domingo, 12 de mayo de 2013

La esperada “rentrée” del Hotel Chelsea


“I remember you well in the Chelsea Hotel”...

Decía Leonard Cohen para explicar su estancia en el Chelsea desde 1966, cuando se traslada por primera vez a una pequeña habitación en el quinto piso: “Una vez llegas al Chelsea, ya no hay vuelta atrás”… Cohen compuso tal vez la canción más célebre sobre este hotel, ‘Chelsea Hotel # 2’, con la que rememoraba su encuentro sexual con Janis Joplin en la habitación 104. Hace años, cuando la interpretaba en directo, a modo de introducción Cohen relataba cómo sucedió aquel affaire: “Había una vez un ascensor en un hotel de Nueva York. Una noche cerca de las 3 de la mañana me encontré con una mujer en ese hotel. Yo no sabía quién era, resultó ser una cantante muy famosa. Era un día muy sombrío en Nueva York. Fui al Bronco Burger por una hamburguesa, nada cambió. Fui al White Horse Tavern buscando a Dylan Thomas, pero el ya había muerto. Regresé al hotel y allí estaba ella en el ascensor, quien tampoco estaba buscándome. Ella andaba detrás de Kris Kristofferson. Yo no la buscaba a ella, sino a Lily Marlene. Después me enteré que ella era Janis Joplin, terminamos abrazados por culpa de ese divino proceso de eliminación que crea compasión donde solo hay indiferencia, luego ella murió. Escribí esta canción como un homenaje, es la llamada Chelsea Hotel”.

A pesar del titulo, Cohen no escribió la canción en el Hotel Chelsea, sino mucho después, entre 1971 y 1974. Tampoco parece haber una canción llamada ‘Chelsea Hotel # 1’, sino que existe una versión que difiere ligeramente de la grabada oficialmente. Leonard Cohen confesaría diez años después que aquella mujer se trataba de Janis Joplin, otra de las asiduas del Chelsea, siempre que estuviera en Manhattan para actuar en el aquel tiempo famoso Fillmore East del promotor Bil Graham. Aquella noche mágica Janis Joplin regresaba a su habitación cuando se cruzó en el ascensor con el cantante canadiense. Janis le preguntó si sabía dónde se hospedaba Kris Kristofferson, que había cedido a Joplin la canción ‘Me and Bobby McGee’. Cohen, rápido de reflejos como el poeta seductor que era contestó: “Señorita, está usted de suerte: yo soy Kris Kristofferson”. La broma causó su gracia y el truco dio resultado. Ambos pasaron la noche juntos, sólo fue una noche, pero dio lugar a una de las mejores canciones de la discografía de Cohen.

Tampoco hay que olvidar que canciones como ‘Chelsea girl’ (Nico), ‘Third week in the Chelsea’ (Jefferson Airplane), ‘We will fall’ (The Stooges) o ‘Like a drug I never did before’ (en la que Joey Ramone cantaba: “Hanging in the lobby of the Chelsea Hotel”) le rindieron su particular tributo musical. Y es que por las habitaciones del Chelsea, un edificio de ladrillo rojo de 12 plantas, reconocible por su característico rótulo de neón que en la década de 1950 se convertiría en uno de los símbolos de la bohemia neoyorquina, han desfilado un numeroso y singular grupo de músicos, actores, escritores, artistas y otras celebridades. Larga es la lista, pero baste mencionar a algunos de sus más memorables huéspedes, como son Arthur Miller, Allen Ginsberg, William S. Burroughs, Jack Kerouac, Charles Bukowski, Dylan Thomas, Tennessee Williams, Arthur C. Clarke, Marilyn Monroe, Andy Warhol, Jimi Hendrix, Larry Rivers, Robert Mapplethorpe, Patti Smith, Bob Dylan, Mark Twain, Bob Marley, Jean-Paul Sartre, Simone de Beauvoir, Thomas Wolfe, Frida Kahlo, Derek Walcott, Edith Piaf, Yves Klein, Robert Crumb, Keith Richards, Tom Waits o Madonna.

Construido en 1883 en el número 222 de la calle 23, entre la Octava y la Séptima Avenida, el Chelsea fue uno de los primeros edificios de apartamentos constituidos como una cooperativa. En 1905 sería transformado en hotel. Pero la noticia que sorprendió a todos fue la de su cierre el pasado 2011. El día 2 de agosto de aquel año el hotel amaneció sin huéspedes y dejó de admitir reservas para empezar un proceso de renovación que algunos opinaban que supondría el fin de uno de los iconos de la vida bohemia de la Gran Manzana neoyorquina. Estaba claro que el hotel necesitaba una remodelación completa de sus más de ciento veinticinco habitaciones y cien apartamentos de alquiler. Pero desde que en octubre de ese año trascendiera que los propietarios del hotel, miembros de la misma familia que lo compró en 1946, querían poner en venta el edificio por la acuciante necesidad de reforma que precisaba, los inquilinos han temido que los nuevos dueños no quieran continuar el legado de sus predecesores.

Los residentes del hotel, en su mayoría artistas que han querido preservar ese ambiente bohemio que ha reinado entre las paredes del Chelsea desde 1905, creen que los nuevos propietarios acabarán con la historia y los mitos a los que acogió en sus múltiples habitaciones. Finalmente se supo que el nuevo propietario es el inversionista de bienes raíces Joseph Chetrit, quien compró el edificio por algo más de 80 millones de dólares.

Para intentar acabar con esos miedos el arquitecto encargado de las reformas, Gene Kaufman, declaró a la prensa que el encanto original del hotel, incluyendo su escalera de hierro forjado y las obras de arte que cuelgan de sus muros, será preservado: “la gente no debería estar nerviosa por eso”, aseguró Kaufman. Obras de arte que Stanley Bard, su comprensivo director, generosamente aceptaba a la hora de cobrar el alquiler a sus inquilinos más necesitados.

Este mismo mes de mayo de 2013 su emblemática fachada roja lucía cubierta de andamiajes como prueba de las obras que en él se están realizando. Lo que no está muy claro aún es la fecha de su “rentrée”, si bien uno de los empleados de la recepción, un hombre de color, manifestó optimistamente que su reapertura sería en diciembre de este mismo año; mientras que otro trabajador del hotel llamado Doug, consultado telefónicamente, afirmó que sería en mayo del año próximo. Por tanto ha sido imposible verificar ese dato con certeza. También han resultado infructuosos hasta día de hoy los intentos de envío de fax a José Pérez, gerente del restaurante español “El Quijote”, situado en los bajos del edificio y cuyo contrato no expira antes de 2048; o el e-mail enviado al periodista de The Wall Street Journal, Craig Karmin. No obstante, todo parece indicar que el mítico Chelsea Hotel reanudará de nuevo su actividad hotelera en un futuro próximo. Al menos así lo esperamos muchos de nosotros.



Bibliografía

Chelsea Hotel Manhattan. Joe Ambrose (2007)

Más información

Página web del Hotel Chelsea de Nueva York