martes, 27 de diciembre de 2016

El director de cine Werner Herzog imparte una masterclass en la Red


En 6 horas de lecciones de video online, Werner Herzog enseña su intransigente enfoque del documental y el cine.

Cuando el legendario director alemán tenía 19 años, robó una cámara e hizo su primera película. 70 películas y 50 premios más tarde, Herzog está actualmente impartiendo su personal cátedra sobre la realización de documentales y largometrajes. En esta masterclass nos enseña su método para la narración de cuentos, la técnica cinematográfica, a elegir las ubicaciones de rodaje, la autofinanciación, el procedimiento que emplea para realizar entrevistas documentales y cómo llevar sus ideas a la vida. Al final de este curso deberemos ser capaces de rodar películas intransigentes.

Nacido en Múnich en 1942, Werner fue el segundo hijo del matrimonio entre Dietrich Herzog y Elizabeth Stipetic. Su padre sería enseguida reclutado para el ejército alemán, y la pareja se disolvió. Al cuidado de su madre, Werner mantendría su apellido materno Stipetic hasta que a los 17 años, decidido a ser director de cine, lo cambiara por el de su padre, pues consideraba que “sonaba mucho mejor”.

Herzog creció sin radio ni cine, en pleno contacto con la naturaleza, en una granja, alejado del mundo moderno. Según afirma él mismo, no tuvo conocimiento de la existencia del cine hasta los once años.

Cuando cumplió trece años lo llevaron a Múnich para que iniciara sus estudios secundarios. Su familia se alojó provisionalmente en una pensión donde, casualmente, se alojaba Klaus Kinski (1926-1991), actor que en un futuro sería clave en su carrera cinematográfica. Kinski ni reparó en el Herzog de trece años, pero el futuro director sí lo hizo con el singular actor.

Durante su adolescencia, pasó por una etapa de gran fervor religioso, llegando a convertirse al catolicismo, lo que le provocó discusiones con sus parientes, que eran ateos convencidos. Por esta época empezó a realizar sus primeros largos viajes a pie. Hacia los quince años atravesó media Europa, desde Múnich hasta Albania. También hizo a pie el viaje que lo llevó a Grecia.

Hacia los 17 años decidió dedicarse al cine. Para pagarse sus películas, trabajó en diversos oficios, que combinaba con sus estudios secundarios y más tarde universitarios. Se matriculó en Historia, Literatura y Teatro en Múnich. Hacia 1960 obtuvo la beca Fulbright para el Seminario de cine de la Universidad de Duquesne, en Pittsburgh (Estados Unidos).

A pesar de participar en seminarios universitarios de cine, Herzog nunca estudió en ninguna escuela ni tampoco trabajó como asistente de ningún director; su formación fue completamente autodidacta. En Estados Unidos combinó de nuevo sus estudios con diversos trabajos, como soldador en una fábrica o aparcacoches, ganando un dinero que luego invertiría en su arte. En 1962, a los veinte años, fundó su productora de cine, Herzogfilmproduktionen. Al año siguiente inició el rodaje de su primer cortometraje, ‘Herakles’, para el cual tuvo que trabajar dos años y medio en la cadena de montaje de una fundición de Múnich.

Algunas de sus obras maestras posteriores no documentales son, por ejemplo, ‘Aguirre, la cólera de Dios’ (1972), ‘El enigma de Gaspar Hauser’ (1974), ‘Nosferatu, vampiro de la noche’ (1979), o ‘Fitzcarraldo’ (1982).

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miércoles, 14 de diciembre de 2016

Gilles Kepel y el terror de la yihad


El pasado martes 13 de diciembre en el auditorio del Institut français de Madrid, el politólogo, orientalista y académico francés Gilles Kepel, especialista en el Islam y en el mundo árabe, nos presentó su último libro titulado ‘El terror entre nosotros. Una historia de la yihad en Francia’. En el acto participó como moderador Fernando Reinares, investigador y experto en terrorismo del Real Instituto Elcano y catedrático de Estudios de Seguridad de la Universidad Rey Juan Carlos.

Desde 1984, Gilles Kepel (París, 1955) ha publicado numerosos ensayos y obras de investigación, algunas de las cuales han sido traducidas al castellano. Trabajos que ha compaginado con la colaboración en diversos diarios como son Le Monde, El País, La República o el New York Times, además de numerosas apariciones en programas de radio. Asimismo, Kepel es también profesor universitario en el Instituto de Estudios Políticos de París, y miembro del consejo del Instituto del Mundo Árabe.

En el libro ‘La Yihad’ (2000) el autor analiza el desarrollo del Islam político, para llegar a la conclusión de que su radicalismo actual es una inequívoca señal de su declive. Esta teoría la confirma el atentado del 11 de septiembre de 2001; reafirmándose en ‘Fitna’ (2004), donde presenta al islamismo como una forma de guerra civil en el corazón del Islam. Otras obras del islamólogo y ensayista son, por ejemplo, ‘Crónica de una guerra de Oriente’ (2002) o ‘La revancha de Dios: cristianos, judíos y musulmanes a la reconquista del mundo’ (2005).

Ahora, un año después de los trágicos ataques terroristas perpetrados en París, nos llega el libro ‘El terror entre nosotros’ (Terreur dans l´hexagone), la última de sus obras editada en nuestro país por Península. En ella Kepel inquiere en los orígenes del yihadismo en Francia más allá del común análisis que habitualmente se hace para tratar una cuestión tan grave y compleja, lo que la ha hecho merecedora del Prix de la Revue des Deux Mondes 2016. No obstante, en Francia acaba de aparecer ya un trabajo posterior del autor que, coeditado por la editorial Gallimard y France Culture, lleva por título ‘La Fracture’.

En ‘El terror entre nosotros’, Kepel prefiere hacer un análisis exhaustivo de la política y la vida social francesa antes que basarse exclusivamente en la religión y sus ramificaciones ideológicas como raíces del terrorismo en su país. Para ello toma como punto de partida las revueltas de 2005 en diversos lugares de la periferia de París, principalmente los acaecidos en Clichy-sous-Bois, que fueron reprimidos con dureza por el gobierno de Nicolas Sarkozy. El paro, la exclusión y la pobreza habían sido los tres grandes problemas que motivaron los motines que aquel otoño se extendieron a trescientas ciudades francesas. Un mensaje publicado en Internet haría un “llamamiento a la resistencia islámica mundial”, en el mismo año en que el periódico danés Jyllands-Posten publicaba las caricaturas del profeta Mahoma y en el que el terror paralizó Londres. 2005 sería también el año en que una de las primeras filiales importantes del islamismo radical fue desmantelada en París, y el encarcelamiento de sus miembros contribuiría a la difusión ideológica del radicalismo islámico en las prisiones.

El libro por tanto expone cronológicamente la incubación y desarrollo del islamismo radical en dos periodos: de 2005 a 2012, años en los que el autor cuestiona sobre la responsabilidad política en la gestión de la integración social de los jóvenes inmigrantes y en la génesis del sentimiento de identidad comunitaria; y de 2012 a 2015 como la etapa de “erupción del extremismo”, bajo el gobierno de François Hollande, con los atentados perpetrados en la sede de la revista Charlie Hebdo y en la sala Bataclan.

Kepel se basa en el análisis de los distintos factores influyentes como son la sociología, los medios de comunicación, la historia moderna o las estadísticas, y propone una reflexión sobre lo que probablemente represente uno de los mayores desafíos de la sociedad actual, evitando mostrarlo como algo apocalíptico. Si bien alberga un atisbo de esperanza sobre la evolución de la situación en su país. 

Fotografía de Gilles Kepel © Fernando Torres