domingo, 26 de junio de 2011

Amir John Haddad, ‘From East to West’


El acogedor Croché no quiso llamarse café por no equipararse con los míticos cafés tertulianos de los siglos XVIII, XIX o principios del XX, como el Levante, Pombo, Comercial, Príncipe o Gijón, y modestamente prefirió definirse con el apelativo de ‘Cafetín’. Sin embargo, la decoración de este pequeño café, en el que se celebran conciertos y otros eventos que van desde la poesía a la magia, está ambientada al más puro estilo parisino de principios del siglo pasado. Entre el curioso atrezzo del local, colgando de sus paredes es posible ver diversos objetos de un claro Art nouveau, como láminas enmarcadas de los artistas Gustav Klimt o Alphonse Mucha (Sara Bernhardt, Theatre de la Renaissance…), e incontables fotografías y postales, radios antiguas, bastones, librillos de papel de fumar, bustos o estatuillas, billetes viejos, así como lámparas o quinqués y mobiliario de época.

Pero anoche, en su sótano bajo la bóveda semicircular, semejante si se quiere a las primeras qas'a o jism (caja de resonancia) de la ud árabe, resonaron las notas y exóticos acordes provenientes de los distintos instrumentos de cuerda pulsada, que tañería en su periplo musical por el Mediterráneo y desde Oriente, el músico de ascendencia palestino-colombiana nacido en 1975 en Freiburg (Alemania), Amir John Haddad. Un concierto que él ha titulado ‘From East to West’.

Un mágico viaje sonoro que el multiinstrumentista inició con el citado laúd árabe –aunque en su versión eléctrica, sin la característica barriga de la ud tradicional–, para continuar demostrando su gran virtuosismo tocando el saz turco, emparentado con el buzuq libanés, de la misma familia que el laúd con mástil largo, que se toca en diversas regiones como Turquía, Kurdistán, Siria, Iraq, Irán y los Balcanes. Y más tarde proseguir con el buzuki griego, que alcanzara una gran popularidad en tabernas y ambientes marginales de la Atenas de principios del siglo XX, en la que se asentaron miles de griegos expulsados de Anatolia. Hasta llegar a la guitarra española, de la que, con duende y sabiamente, sacó el flamenco y la gran influencia de Al Andalus que ambos llevan dentro, y que ha paseado por tabernas o tablaos de Madrid tales como ‘Las Carboneras’, el ‘Café de Chinitas’, el ‘Corral de la Pacheca’ o el célebre ‘Casa Patas’.

Finalmente, arribando ya a puertos más occidentales pero sin abandonar el misticismo, con una guitarra eléctrica de tres mástiles más propia de guitarristas como Steve Vai, y con la que parecía que iba a tocar a la manera de Satriani, el músico interpretó de forma personal y casi extática la composición ‘Vuelan dos palomas’, para así acabar con ella el recorrido musical propuesto.

Amir John Haddad ha ofrecido conciertos en diferentes paises como Inglaterra, Francia, Italia, España, Alemania, Portugal, Bélgica, Holanda, Grecia, Noruega, Suecia, Finlandia, Escocia, Polonia, Israel, Turquía, Egipto, Palestina, Irlanda, EEUU, Brasil, Marruecos, Costa Rica, México, Colombia, Hungría, Rusia, Eslovenia, Suiza, Austria, Canadá o Dinamarca. Y colaborado con otros importantes músicos como el grupo Radio Tarifa, Javier Paxariño o Eliseo Parra, entre otros muchos. Con la banda ‘Ziryab Sindicate’, fusiona jazz, rock, funk, gnawa y flamenco. Dentro de este último género fundó el quinteto ‘Almeraya’, con el que grabó el disco ‘Pasando por Tabernas’. Y el pasado mes de marzo, junto al productor Carlos Raya, lanzó el álbum de debut con su cuarteto de World music ‘Zoobazar’.


Más información


Página web oficial de Amir John Haddad

Vídeo demostración ‘From East to West’


Enlace de interés

Cuerdas del Mediterráneo


Fotografía de Amir John Haddad © Fernando Torres

martes, 14 de junio de 2011

A propósito de Borges, 25 años después


Marcos Ricardo Barnatán nos da algunas claves para penetrar en el laberinto literario del porteño más universal.

