auditorio, pudimos disfrutar de un pequeño Mardi Gras amenizado por la Mad 4 Dixie Club Band, que con su música nos recordó a las calles de Nueva Orleans.


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Fotografía de Jorge Herralde © Fernando Torres