El pasado 13 de abril falleció a
los 87 años en su Palermo natal Letizia Battaglia, la fotógrafa y reportera que
más retrató la lucha contra la mafia siciliana.
“Durante años me he dedicado a
fotografiar cadáveres. Nos sentimos humillados como pueblo, sometidos y
avergonzados por esta tragedia”.
Letizia Battaglia mantuvo siempre una relación de amor-odio con Sicilia; por un lado, estaban sus conmovedoras fotografías de niños y mujeres desamparados, y por otro, el odio no solo por las sangrientas matanzas de las que fue testigo y fotografió, sino también por el consentimiento y el silencio de los años oscuros. Por su trabajo como fotoperiodista obtuvo el Premio W. Eugene Smith de Fotografía Humanista en 1985, el Erich Salomon-Preis en 2007, el más prestigioso que se concede en Alemania, y el Cornell Capa Infinity Award del ICP en 2009.
Nacida en 1935, Letizia Battaglia
se casó a los 16 años y fue madre de 3 hijas. En 1969 comienza a trabajar en el
periódico de izquierda L‘Ora, siendo
la única mujer de la plantilla. Poco después, tras su divorcio se traslada con
sus hijas a Milán. Fue amiga de Pier Paolo Pasolini, fotografió a celebridades
como Ezra Pound, Dario Fo y Franca Rame. En 1974 regresa a Palermo con su
pareja, el fotógrafo Franco Zecchin. Allí ambos fundan la agencia Informazione Fotografica, que visitarían
colegas como Josef Koudelka y Ferdinando Scianna, y que sería escuela de
formación para un gran número de jóvenes fotógrafos.
Volvió a unirse a L‘Ora hasta que el periódico cierra en
1992. Enfrentada en un entorno de delincuencia, a veces fotografiaba de 4 a 5
asesinatos por día, razón por la cual describió sus imágenes como un “Archivo
de sangre”. Como hiciera el reportero gráfico apodado Weegee en el Nueva
York de los años treinta y cuarenta, Battaglia también escuchaba los avisos en
la frecuencia de la policía para luego dirigirse en su Vespa a la escena del crimen. Y en muchas ocasiones era ella la
primera en presentarse en el lugar de los hechos. Así ocurrió también el 6 de
enero de 1980 cuando fue ejecutado el Presidente de la Región de Sicilia
Piersanti Mattarella, a quien se puede ver en la fotografía que toma Battaglia cuando
es sacado del automóvil por su hermano menor Sergio.
Letizia Battaglia no se
contentó solo con documentar, sino que participó activamente en diferentes protestas
o manifestaciones; por ejemplo, colgó ampliaciones de sus fotografías de
masacres en el mercado del pueblo de Corleone. También fue a las barricadas por la protección del
centro histórico de Palermo. En repetidas ocasiones fue amenazada, pero siguió
trabajando con la misma determinación que siempre. Únicamente cuando sus
amigos, los jueces instructores Falcone y Borsellino, fueron asesinados, detuvo
sus actividades contra la Cosa Nostra y se centró más en su faceta política y
cultural.
Battaglia estuvo activa en el
consejo municipal desde 1985, pero luego siguió mandatos en el parlamento
regional y otras instituciones políticas. Durante casi la totalidad de su
carrera política, se sentó en el consejo de la ciudad con Leoluca Orlando.
También fundaría una editorial y desde el 2000 dirigiría durante tres años la publicación
de Mezzocielo, una revista bimensual
dirigida a mujeres. En 2017 crea el Centro Internacional dedicado a la
Fotografía de Palermo, un espacio destinado también al desarrollo de jóvenes talentos.
Así como el depósito de sus archivos con más de 500.000 fotografías.
Letizia Battaglia fue una mujer
extraordinaria, un referente internacional en el mundo del arte y un claro ejemplo
de cómo la fotografía puede realmente cambiar el mundo.
Más
información
La fotógrafa de la mafia
(documental).