Una mirada a la historia de Europa del siglo XX a través de las fotografías del reportero autor de la instantánea ‘Muerte de un miliciano’.
“Si tus fotos no son lo
suficientemente buenas, es que no te has acercado lo suficiente.”
El Círculo de Bellas Artes
presenta en Madrid la mayor retrospectiva en España dedicada a Robert Capa, uno
de los fotógrafos más influyentes del siglo XX. La muestra reúne más de 250 piezas
originales entre fotografías de época, publicaciones y objetos personales procedentes
de la Golda Darty Collection y de los archivos de Magnum Photos.
Endré Frieddman (Budapest, 1913
- Indochina, 1954), más conocido como Robert Capa, se convirtió en el gran
referente del fotoperiodismo moderno. Su carrera, aunque breve, lo llevó a
cubrir cinco conflictos decisivos: la Guerra Civil Española, la guerra
chino-japonesa, la Segunda Guerra Mundial, la primera guerra árabe-israelí y la
guerra de Indochina. La célebre ‘Muerte de un miliciano’, símbolo de
la Guerra Civil; las fotografías tomadas bajo fuego enemigo en Omaha Beach
durante el Desembarco de Normandía; o los retratos íntimos de soldados y
civiles, que revelan la dimensión más humana del conflicto, son imágenes que
hoy forman parte de la memoria colectiva.
Esta exposición reúne un conjunto
excepcional de fotografías originales reveladas en su momento por el propio
Capa, lo que permite apreciar el modo en que circularon en periódicos y
revistas de la época. Esas instantáneas conservan la inmediatez del momento,
con toda la urgencia y las marcas de su tiempo, lejos de las copias posteriores
más retocadas.
Junto a ellas, se muestran
objetos personales —como una de sus cámaras Leica, su máquina de escribir o
documentos de viaje— que permiten acercarse al día a día del fotógrafo. Estos
elementos recuerdan que Capa fue, además de reportero, un hombre vitalista y
curioso, apasionado por el cine, los viajes y la amistad.
Ligado a la fotografía de
guerra, Robert Capa también retrató a grandes personalidades de la cultura como
Picasso, Hemingway o Ingrid Bergman, y exploró otros géneros como la moda, el
cine o la fotografía de viajes. Desde finales de los años treinta experimentó
con el color, y tras la Segunda Guerra Mundial lo incorporó a menudo en sus
reportajes para revistas internacionales.
Las escenas en color que pueden
verse en la exposición ofrecen una mirada distinta: un Capa menos conocido, que
captura la vitalidad de la vida cotidiana, los paisajes y los retratos con una
frescura sorprendente.
Capa murió en 1954, a los 40
años, al pisar una mina mientras cubría la guerra de Indochina. Su vida corta y
su compromiso con estar siempre “en el corazón de la acción” lo convirtieron en
leyenda. Tras su muerte, su hermano Cornell Capa se dedicó a conservar y difundir
su legado, al que también contribuyeron la agencia Magnum Photos —fundada por
Robert junto con Henri Cartier-Bresson, David “Chim” Seymour y otros— y
numerosos investigadores.
Actualmente sus imágenes siguen
interpelando con la misma fuerza que hace décadas. No solo muestran lo que
ocurrió, sino también cómo eligió mirarlo: con cercanía, humanidad y un claro
compromiso con quienes sufrían la violencia de la guerra.
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