Al contrario que en la Utopía de un hombre que está cansado, donde Borges nos traslada con su relato a un lugar imaginario en el que “no hay conmemoraciones ni centenarios ni efigies de hombres muertos, y cada cual debe producir por su cuenta las ciencias y las artes que necesita”, como era de esperar y ocurrió también en fechas de su centenario, hace ahora casi doce años, este 25 aniversario de su muerte ha generado un nuevo torbellino de opiniones y recuerdos por parte de una multitud de adeptos, escritores o lectores necesitados de su literatura. Y más concretamente, las palabras y los análisis literarios de algunas personas próximas, entendidos contertulios conocedores de la vida, la obra y la intimidad del gran escritor argentino, que se han venido sucediendo estos días de atrás en la Casa de América de Madrid como la antítesis de esa “pánica llanura interminable y cerca del Brasil” a la que alude Borges citando al uruguayo Emilio Oribe.

Uno de esos eruditos que estuvo presente en las referidas charlas sobre el maestro bonaerense, y en las que asimismo participó su viuda, María Kodama, fue el también escritor argentino de Buenos Aires Marcos Ricardo Barnatán, autor de ‘Borges, Biografía total’, en la que, a petición de su editor, Barnatán recopiló y vertió en ella todo el saber borgesiano que posee, y que es mucho. Un hombre franco y sin dobleces, crítico y poeta a la sazón, que afirma ser un segui-dor “converso” de Borges, que lleva residiendo en España desde el año 1965 –si bien realiza frecuentes viajes a Argentina, Francia o Israel–, nacido en el seno de una familia sefardí de origen hispano-sirio.

Pregunta: ¿Por qué elegiste a Borges entre todos los demás escritores?

Respuesta: Porque desde hace mucho tiempo, cuarenta años, creo que Jorge Luis Borges es el mayor escritor en castellano del siglo XX, y el que más ha influido en la literatura y el pensamiento universal.

P: Decía el irrepetible porteño en ‘El libro de arena’ que, debatiendo el problema del conocimiento, alguien invocó alguna vez la tesis platónica de que ya todo lo hemos visto en un orbe anterior, de suerte que conocer es reconocer. ¿Es cierto que también le conociste personalmente?

R: Mi primera entrevista con Borges la tuve a los 22 años, en 1968. Lo llamé por teléfono y me invitó a desayunar en su casa, desde entonces nos hemos visto en Madrid y en Buenos Aires. Lo entrevisté varias veces para TVE, para El País, lo presenté en un gran acto en el paraninfo de la Universidad Central de Barcelona, etc. Ahora soy amigo de su viuda Maria Kodama.

P: Ya escribiste una primera biografía de Borges, ¿qué más aportas o compilas en la obra publicada en 1996, ‘Borges, Biografía total’?

R: Desde 1971, año en el que apareció el primero, he publicado media docena de libros sobre Borges: biografías, el poeta, edición anotada de sus cuentos, etc. Por fín un editor me pidió un libro que abarcara todos esos años de trabajo y así surgió ‘Borges, Biografía total’. Un libro que tuvo cuatro ediciones, dos en España y dos en Latinoamérica y que hoy está agotado, sólo se puede encontrar en iberlibro.com.

P: ¿Qué obras recomendarías ahora para iniciarse en el laberinto del conocimiento del maestro y su universo libresco?

R: A los temerosos les recomiendo comenzar por los libros últimos que son los más sencillos, sobre todo ‘El libro de arena’ o ‘El informe de Brodie’, a los valientes acometer ‘El Aleph’ o ‘Ficciones’, o los dos. Y a todos leer su poesía, es un poeta monumental.

Gracias, amigo. Verba volant scripta manent.


“Hay una línea de Verlaine que no volveré a recordar. Hay una calle próxima que está vedada a mis pasos. Hay un espejo que me ha visto por última vez…”. JLB


A los coloquios sobre Jorge Luis Borges, en el 25 aniversario de su desaparición, asistieron además de la citada María Kodama y Marcos Ricardo Barnatán, los escritores, crítico y poeta, Ricardo Piglia, Alberto Manguell, Ignacio Echeverría y Luis García Montero, respectivamente.


Más información

Página web de la Casa de América


Enlace de interés

El Poder de la Palabra/Borges


Fotografía de Jorge Luis Borges © Daniel Mordzinski

martes, 24 de mayo de 2011

‘I´M NOT THERE’, sí estuvo aquí


‘I´M NOT THERE’, la película del director de cine Todd Haynes sobre el cantautor folk, Premio Príncipe de Asturias en 2007, Bob Dylan, pasó de largo por España aquel mismo año que sí vio su estreno en Francia. Tuvieron que pasar algunos años más para que el film lo hiciera en España. De nuevo, ahora coincidiendo con el 70º aniversario del nacimiento del músico, es posible verla entre los demás actos que se celebran en el auditorio del Círculo de Bellas Artes de Madrid.

