“I remember you well in the Chelsea Hotel”...
Decía Leonard Cohen para explicar
su estancia en el Chelsea desde 1966, cuando se traslada por primera vez a una
pequeña habitación en el quinto piso: “Una vez llegas al Chelsea, ya no hay vuelta
atrás”… Cohen compuso tal vez la canción más célebre sobre este hotel, ‘Chelsea
Hotel # 2’, con la que rememoraba su encuentro sexual con Janis Joplin en la
habitación 104. Hace años, cuando la interpretaba en directo, a modo de introducción
Cohen relataba cómo sucedió aquel affaire: “Había una vez un ascensor en un
hotel de Nueva York. Una noche cerca de las 3 de la mañana me encontré con una
mujer en ese hotel. Yo no sabía quién era, resultó ser una cantante muy famosa.
Era un día muy sombrío en Nueva York. Fui al Bronco Burger por una hamburguesa,
nada cambió. Fui al White Horse Tavern buscando a Dylan Thomas, pero el ya
había muerto. Regresé al hotel y allí estaba ella en el ascensor, quien tampoco
estaba buscándome. Ella andaba detrás de Kris Kristofferson. Yo no la buscaba a
ella, sino a Lily Marlene. Después me enteré que ella era Janis Joplin,
terminamos abrazados por culpa de ese divino proceso de eliminación que crea
compasión donde solo hay indiferencia, luego ella murió. Escribí esta canción como
un homenaje, es la llamada Chelsea Hotel”.
A pesar del titulo, Cohen no
escribió la canción en el Hotel Chelsea, sino mucho después, entre 1971 y 1974.
Tampoco parece haber una canción llamada ‘Chelsea Hotel # 1’, sino que existe
una versión que difiere ligeramente de la grabada oficialmente. Leonard Cohen
confesaría diez años después que aquella mujer se trataba de Janis Joplin, otra
de las asiduas del Chelsea, siempre que estuviera en Manhattan para actuar en
el aquel tiempo famoso Fillmore East del promotor Bil Graham. Aquella noche
mágica Janis Joplin regresaba a su habitación cuando se cruzó en el ascensor
con el cantante canadiense. Janis le preguntó si sabía dónde se hospedaba Kris
Kristofferson, que había cedido a Joplin la canción ‘Me and Bobby McGee’.
Cohen, rápido de reflejos como el poeta seductor que era contestó: “Señorita,
está usted de suerte: yo soy Kris Kristofferson”. La broma causó su gracia y el
truco dio resultado. Ambos pasaron la noche juntos, sólo fue una noche, pero
dio lugar a una de las mejores canciones de la discografía de Cohen.
Tampoco hay que olvidar que canciones como ‘Chelsea
girl’ (Nico), ‘Third week in the Chelsea’ (Jefferson Airplane), ‘We will fall’
(The Stooges) o ‘Like a drug I never did before’ (en la que Joey Ramone
cantaba: “Hanging in the lobby of the Chelsea Hotel”) le rindieron su
particular tributo musical. Y es que por las habitaciones del Chelsea,
un edificio de ladrillo rojo de 12 plantas, reconocible por su característico
rótulo de neón que en la década de 1950 se convertiría en uno de los símbolos
de la bohemia neoyorquina, han desfilado un numeroso y singular grupo de
músicos, actores, escritores, artistas y otras celebridades. Larga es la lista,
pero baste mencionar a algunos de sus más memorables huéspedes, como son Arthur
Miller, Allen Ginsberg, William S. Burroughs, Jack Kerouac, Charles Bukowski, Dylan
Thomas, Tennessee Williams, Arthur C. Clarke, Marilyn Monroe, Andy Warhol, Jimi
Hendrix, Larry Rivers, Robert Mapplethorpe, Patti Smith, Bob Dylan, Mark Twain,
Bob Marley, Jean-Paul Sartre, Simone de Beauvoir, Thomas Wolfe, Frida Kahlo,
Derek Walcott, Edith Piaf, Yves Klein, Robert Crumb, Keith Richards, Tom Waits
o Madonna.
Construido en 1883 en el número
222 de la calle 23, entre la Octava y la Séptima Avenida, el Chelsea fue uno de
los primeros edificios de apartamentos constituidos como una cooperativa. En
1905 sería transformado en hotel. Pero la noticia que sorprendió a todos fue la
de su cierre el pasado 2011. El día 2 de agosto de aquel año el hotel amaneció
sin huéspedes y dejó de admitir reservas para empezar un proceso de renovación
que algunos opinaban que supondría el fin de uno de los iconos de la vida
bohemia de la Gran Manzana neoyorquina. Estaba claro que el hotel necesitaba
una remodelación completa de sus más de ciento veinticinco habitaciones y cien
apartamentos de alquiler. Pero desde que en octubre de ese año trascendiera que
los propietarios del hotel, miembros de la misma familia que lo compró en 1946,
querían poner en venta el edificio por la acuciante necesidad de reforma que
precisaba, los inquilinos han temido que los nuevos dueños no quieran continuar
el legado de sus predecesores.
Los residentes del hotel, en su
mayoría artistas que han querido preservar ese ambiente bohemio que ha reinado
entre las paredes del Chelsea desde 1905, creen que los nuevos propietarios
acabarán con la historia y los mitos a los que acogió en sus múltiples
habitaciones. Finalmente se supo que el nuevo propietario es el inversionista
de bienes raíces Joseph Chetrit, quien compró el edificio por algo más de 80
millones de dólares.
Para intentar acabar con esos
miedos el arquitecto encargado de las reformas, Gene Kaufman, declaró a la
prensa que el encanto original del hotel, incluyendo su escalera de hierro
forjado y las obras de arte que cuelgan de sus muros, será preservado: “la
gente no debería estar nerviosa por eso”, aseguró Kaufman. Obras de arte que
Stanley Bard, su comprensivo director, generosamente aceptaba a la hora de
cobrar el alquiler a sus inquilinos más necesitados.
Este mismo mes de mayo de 2013 su
emblemática fachada roja lucía cubierta de andamiajes como prueba de las obras
que en él se están realizando. Lo que no está muy claro aún es la fecha de su “rentrée”,
si bien uno de los empleados de la recepción, un hombre de color, manifestó
optimistamente que su reapertura sería en diciembre de este mismo año; mientras
que otro trabajador del hotel llamado Doug, consultado telefónicamente, afirmó
que sería en mayo del año próximo. Por tanto ha sido imposible verificar ese
dato con certeza. También han resultado infructuosos hasta día de hoy los
intentos de envío de fax a José Pérez, gerente del restaurante español “El
Quijote”, situado en los bajos del edificio y cuyo contrato no expira antes de
2048; o el e-mail enviado al periodista de The Wall Street Journal, Craig
Karmin. No obstante, todo parece indicar que el mítico Chelsea Hotel reanudará
de nuevo su actividad hotelera en un futuro próximo. Al menos así lo esperamos
muchos de nosotros.
Bibliografía
Chelsea Hotel Manhattan. Joe
Ambrose (2007)
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