lunes, 18 de julio de 2011

París sigue siendo una fiesta


“Si tienes la suerte de haber vivido en París cuando joven, luego París te acompañará, vayas adonde vayas, todo el resto de tu vida, ya que París es una fiesta que nos sigue”. Ernest Hemingway.

PARÍS (Francia)/ El pasado 14 de julio, un año más, la capital de Francia celebró por todo lo alto la Fête de la Fédération. Su gran Fiesta Nacional que asimismo evoca y conmemora el aniversario de la toma de la Bastilla y el inicio de la Revolución, cuyas milicias tenían como lema aquella exclamación máxima de “Vivir libres o morir”, y que fueron el germen de la manifestación unitaria que se organizaba en París –en el Campo de Marte, no en los Campos Elíseos que es por donde discurre en la actualidad la parada militar– aquel 14 de julio del año 1790.

Decía Pierre Miquel, en la Histoire de France (Editorial Fayard, 1976), que en los días precedentes al asalto del cuartel de la Bastilla, “el pueblo parisino estaba muy excitado, doblegado por una primavera de desempleo y carestía, por un invierno de miseria. El pan empezaba a faltar en las panaderías”. Qué lejano queda el año 1789 en el que el desdichado Foullon, cuya cabeza fue paseada ensartada en una pica por la Rue Saint-Martin con la boca llena de hierba, fuera así ajusticiado por la plebe por decir del pueblo de París: “Si esa chusma no tiene pan, que coma heno”. Eran tiempos de hambruna, pero desde el siglo XVIII París ha establecido las normas de justicia y moralidad no sólo como capital de Francia, sino como capital de Europa, generando muchas modas y costumbres que después han sido compartidas internacionalmente.

“La ciudad que se agita”, como la llamaba Walter Benjamin, alternó ese decorado matinal de los desfiles de acorazados y soldadesca perteneciente a uno de los ejércitos más poderosos del mundo, con las exposiciones artísticas al aire libre; los paseos por los animados mercadillos, como el de Richard Lenoir, junto a la Place de la Bastille; el de las pastelerías o charcuterías de la Rue de Buci, o el no menos bullicioso ambiente de las terrazas de los bistrots de la Rive Gauche, que conforman todos ellos, hasta en las calles más intrincadas, la vida mundana de esta ciudad universal y mágica en la que, como decía Irwin Shaw, se imbrican el arte y el comercio, glamour y marrullería, placer y desaliento, y tolerancia y chauvinismo.

Lamentablemente, este día de júbilo patrio se vio tristemente ensombrecido por la noticia de los soldados franceses fallecidos en el pasado atentado suicida de Afganistán, que el presidente francés, Nicolas Sarkozy, calificó con tristeza, en su comparecencia ante los medios de comunicación, de “vil asesinato”. Mientras que el diario capitalino ‘Le Parisien’, afirmaba que el ataque habría sido perpetrado por los talibanes como una respuesta cruel a la visita sorpresa del presidente Sarkozy, el pasado martes 12 de julio, a la Base Militar de Tora en Afganistán.


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París festeja el 14 de julio/parisinfo

Fotografía ‘Soldados franceses’ © Fernando Torres