jueves, 30 de diciembre de 2010

Paul Bowles, de nuevo en el tiempo

Coincidiendo con los prolegómenos de esta señalada fecha –en la cual Paul Bowles hubiera cumplido cien años de seguir vivo–, Alianza Editorial ha publicado el resultado literario, hasta ahora inédito, de un viaje retrospectivo por el Marruecos que tan bien conoció y amó el escritor americano, y que lleva por título ‘Puntos en el tiempo’.

Un conjunto de relatos impregnados de la historia y tradición popular del país alauita; esbozos humanos, anecdóticos, geográficos o religiosos que reflejan costumbres y emociones en evocadores episodios de la vida y la cultura magrebí, en los que Bowles narra las andanzas de diversos individuos nativos y foráneos, a los que en la obra el escritor, músico y viajero concede –o hace que recobren– de nuevo el protagonismo perdido en el tiempo.

Pasajes al exotismo del magreb inspirados en algunos cuentos folklóricos provenientes de la tradición oral, que dejan vislumbrar el alma de Marruecos, y a los que la cuidada prosa de Bowles ha dado forma en una homogénea colección de relatos. Con esas ciudades fascinantes detenidas en el tiempo que ve transcurrir los hechos, como son la bella y costera Essaouira, llamada “la casa del viento”, también conocida como la Mogador de la época de la construcción de las fortalezas portuguesas; la Marrakech de los riads o la mágica y concurrida plaza de Djemaa El Fna, en la encrucijada de las cordilleras del Atlas y el siempre enigmático desierto del Sahara; o la medieval Fez, con su medina de intrincadas callejuelas –aunque la historia referida suceda en la Fez del siglo XIX–, que no lo son menos que la cinematográfica Tánger de ‘El cielo protector’, en la que el escritor falleció hace ahora apenas once años.

También desfilan por el libro curiosos personajes, como el fraile franciscano Andrea de Spoleto y sus debates con los rabinos de la capital; la judía Sol Hachuel, desposada con un musulmán llamado Mohammed; Andrew Layton, el gerente de una compañía de exportaciones y su amistad con un sultán; o el rifeño El Aroussi, abocado al pillaje debido a una injusticia, y la hermosa Rahmana…

En resumen, un libro indispensable para todos aquellos lectores entusiastas de la obra del autor de la también interesante ‘Déjala que caiga’, escrita por un Bowles que estuvo influenciado por el consumo propio de quif y, sobre todo, el majoum, una confitura alucinógena hecha con miel, mantequilla de cannabis, nuez y especias como aderezo.

Los relatos de esta recopilación, que no habían sido publicados con anterioridad hasta la fecha, han sido traducidos al español por el escritor Rodrigo Rey Rosa, vecino de Bowles en la cosmopolita ciudad de Tánger, y gran amigo de éste, quien, a su vez, traduciría las obras del escritor guatemalteco al inglés.


Fotografía ‘Anciano en la Kasbah’, Fez © Fernando Torres

domingo, 19 de diciembre de 2010

La lomografía, una visión experimental

El caprichoso azar propició que, a principios de los 90, dos estudiantes austriacos encontraran en Praga por casualidad una curiosa cámara rusa llamada ‘LOMO’.

‘LOMO’ es el acrónimo de Leningradskoye Optiko-Mechanichesckoye Obyedinenie (Unión Mecánica Óptica de Leningrado), una compañía fundada en San Petersburgo en 1914, siendo el General Igor Petroviwitsch Kornitzky, mano derecha del Ministro de Defensa y de Industria de la Unión Soviética, quien, en 1982, mostrara una mini cámara japonesa a su camarada Michael Panfilowitsch Panfiloff, director de la fábrica rusa especializada en armas y óptica. Panfiloff examinó la cámara observando la gran nitidez de su lente de cristal, su extrema sensibilidad a la luz y su robusto armazón.

La cámara en cuestión, objeto de aquel flagrante caso de espionaje industrial, no era otra que la nipona Cosina CX-1, que se copió con la intención de mejorar su diseño, creando así el primer prototipo de la rusa LOMO LC-A –que los espías de la KGB utilizaban para fotografiar planos secretos o armamento–, y que se exportó a países por entonces comunistas como Ucrania, Polonia, Checoslovaquia e incluso Cuba, dando lugar al fenómeno que vino después conocido como ‘lomografía’. Muy pronto el uso de estas máquinas fotográficas se extendería por Europa occidental. Actualmente la Sociedad Lomográfica cuenta con más de 500.000 miembros.

Pero los descubridores que más tarde darían a conocer al mundo entero la ‘LOMO Kompakt Automat’, serían dos estudiantes de Viena, Matthias Fiegl y Wolfgang Stranzinger, que estaban de vacaciones en la antigua Checoslovaquia. Habían encontrado una extraña cámara fotográfica cuando curioseaban en un mercadillo de Praga, y la compraron sin saber aún su trascendencia en el mundo de la fotografía experimental. En su recorrido por las calles de la ciudad, realizaron fotografías fortuitas sin apenas mirar a través del visor de la cámara, de una forma casual y espontánea. A la vuelta de sus vacaciones, al revelar las fotos, para su sorpresa comprobaron que las instantáneas eran luminosas, de saturados colores, y transmitían con gran frescura la emoción del momento. Advirtiendo las posibilidades artísticas que se derivaban de esa compulsiva práctica fotográfica.

Esa intensificación de los colores se debe a su lente gran angular llamada Minitar 1, que fue expresamente diseñada por el profesor Radionov. La singular lente se caracteriza porque da como resultado una mayor saturación de los colores en el centro de la imagen. Causa un efecto túnel, además de un oscurecimiento en las esquinas del encuadre, produciendo ese marchamo característico de efecto de halo. Mientras que su rudimentario mecanismo de enfoque, con sólo cuatro modos: 0,8 metros, 1,5 metros, 3 metros e infinito, hace que algunas fotos aparezcan algo desenfocadas, pero con un particular toque artístico. A lo que se suma la opción del disparador en modo ‘manual’, con largas exposiciones a baja luz, creando deliberadamente insólitas visiones.

El descubrimiento de los estudiantes corrió de boca en boca y comenzaron a demandar cámaras al antiguo bloque soviético clandestinamente. Poco después, a principios de los 90, se fundaría la Sociedad Lomográfica.

A pesar de que en San Petersburgo la producción haya decaído recientemente, la Sociedad Lomográfica ha conseguido llevar las matrices de estos modelos a China, para evitar la escasez de máquinas en el mercado. Y está demostrando que la lomografía se ha convertido en algo más que una moda, es una popular forma experimental de expresión artística.

Algunas cámaras disponibles actualmente en el mercado son: Holga, Diana, Dories, Lubitel o Snappy.


Más información
Página web oficial de Lomografía


Enlaces de interés
Slide show lomográfico
Algunos ejemplos de lomografías

El efecto ‘LOMO’ con Photoshop
25º Aniversario de la ‘LOMO LC-A’

Fotografía ‘A lomos del agua’ © Fernando Torres