Desde el 16 de junio de 1954, todos los años se conmemora internacional-mente el día de Leopold Bloom.
El Bloomsday es un acontecimiento festivo y cultural que celebra a James Joyce recordando su personaje literario Leopold Bloom –protagonista de la novela ‘Ulises’–, en el día que éste discurre por las calles de Dublín.
El 16 de junio es el día en el que transcurre la acción en la novela. El ritual consiste en comer y beber lo mismo que los protagonistas de la obra. Asimismo –especialmente en Dublín–, se llevan a cabo por calles, tabernas, pubs o foros culturales diversos actos que tienen su paralelismo en la novela siguiendo el mismo itinerario que narrase Joyce.
En la novela, el joven aspirante a escritor dublinés Stephen Dedalus se va cruzando de vez en cuando a lo largo del día en los recorridos por el laberinto de calles de la ciudad con el judeoirlandés Leopold Bloom. En su periplo acontecen altercados con borrachos y hasta una orgía en un burdel.
Joyce escribió su novela de 1914 a 1921, y fue publicada en 1922. Pero desde antes de su aparición en forma de libro ya era famoso en algunos circulos intelectuales europeos, pues escritores como el francés Valéry Larbaud y los anglo-americanos Ezra Pound y T. S. Eliot –sin olvidarnos de Sylvia Beach, en cuya librería se reunían los más destacados escritores e intelectuales anglosajones de la época que vivían por entonces en París–, quienes ya lo conocían por los fragmentos publicados con anterioridad en revistas o por lecturas caseras impartidas por el propio Joyce, lo predecían como la obra maestra que revolucionaría la literatura del siglo.
La mejor novela del siglo XX según la crítica, no ha despertado en otros, sin embargo, la atención suficiente como para pasar de la primera página.
En mi novela, ‘Sincronías del destino’, relato un pasaje que alude más directamente a Joyce que otros por demás biográficos que aparecen en el libro, y al Bloomsday que celebraron en ese año 2004 su centenario: una coincidencia.
‘Sincronías del destino’ (extracto):
(…) Curiosamente, la calle aledaña es la Rue Saint-Jacques, es decir, la calle de Santiago, y apenado recordé cuando, enamorados hacíamos el Camino de Santiago juntos –aunque yo algo más adelantado que ella–, dejé clavada en el impresionante tronco de una sabina centenaria arraigada en un sombrío recodo del camino, una breve nota dirigida a ella, aun a sabiendas de que quizá el viento, la lluvia –que más tarde supe que no se produjo en ningún punto de Galicia– o cualquier otro peregrino curioso de los que ese día pasarían por ahí la desclavara del robusto árbol, se la llevara o rompiera sin que pudiera cumplir su cometido, es decir, que ella la leyera. Se trataba de una hermosa bendición irlandesa –precisamente, en el mismo año que se cumplía el centenario del “Bloomsday” del Ulises de Joyce– escrita en un pedazo de papel apenas unos instantes antes de llegar a ese lugar de la senda jacobea, dedicándosela a Helena, y que, olvidándome de esos naturales y previsibles factores meteorológicos o humanos, había dejado claramente a la vista para cuando ella pasara por allí.
Que los caminos se abran a tu encuentro
Que el sol brille templado sobre tu rostro
Que la lluvia caiga suave sobre los campos
Que el viento sople siempre a tu espalda
Y que hasta el día que volvamos a encontrarnos
Dios nos tenga en la palma de su mano (…)
En lo casuístico y sincrónico, este hecho constituyó una más de las sorprendentes coincidencias veraces que me han acontecido y que he trasladado a mi novela, conformando un todo en el que se mezclan la realidad y la autoficción –amén de otras disquisiciones– y que, en lo metaliterario, cobró vida propia hasta engendrar una obra.
Desde La Biblia a El relojero ciego de Richard Dawkins todo es literatura. Somos literatura, y con nuestras obras creamos el mundo. Por eso, gracias a la literatura, precisamente hoy más que nunca, Leopold Bloom existe y celebra su día: el Bloom´s day.
¡Joyce y pintas!
NOTA: Los interesados que lo deseen pueden celebrarlo igualmente ahora también entre blogs. Para ello, sólo debemos crear una entrada con el título “Bloomsday” y enviar la dirección URL de la misma, con la anotación “work in progress” (título provisorio del Finnegan´s Wake), a:
bloomsday2009arrobagmail.com
Post scriptum: Listado de todos los blogs que nos unimos a la convocatoria de 'El lamento de Portnoy' para celebrar unidos el 'Bloomsday' en la blogosfera.
