Se inaugura hoy en Barcelona la
exposición ‘El curso de los acontecimientos. Un atlas de la colección Foto
Colectania’. Una historia de la fotografía moderna en España y Portugal.
La Colección Foto Colectania reúne
un fondo de más de 3.000 fotografías de autores catalanes, españoles y
portugueses. Es, sin duda, la colección privada con una representación más
exhaustiva de la historia de la fotografía realizada durante la segunda mitad
del siglo XX en la península ibérica. Sus imágenes dan fe de un doble proceso
de la llamada modernización, el del propio medio fotográfico y el de las sociedades del
sur de Europa.
La fotografía documental de
marcado acento humanista define en gran medida esta gran colección. Y lejos de
verse simplificadas por el atractivo de la observación directa y empírica, las
realidades más genuinas alcanzan una complejidad extraordinaria. Una
complejidad que entra en diálogo con las incorporaciones de obras producidas
por una generación más joven de fotógrafos y que subraya un repertorio de
tensiones latentes en la fotografía moderna.
Pero modernizar a menudo se convirtió en sinónimo de iconizar, reducir y sintetizar la realidad con una imagen emblemática. Esas fueron las fotografías que dieron forma a los acontecimientos, y aunque cada hecho hubiera deparado muchas más versiones de lo ocurrido, solo una adquiría el estatuto de la imagen icónica. Una a la que basta un acuerdo tácito para reconocerla. La exposición propone una lectura a contrapelo de la propia historia de la fotografía que tiende a colapsar y comprimir el desarrollo de los acontecimientos en un número reducido de imágenes.
Imágenes cuya potencia nadie
discute, fotografías que preservan innumerables instantes y secuencias. El hombre
semidesfigurado de la foto de Xavier Miserachs titulada ‘Calle Pelayo,
Barcelona’ (1962) mantiene su iconicidad en función de la multitud a la que
pertenece; el retrato del general Franco realizado por Ramón Masats en 1964 se
apoya en una imagen de la autoridad ligada al caudillismo, al poder concentrado
en la figura individual.
Pero existen otro tipo de
acontecimientos, momentos colectivos tales como las manifestaciones,
procesiones, ritos y, en general, multitudes que evocan el carácter
esencialmente procesual y cuantitativo de la fotografía. Esos instantes
requieren más de una imagen. Así que a pesar de las limitaciones naturales que
impone el espacio de la exposición, la selección reúne cerca de 160 obras.
El conjunto se distribuye en 24
secuencias agrupadas en 8 bloques distintos. De modo que el despliegue de la
selección recrea esa dialéctica entre imagen única y lo que podría calificarse
como desarrollo alternativo de los acontecimientos. Es decir, otra película de
los hechos que aún puede hacerse más compleja si consideramos que las
secuencias alientan una lectura horizontal y los bloques una vertical.
Esta ordenación que remite a un
atlas fotográfico –con sus regiones y continentes, algunos más extensos que
otros– revela una insólita capacidad de la fotografía en tanto que dispositivo:
las imágenes colaboran entre ellas produciendo nuevos significados y, en
definitiva, otros acontecimientos que una sola fotografía no podría contener.
Los fotógrafos y las fotógrafas que componen esta exposición son: Laia Abril, Helena Almeida, Manel Armengol, Pilar Aymerich, Clemente Bernad, Josep Maria Casademont, Gérard Castello-Lopes, Colita, Joan Colom, Gabriel Cualladó, Jordi Esteva, Cristina García Rodero, Francisco Gómez, Joaquim Gomis, Fernando Gordillo, Roger Guaus, Cristóbal Hara, Manolo Laguillo, Adriana López Sanfeliu, Ramón Masats, Cristina de Middel, José Miguel de Miguel, Xavier Miserachs, Jorge Molder, Leopoldo Pomés, Jorge Ribalta, Xavier Ribas, Humberto Rivas, Txema Salvans, Rafael Sanz Lobato, Ton Sirera, Ricard Terré y Miguel Trillo.
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información
Fundación Foto Colectania.
Fotografía (detalle) ‘Calle Pelayo, Barcelona’ (1962) ©
Xavier Miserachs