viernes, 20 de diciembre de 2013

‘Operación Dulce’, lo último de Ian McEwan


El novelista y guionista inglés Ian McEwan, nacido en la localidad de Aldershot, en el condado de Hampshire, el 21 de junio de 1948, tuvo una infancia viajera, pues se vio obligado a trasladar su residencia en numerosas ocasiones debido a la condición militar de su padre. Tras abandonar sus estudios, McEwan viajó a Grecia, donde se ganó la vida como barrendero. Posteriormente asistió a las universidades de Sussex y East Anglia. En esta última fue el primer estudiante inscrito en el curso de Escritura creativa impartido por el también escritor Malcolm Bradbury (1932-2000), quien fuera profesor de literatura inglesa y americana en dicha universidad. Sus dos primeras compilaciones de relatos resultaron muy controvertidas, pues McEwan desarrolló en ellas un estilo muy elaborado para narrar extraños relatos cotidianos salpicados de obsesiones sexuales, perversidad y muerte. La temática de sus obras, su talento como narrador y su particular sentido del humor le han convertido en uno de los escritores más considerados de la literatura inglesa actual. Nombrado Caballero de la Orden del Imperio Británico, es para muchos uno de los novelistas del Reino Unido más importantes del siglo XX.

Tras esa primera colección de relatos titulada ‘Primer amor, últimos ritos’, aparecida en 1975, publicaría dos años después ‘Amor perdurable’, saludada por la crítica como una obra maestra. Un inquietante thriller que describe la relación entre un escritor y un admirador obsesivo, en el que su protagonista sufre el síndrome de Clerambault. Lo que los antiguos psiquiatras describían como “la locura del amor casto”, una disfunción que correspondía siempre a un ser idealizado. Un trastorno en el que el sujeto desarrolla la delirante convicción de que es amado por otra persona, cuando no es así en la realidad.

En 1998 a McEwan le fue concedido el prestigioso galardón Booker Prize por su novela ‘Amsterdam’, siendo por ello objeto de una gran polémica. Su gran éxito internacional le llegó en 2007 con la celebrada ‘Expiación’, un best-seller mundial cuya adaptación al cine le supuso ser nominada a siete Premios Oscar.

La ya undécima novela de Ian McEwan, ‘Operación Dulce’, es una historia en la que el autor combina el pulso narrativo y el misterio de los thrillers de espionaje de Graham Greene o John Le Carré con un apasionado relato de amor y sexo. Todo ello aderezado con los visos de una amena comedia, pues el autor ha sido capaz de escribir una novela maliciosamente divertida sobre la Guerra Fría. McEwan, además, da una última vuelta de tuerca a esta admirable novela superando incluso el famoso final de la citada ‘Expiación’.

En su argumento, McEwan se sirve de la excusa que representa uno de los aspectos más llamativos de la Guerra Fría, es decir, la tensa amenaza mutua de las dos superpotencias con la hecatombe nuclear, pretendiendo ambas además ganar adeptos para su causa en el resto del mundo. Para paliar el influjo de los intelectuales más pro soviéticos en Occidente, incluidos Gran Bretaña y los Estados Unidos, se procede a sufragar y espolear la divulgación de aquellos artistas independientes y escritores que eran más críticos con los regímenes del otro lado del Telón de Acero, como sería el caso de André Malraux, Albert Camus o George Orwell.

McEwan crea con la joven Serena Frome, la bella hija de un obispo anglicano, otro espléndido personaje. Una chica de buena familia, tan brillante e ingenua como sentimental y aventurera, que es reclutada en Cambridge por el MI5, el servicio secreto británico, gracias a la intervención de su amante. La misión de la muchacha es crear una fundación para apoyar a los literatos anticomunistas más prometedores. Así las cosas, Serena conoce a Tom Haley, un joven escritor ávido de éxito, y también a Max, su oscuro y orgulloso superior, con los que formará un singular triángulo amoroso.


Fotografía de Ian McEwan © Joost Van Den Broek