martes, 30 de enero de 2024

Bob Dylan, ‘The Beaten Path’

Bob Dylan expone en Londres sus crónicas visuales en cuadros que muestran icónicas imágenes del paisaje estadounidense.

La galería londinense Castle Fine Art exhibe una serie de pinturas llamada ‘El camino trillado’ (The beaten path), que según el compositor y premio Nobel de literatura, “representan un tema diferente del imaginario de la cultura de consumo”.

El músico, compositor, cantante y poeta de Minnesota, considerado como una de las figuras más prolíficas e influyentes en la música popular del siglo XX y comienzos del siglo XXI, lanzó por primera vez en 2016 la serie de edición limitada ‘Beaten Path’, que fue el primer proyecto importante de Dylan en su menos conocida faceta como artista plástico.

La colección de seis grabados que se exhibe ahora en Londres es el último capítulo de la crónica visual de un Bob Dylan pintando esos celebrados paisajes que nos descubren su menos conocido talento pictórico mientras recorre el corazón del país. Desde las sinuosas autovías de la interestatal de Colorado, los clásicos moteles de carretera, los emblemáticos paisajes urbanos, los ferrocarriles o el puente de San Francisco, esta colección ofrece una visión personal del genio de Bob Dylan en algunas de esas bellas panorámicas típicamente americanas.

“Las obras de The Beaten Path representan un tema diferente del imaginario cotidiano de la cultura de consumo. No hay nada que sugiera que estas pinturas se basaran en imágenes mentales que ocurren en los sueños, ni en mundos de fantasía, misticismo religioso o temas ambiguos. En cada imagen, el espectador no tiene que preguntarse si se trata de un objeto real o delirante”. Afirma Dylan sobre esta serie según anuncia la galería.

“Comprender el arte de Dylan ayuda a apreciar su singular impacto cultural. Su arte: pinturas, dibujos y esculturas de hierro reflejan su viaje creativo. Dylan, un observador del mundo, se hace eco de Warhol, Monet y los impresionistas, valorando la experiencia por encima de los detalles más finos de la imagen terminada”, asegura el texto curatorial de la galería.

Sin embargo, no es la primera vez que la obra de Dylan como artista plástico da que hablar. Ya se había ocupado de las portadas de los discos ‘Music from big pink’ (1968) y ‘Self-Portrait’ (1970). En 1994 la editorial Random House publicó ‘Drawn Blank’, una serie de dibujos del cantautor de principios de los noventa donde la expresividad del compositor fue plasmada en el papel. Una década después, una galería alemana mostraría estas mismas ilustraciones en la exposición llamada ‘The Drawn Blank Series’.

Poco tiempo después, la Galería Nacional de Dinamarca exhibió cuarenta de sus pinturas acrílicas. Y la Gagosian Madison Avenue Gallery de Nueva York expuso sus obras entre el 2011 y el 2012, centrándose en su trabajo artístico contemporáneo, mientras que la galería inglesa Halcyon exhibiría su trabajo con el hierro en noviembre de 2013.

Ese mismo año inauguraba ‘Mood Swings’, una presentación de siete puertas de metal creadas por el músico, quien sostuvo que su afición es algo que siempre lo ha acompañado, pues creció en el Estado de Minnesota, donde la minería y el hierro son fundamentales. En 2016 esta misma galería expuso parte de la serie ‘The beaten path’ que actualmente se puede ver en la galería Castle Fine Art.

Más información

Bob Dylan, ‘The Beaten Path’/ Castle Fine Art.

miércoles, 17 de enero de 2024

La fotografía moderna en Foto Colectania

Se inaugura hoy en Barcelona la exposición ‘El curso de los acontecimientos. Un atlas de la colección Foto Colectania’. Una historia de la fotografía moderna en España y Portugal.

La Colección Foto Colectania reúne un fondo de más de 3.000 fotografías de autores catalanes, españoles y portugueses. Es, sin duda, la colección privada con una representación más exhaustiva de la historia de la fotografía realizada durante la segunda mitad del siglo XX en la península ibérica. Sus imágenes dan fe de un doble proceso de la llamada modernización, el del propio medio fotográfico y el de las sociedades del sur de Europa.

La fotografía documental de marcado acento humanista define en gran medida esta gran colección. Y lejos de verse simplificadas por el atractivo de la observación directa y empírica, las realidades más genuinas alcanzan una complejidad extraordinaria. Una complejidad que entra en diálogo con las incorporaciones de obras producidas por una generación más joven de fotógrafos y que subraya un repertorio de tensiones latentes en la fotografía moderna.

Pero modernizar a menudo se convirtió en sinónimo de iconizar, reducir y sintetizar la realidad con una imagen emblemática. Esas fueron las fotografías que dieron forma a los acontecimientos, y aunque cada hecho hubiera deparado muchas más versiones de lo ocurrido, solo una adquiría el estatuto de la imagen icónica. Una a la que basta un acuerdo tácito para reconocerla. La exposición propone una lectura a contrapelo de la propia historia de la fotografía que tiende a colapsar y comprimir el desarrollo de los acontecimientos en un número reducido de imágenes.

Imágenes cuya potencia nadie discute, fotografías que preservan innumerables instantes y secuencias. El hombre semidesfigurado de la foto de Xavier Miserachs titulada ‘Calle Pelayo, Barcelona’ (1962) mantiene su iconicidad en función de la multitud a la que pertenece; el retrato del general Franco realizado por Ramón Masats en 1964 se apoya en una imagen de la autoridad ligada al caudillismo, al poder concentrado en la figura individual.

Pero existen otro tipo de acontecimientos, momentos colectivos tales como las manifestaciones, procesiones, ritos y, en general, multitudes que evocan el carácter esencialmente procesual y cuantitativo de la fotografía. Esos instantes requieren más de una imagen. Así que a pesar de las limitaciones naturales que impone el espacio de la exposición, la selección reúne cerca de 160 obras.

El conjunto se distribuye en 24 secuencias agrupadas en 8 bloques distintos. De modo que el despliegue de la selección recrea esa dialéctica entre imagen única y lo que podría calificarse como desarrollo alternativo de los acontecimientos. Es decir, otra película de los hechos que aún puede hacerse más compleja si consideramos que las secuencias alientan una lectura horizontal y los bloques una vertical.

Esta ordenación que remite a un atlas fotográfico –con sus regiones y continentes, algunos más extensos que otros– revela una insólita capacidad de la fotografía en tanto que dispositivo: las imágenes colaboran entre ellas produciendo nuevos significados y, en definitiva, otros acontecimientos que una sola fotografía no podría contener.

Los fotógrafos y las fotógrafas que componen esta exposición son: Laia Abril, Helena Almeida, Manel Armengol, Pilar Aymerich, Clemente Bernad, Josep Maria Casademont, Gérard Castello-Lopes, Colita, Joan Colom, Gabriel Cualladó, Jordi Esteva, Cristina García Rodero, Francisco Gómez, Joaquim Gomis, Fernando Gordillo, Roger Guaus, Cristóbal Hara, Manolo Laguillo, Adriana López Sanfeliu, Ramón Masats, Cristina de Middel, José Miguel de Miguel, Xavier Miserachs, Jorge Molder, Leopoldo Pomés, Jorge Ribalta, Xavier Ribas, Humberto Rivas, Txema Salvans, Rafael Sanz Lobato, Ton Sirera, Ricard Terré y Miguel Trillo.

Más información

Fundación Foto Colectania.

Fotografía (detalle) ‘Calle Pelayo, Barcelona’ (1962) © Xavier Miserachs