Finalizó esta exposición organizada
por el Ayuntamiento de Madrid, el Espacio Cultural Serrería Belga y el Museo de
Arte Contemporáneo Helga de Alvear como parte de la sección oficial de PHotoESPAÑA.
El Espacio Cultural Serrería Belga acogió la exposición que, en el marco de la edición de PHotoESPAÑA 2025, trazó la historia visual de la transformación europea a través de su arquitectura recorriendo un siglo de rupturas y renacimientos en el que la fotografía documenta los ecos de la guerra, la industria y la memoria.
La muestra incluía fotografías de grandes artistas como Eugène Atget, Bernd & Hilla Becher, Mario von Bucovich, Janos Frecot, Hein Gorny, Andreas Gursky, Candida Höfer, Axel Hütte, Thomas Ruff, Hugo Schmölz, Josef Stoffels, Cami Stone, Sasha Stone, Thomas Struth, Frank Thiel, y Paul Wolff.
El conjunto de fotografías
mostraban la herida abierta que dejó la I Guerra Mundial, la crisis industrial
que vivió Alemania Occidental desde 1950 y que azotaría a Europa y Estados
Unidos y la reconfiguración del orden político mundial tras la caída del muro
de Berlín, que habría de marcar el inicio de la sociedad contemporánea con
todas sus contradicciones y conflictos, simbolizan algunos de esos momentos que
en sus respectivas épocas han representado el fin de algo, el después de todo.
De cada una de estas tres
etapas de la historia había una imagen que fotográficamente estaba representada
en los fondos de la Colección Helga de Alvear. El inicio lo marcan los autores
de la Nueva objetividad de los años 20 y 30, precedidos por Eugène Atget,
quienes prescindieron de cualquier atisbo de optimismo y abandonaron todo
rastro de subjetivismo y pictorialismo para representar el período de
entreguerras con precisión técnica y exactitud formal, al tiempo que abrían el
debate sobre la veracidad de la fotografía.
La siguiente etapa se inicia en
1959, año en que Bernd y Hilla Becher comenzaron el titánico inventario de
edificios y estructuras industriales marcados con la inminencia de su propia
muerte; constituyendo la huella de un tiempo histórico desde el mismo instante
en que son atrapados por el objetivo. Un archivo melancólico de tipologías,
series y sistemas –que habían de favorecer su entrada en el mundo del arte de
la mano de conceptuales y minimalistas–, conformados con un método preciso e
imperturbable en el tiempo. Documentos de una crisis industrial y económica,
pero sobre todo social, a pesar de o a causa de la deshumanización de que es
objeto el registro de estas “esculturas anónimas”.
Por último, ese nuevo tiempo
que los alumnos de los Becher representaron, tornando explícito el conflicto
entre la memoria y el futuro que se conceptualiza a través de sus edificios,
interiores y fachadas, y de su espacio urbano, desierto o agitado por las
relaciones sociales que en él se establecen. Una diversidad de singularidades
arropadas por una designación, la Escuela de Düsseldorf, en la que prosigue
imparable el deseo de inventariar. Ya no bajo la premisa del documento y la
objetividad, sino asumiendo totalmente la naturaleza de construcción que
distinguirá a la fotografía, su naturaleza de imagen. Procesos de
distanciamiento, deshumanización o ensimismamiento son puestos en práctica
junto a operaciones de apropiación, producción o manipulación digital, dejando
a la fotografía suspendida entre la más radical objetividad y la ficción.
Las imágenes de Höfer, Struth,
Gursky, Hütte y Ruff cierran con la representación de un tiempo que se destruye
y renace incesantemente a través de su arquitectura. Un ritmo tan rápido y
nuevo que no deja lugar a la ruina, únicamente a su imagen transitoria
conservada en el objetivo de Thiel. Ruina enfrentada a su reverso, la
construcción de una nueva identidad y un nuevo tiempo histórico, tan complejos
como la acumulación de detalles que las imágenes recogen.
En esta selección quedaron a un
lado retratos y paisajes, para centrar la exposición en el espacio urbano, sus
edificios y sus interiores, aprovechando el contexto que la Serrería Belga
proporciona. Un espacio que es, en sí mismo, un ejemplo magnífico de espacio
industrial que acumula estratos de historia y sobrevive a partir de su
reconversión como espacio cultural.
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información
Fotografía ‘Hong Kong’
(1994) © Andreas Gursky (Cortesía Museo
Helga de Alvear, Cáceres)