El Bloomsday es un acontecimiento festivo y cultural que celebra a James Joyce recordando su personaje literario Leopold Bloom –protagonista de la novela ‘Ulises’–, en el día que éste discurre por las calles de Dublín.
El 16 de junio es el día en el que transcurre la acción en la novela. El ritual consiste en comer y beber lo mismo que los protagonistas de la obra. Asimismo –especialmente en Dublín–, se llevan a cabo por calles, tabernas, pubs o foros culturales diversos actos que tienen su paralelismo en la novela siguiendo el mismo itinerario que narrase Joyce.
En la novela, el joven aspirante a escritor dublinés Stephen Dedalus se va cruzando de vez en cuando a lo largo del día en los recorridos por el laberinto de calles de la ciudad con el judeoirlandés Leopold Bloom. En su periplo acontecen altercados con borrachos y hasta una orgía en un burdel.
Joyce escribió su novela de 1914 a 1921, y fue publicada en 1922. Pero desde antes de su aparición en forma de libro ya era famoso en algunos circulos intelectuales europeos, pues escritores como el francés Valéry Larbaud y los anglo-americanos Ezra Pound y T. S. Eliot –sin olvidarnos de Sylvia Beach, en cuya librería se reunían los más destacados escritores e intelectuales anglosajones de la época que vivían por entonces en París–, quienes ya lo conocían por los fragmentos publicados con anterioridad en revistas o por lecturas caseras impartidas por el propio Joyce, lo predecían como la obra maestra que revolucionaría la literatura del siglo.
La mejor novela del siglo XX según la crítica, no ha despertado en otros, sin embargo, la atención suficiente como para pasar de la primera página.
En mi novela, ‘Sincronías del destino’, relato un pasaje que alude más directamente a Joyce que otros por demás biográficos que aparecen en el libro, y al Bloomsday que celebraron en ese año 2004 su centenario: una coincidencia.
‘Sincronías del destino’ (extracto):
(…) Curiosamente, la calle aledaña es la Rue Saint-Jacques, es decir, la calle de Santiago, y apenado recordé cuando, enamorados hacíamos el Camino de Santiago juntos –aunque yo algo más adelantado que ella–, dejé clavada en el impresionante tronco de una sabina centenaria arraigada en un sombrío recodo del camino, una breve nota dirigida a ella, aun a sabiendas de que quizá el viento, la lluvia –que más tarde supe que no se produjo en ningún punto de Galicia– o cualquier otro peregrino curioso de los que ese día pasarían por ahí la desclavara del robusto árbol, se la llevara o rompiera sin que pudiera cumplir su cometido, es decir, que ella la leyera. Se trataba de una hermosa bendición irlandesa –precisamente, en el mismo año que se cumplía el centenario del “Bloomsday” del Ulises de Joyce– escrita en un pedazo de papel apenas unos instantes antes de llegar a ese lugar de la senda jacobea, dedicándosela a Helena, y que, olvidándome de esos naturales y previsibles factores meteorológicos o humanos, había dejado claramente a la vista para cuando ella pasara por allí.
Que los caminos se abran a tu encuentro
Que el sol brille templado sobre tu rostro
Que la lluvia caiga suave sobre los campos
Que el viento sople siempre a tu espalda
Y que hasta el día que volvamos a encontrarnos
Dios nos tenga en la palma de su mano (…)
En lo casuístico y sincrónico, este hecho constituyó una más de las sorprendentes coincidencias veraces que me han acontecido y que he trasladado a mi novela, conformando un todo en el que se mezclan la realidad y la autoficción –amén de otras disquisiciones– y que, en lo metaliterario, cobró vida propia hasta engendrar una obra.
Desde La Biblia a El relojero ciego de Richard Dawkins todo es literatura. Somos literatura, y con nuestras obras creamos el mundo. Por eso, gracias a la literatura, precisamente hoy más que nunca, Leopold Bloom existe y celebra su día: el Bloom´s day.
¡Joyce y pintas!
NOTA: Los interesados que lo deseen pueden celebrarlo igualmente ahora también entre blogs. Para ello, sólo debemos crear una entrada con el título “Bloomsday” y enviar la dirección URL de la misma, con la anotación “work in progress” (título provisorio del Finnegan´s Wake), a:
bloomsday2009arrobagmail.com
Post scriptum: Listado de todos los blogs que nos unimos a la convocatoria de 'El lamento de Portnoy' para celebrar unidos el 'Bloomsday' en la blogosfera.