Bob Dylan revolucionó la escena musical en los años 60 con su personal folk, y desde entonces y hasta hoy nunca ha dejado de influenciar a músicos, escritores, poetas y, en definitiva, a la cultura en general. Inspirada en su trayectoria en constante cambio, ‘I´M NOT THERE’ es un entretejido de historias que transcurren en la América de los años 60 y 70. Cada una de esas historias quiere representar un aspecto de la prolífica carrera de Dylan, y fueron rodadas de manera diferente a través de también muy diferentes intérpretes: Woody (Marcus Carl Franklin), un niño negro de 11 años en una constante huída; Robbie (Heath Ledger), un artista mujeriego que vive continuamente ‘on the road’; Jude (Cate Blanchett), un joven andrógino estrella del rock; John/Jack (Christian Bale), un ídolo de la música folk que se reinventa como evangelista, o Billy (Richard Gere), un famoso fugitivo –Billy ‘El Niño’– vivo de milagro, pero acusando ya la ineludible vejez. Arthur (Ben Wishaw), un poeta maldito, es el narrador de la historia y encarnaría al Dylan influenciado por el gran poeta simbolista Arthur Rimbaud.

La interpretación de Cate Blanchett, nominada para el Oscar por este trabajo, es simplemente sensacional dando vida a ese Dylan joven de pelo rizado y de constitución delgada, siempre con un cigarro en la boca. Es admirable comprobar cómo la actriz mimetiza muchos de los gestos del genial cantante. Pero igualmente reseñable son las actuaciones del fallecido Heath Ledger, o la del ya consagrado Richard Gere.

La película, que contó con el visto bueno del legendario músico, cumplió con las expectativas y resultó ser una de las películas más sugerentes y originales de aquella edición del Festival de Venecia de 2007. Recibió el Premio Especial del Jurado y la Copa Volpi a la Mejor Actriz, de forma unánime, para Cate Blanchett, que posteriormente obtuvo también un Globo de Oro. Y se situó, además, entre las favoritas al León de Oro gracias a Todd Haynes, uno de los mejores directores que acudieron a la bienal.

Y sin embargo, ¡no estuvo aquí! A veces esto ocurre por una incomprensible gestión en la promoción y distribución de los filmes. Es sabido que, en ocasiones, las películas se estrenan con mucho retraso respecto a, por ejemplo, París, que tiene un acuerdo internacional para hacerlo en esa ciudad como primicia. Aunque quizá la razón es que pasara aún más inadvertida que ‘No Direction Home’, el documental filmado por Martin Scorsese para la televisión, estrenado en septiembre de 2005. Afortunadamente –sólo por su música ya valdría la pena– tenemos ahora la oportunidad de verla, acompañada de otros eventos, en el Círculo de Bellas Artes de Madrid.

‘I´M NOT THERE’ se estrenó en España el 19 de febrero de 2010.


Filmografía de Todd Haynes

‘I´m not there’ (2007)
‘Lejos del cielo’ (2002)
‘Velvet Goldmine’ (1998)
‘Safe’ (1995)
‘Dottie gets spanked’ (1993)
‘Veneno’ (1991)
‘Superstar: The Karen Carpenter story’ (1987)
‘Assasins: A film concerning Rimbaud’ (1985)


Más información

Página web oficial de ‘I´M NOT THERE’

Página web del Círculo de Bellas Artes

domingo, 15 de mayo de 2011

'Midnight in Paris'

Este año la 64ª edición del Festival de cine de Cannes se iniciaba con la proyección de la película 'Midnight in Paris', del veterano director Woody Allen. Una agradable comedia –aunque para algunos peque algo de chauvinista– muy apropiada para el público asistente a este importante certamen francés.

Sería Jean Cocteau quien, en 1954, y a petición de una conocida orfebre de París, bosquejara lo que después fue –y sigue siendo– el emblemático galardón por el que de nuevo compiten este año veinte películas. Es decir, la llamada Palme d’Or o ‘Palma de Oro’ del festival, que en esta edición –en la que se presenta una versión en color, restaurada de ‘Viaje a la luna’ de George Méliès– ha recibido merecidamente en calidad de ‘Honor’ el cineasta italiano Bernardo Bertolucci.

