La Fundación Canal presenta una
exposición coproducida con Magnum Photos que reúne 135 copias de época del
fotógrafo estadounidense Elliott Erwitt.
Dividida en tres secciones, la
exposición muestra tres de los ámbitos icónicos que fueron objeto de
inspiración para Erwitt: las personas, los animales y las formas. Procedentes
de su estudio, son fotografías que él mismo positivó y que reflejan su pulsión
característica por capturar la esencia de lo cotidiano, desde el humor, el
ingenio y el corazón.
Elliott Erwitt (1928-2023) ha
pasado a formar parte de la historia de la fotografía por su capacidad de
encontrar y capturar lo extraordinario en lo ordinario y de mostrar la
comicidad que se encuentra en la humanidad. La narrativa de su obra es la
historia de la vida misma. Para él, la fotografía “cuando es buena, es bastante
interesante, y cuando es muy buena, es irracional e incluso mágica […] Cuando
surge la fotografía, lo hace fácilmente, como un regalo que no debe ser cuestionado
ni analizado”.
Las ocurrencias visuales que
inundan sus fotografías despiertan una sonrisa cómplice en el espectador,
haciéndole partícipe del espectáculo de la comedia humana. A lo largo de la
exposición, se puede observar cómo encontraba el humor en lo peculiar del
comportamiento humano, en sus escenas callejeras o en la intimidad de lo
doméstico que inmortalizó con su cámara.
La humanidad de sus obras hace
referencia a la mirada del fotógrafo, por la conexión emocional que crea con lo
retratado. Lejos de la planificación y de una metodología inmutable, el trabajo
de Erwitt es fruto del placer diario de salir al encuentro de la imagen,
combinado con una maestría absoluta de la técnica fotográfica.
Son el uso del blanco y negro,
junto a la ironía, las señas de identidad de este artista. Aunque una pequeña
parte de su producción fotográfica es en color –la más comercial, aquello que
consideraba “trabajo”–, según Erwitt, “el color es descriptivo. El blanco y
negro es interpretativo”. En sus instantáneas, el color se reduce para dejar
paso a lo esencial: las intensidades de los tonos, que ocultan una cosa y
resaltan otra, y ofrecen una interpretación más libre, más expresiva y emotiva
de la realidad. Es por ello, por lo que también sus fotografías están tituladas
solo con la ubicación y el año, invitando al espectador a leer la imagen de
forma más “pura”, para que pueda sacar sus propias conclusiones.
De las 135 copias de época que
componen la exposición, 122 son impresiones de pequeño formato, a menudo denominadas
“impresiones de trabajo”, ya que fueron utilizadas originalmente por el propio
Erwitt para el desarrollo de libros o revistas. Junto a estas fotografías, la
exposición también acoge 13 copias de gran formato (76 x 101 cm) a las que
Erwitt denominó “impresiones maestras” y que fueron directamente supervisadas
por él con el fin de exhibirlas en museos o galerías. Juntas, las “impresiones
de trabajo” y las “impresiones maestras”, forman una colección única que
proviene directamente del estudio de Elliott Erwitt y que se presentan por
primera vez ante el público con esta disposición.
Más información
Fundación Canal/ Elliott Erwitt. La comedia humana.