Fundación MAPFRE muestra en
Madrid, hasta el 27 de agosto, una gran retrospectiva de la obra de una de las
mayores figuras de la fotografía callejera de los últimos tiempos.
El fotógrafo estadounidense
Louis Stettner, conocido por capturar la esencia de las calles de París y Nueva
York tras la Segunda Guerra Mundial –ciudades en las que transcurrió su vida–, comenzaría a tener su precoz amor por el arte cuando con su familia visitase a
una edad temprana los grandes museos de la ciudad. En aquel tiempo empezó a
crecer en él una pasión que le acompañó hasta sus últimos días.
Esta exposición quiere destacar en el trabajo de Stettner el carácter documentalista social que tienen sus fotografías y la fuerza emotiva de algunos de los retratos e imágenes callejeras. Organizada de forma cronológica, presenta más de ciento noventa fotografías que recorren toda su trayectoria, incluyendo algunas imágenes inéditas y parte de su obra en color, casi desconocida hasta ahora.
Una obra que en general no
había sido objeto del reconocimiento que sin duda merece, y que abarca multitud
de temas, desde entornos urbanos casi vacíos hasta bulliciosas escenas del
metro de Nueva York, la rutina de trabajadores y transeúntes, o los paisajes
montañosos del macizo francés de los Alpilles, ya en su última época. A lo
largo de su trayectoria volvió con frecuencia sobre muchos de ellos, en
especial sobre los relacionados con su compromiso social y su preocupación por los
menos favorecidos.
Nacido en Brooklyn, Nueva York, en 1922, Stettner creó miles de imágenes a lo largo de una carrera de casi ochenta años. Siendo un joven adolescente adquirió su primera cámara y pronto se sintió atraído por las calles de su ciudad natal. No tardó en hacerse un nombre en la famosa Photo League de Nueva York, donde entabló amistad con Sid Grossman y Weegee.
El metro neoyorquino se convierte en un microcosmos para
Stettner, donde los sujetos son los diferentes personajes urbanos y clases
sociales que coexisten en la ciudad. A diferencia de Walker Evans, que ocultaba
la cámara en el interior de su abrigo mientras fotografiaba a los viajeros del
suburbano varios años antes, él mantenía su Rolleiflex a la vista y simulaba
estar ajustándola cuando en realidad tomaba fotografías discretamente.
Con 18 años se alistó en el
ejército americano para acabar trabajando como fotógrafo de combate durante la
Segunda Guerra Mundial. Terminada la guerra, Stettner visitó París en 1947 con
la intención de pasar tres semanas en la ciudad, pero acabó quedándose cinco
años y estudió cinematografía con una beca del Ejército. Durante ese tiempo mantendría una relación duradera con Brassai, quien influiría muy
significativamente en su forma de ver la vida, la ciudad y su gente a través
del objetivo de la cámara.
Más tarde trasladaría su ámbito
profesional a la universidad, donde decide dar clase de fotografía. La
Universidad de Brooklyn, el Queens College y la Unión Cooper son las
instituciones para las que decide trabajar entre 1960 y 1970. Consciente de la
importancia de la fotografía como instrumento de cambio social, Stettner también
ofrece su trabajo a revistas importantes como Life, Time, Paris Match, Fortune
o National Geographic.
Louis Stettner falleció el 13
de octubre 2016 en Saint-Ouen (Francia), a la edad de 93 años.
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Fotografía Self-portrait © Louis Stettner