El 2 de febrero de 1922 vería
la luz la monumental obra de un James Joyce que revolucionaría la literatura
reinventando el canon de la novela y las bases del relato de ficción.
Los años del periodo de
entreguerras produjeron algunos de los grandes literatos del siglo XX. Esos
escritores de la llamada “Generación Perdida” acudieron en masa a la escena
literaria de la Rive Gauche de París.
La margen izquierda del Sena, que dicho en francés designa por extensión el
modo de vida de los barrios bohemios, artísticos e intelectuales de la primera
mitad del siglo XX comprendidos en los actuales distritos V y VI, que se han caracterizado
por aquella cultura bohemia en oposición a los barrios burgueses más clásicos y
conservadores de los distritos XVI y XVII, situados en la orilla derecha o Rive Droite.
Por entonces, escritores como Ernest Hemmingway, Ezra Pound y T. S. Eliot frecuentaban los círculos literarios de la Shakespeare & Co., la famosa librería propiedad de la norteamericana Sylvia Beach. Tanto su gran amiga, Adrianne Monnier, propietaria de La Maison des Amis des Livres, como la propia Beach apoyaron de manera apasionada el espíritu de ese movimiento literario conocido como “Generación Perdida”. Y fue a raíz de un primer encuentro entre Sylvia Beach y James Joyce cuando surgiría una relación de mecenazgo de Beach para paliar las confesas penurias de Joyce, que luchaba por encontrar a alguien que publicara su obra titulada ‘Ulises’.
Considerado obsceno, los
editores estadounidenses e ingleses rechazaron el manuscrito una y otra vez.
Ante
las negativas y serias dificultades para que Joyce pudiera ver publicado el
libro, Sylvia Beach se ofreció a hacerlo. Así Shakespeare & Company se
convertiría en la editorial de su ‘Ulises’, que en un primer momento se acordó
que fuera una edición de mil ejemplares.
Beach creía tan fervientemente
en Joyce y en la calidad de ‘Ulises’ que ella literalmente quebró publicando el
libro para él. Desafortunadamente, cuando Random House contacta a Joyce, este acepta
un importante contrato con la editorial y deja abandonada a Beach. Muy dolida, Adrianne
Monnier escribiría una carta a Joyce pidiéndole que “nunca regresara”. La
comunidad literaria de la Rive Gauche
apoyó a Beach pidiendo al gobierno francés que subvencionara la librería, y
autores como T. S. Eliot y Paul Valéry celebrarían lecturas benéficas para
recaudar fondos para mantener a flote la Shakespeare & Co.
La magna obra de Joyce es el
relato de un día en la vida de tres personajes: Leopold Bloom, su mujer Molly y
el joven Stephen Dedalus. Un viaje de un día, una Odisea inversa, en la que los
tópicos homéricos se invierten y subvierten a través de un grupo evidentemente
antiheroico cuya tragedia roza la comicidad. Un relato que parodia la épica de
la condición humana y de Dublín y sus buenas costumbres cuya estructura, profusamente
vanguardista revela a cada momento su dificultad exigiendo al lector la máxima
dedicación.
‘Ulises’ es un libro rimbombante, grosero y erudito donde los haya que ofrece una literatura diferente, extraña, a veces molesta y sin duda excepcional. Ese libro difícil que tantos presumen de no haber leído y que está considerado como una de las mejores obras del siglo XX.