Una carroza –en este caso una lujosa limousine con chófer tipo Quadrilette de la Belle époque– es la que, sólo a medianoche, transporta al escritor protagonista a esa nostálgica época dorada que vio la Ciudad Luz, para reencontrarse, en el París de entonces (del que Allen sólo muestra, además del modernismo, las costumbres y el glamour actual, lo atractivo de esos años y mitos que a él le interesa transmitir), con sus admirados literatos y artistas ya consagrados para la ilustre historia de esta ciudad universal, que vivieron en ese tiempo de entreguerras, como el polifacético Cocteau, un pendenciero Hemingway, los surrealistas Man Ray y Luis Buñuel, el genial Picasso, el elegante Scott Fitzgerald y su esposa Zelda, la escritora y poetisa Gertrude Stein, el histriónico Salvador Dalí, o el gran torero Belmonte, entre otros.

Un fantástico divertimento a manera de viaje mágico en el tiempo al París de los felices años veinte, como el director ya hiciera de forma similar en ‘La Rosa Púrpura de El Cairo’ o ‘Alice’. Y que, como película, comienza con una larga serie de fotografías panorámicas de la capital gala; instantáneas de álbum de recuerdos de viaje de turista con buen ojo fotográfico, para enseñar así el mayor número de vistas de rincones en sugestivos encuadres que de otro modo sería imposible. Cafés –como el Select, que fascinaba a la bohemia parisina y en el que no sólo se podía encontrar a Hemingway, sino también a escritores como Henry Miller, Ezra Pound, Gertrude Stein o Scott Fitzgerald, y los habituales pintores de Montparnasse–, avenidas o bulevares como el de Saint-Germain; museos y monumentos, bucó-licos parques, la ineludible y celebrada Torre Eiffel y, por supuesto, el Sena, que, como dijera el gran Émile Zola, en sus aguas siguen reflejándose las alegrías y las penas de los parisinos. Lugares que, de forma grata, algunos revisita-remos en la ficción mediante esos mágicos saltos de época, entre efluvios de absenta, que hace cinematográficamente creíbles el siempre original Woody Allen. Los brillantes actores y la acertada y evocadora banda sonora de la película hacen el resto. ‘Let´s do it’.

Más información

Página web oficial del Festival de Cannes

Página web de ‘Midnight in Paris’ (Sony Pictures)


Cartel de la película basado en ‘Noche Estrellada’, de Vincent Van Gogh, y fotograma del film.

jueves, 21 de abril de 2011

Salgari y la literatura de aventuras


Emilio Salgari y la novela de aventuras congregan a diversos escritores que conversarán en torno a este género literario a modo de homenaje al prolífico autor italiano.

La inmensa cantidad de novelas escritas por Emilio Salgari tiene parangón con la mar océana, habitual escenario de sus exóticas historias de piratas o aventureros. Ya sea el Mediterráneo de la Liguria, el Caribe antillano de los filibusteros, el Mar de los Sargazos, que circunda las islas Bermudas, el Mar de la China y las aguas turquesas de las costas de Malasia, e incluso las de los fríos mares árticos de la Estrella Polar.

El narrador veronés, aprendiz de marinero y después capitán de barco con apenas 19 años, escribió más de ochenta novelas y una también ingente cantidad de cuentos destinados a los jóvenes lectores. Jóvenes que, según Salgari, “tenían necesidad de libros que templasen en ellos el sentido viril, que los preparasen para una vida de atrevimiento, el sentimiento de la libertad personal, que les infundieran afición a los viajes, a los riesgos, a las hermosas aventuras.”

Asimismo, en sus obras hubo cabida también para toda clase de peripecias transcurridas en tierra firme, como son las que el fecundo Salgari desarrollaba en las selvas de la India, las frondosas junglas malayas, las ardientes arenas del desierto del Sáhara, el enigmático Egipto de los faraones, o los lejanos territorios del oeste de los Estados Unidos. Lugares en donde el autor esbozaba con una exuberante imaginación y capacidad de fabulación, personajes y héroes que en sus intrépidas hazañas encarnan los sentimientos o principios más fundamentales del hombre, como la amistad, el amor, la justicia, el honor, o el de amparo de los más débiles.

En sus realistas e intensos relatos, descritos con detalle y pulso trepidante, Salgari también instruye al lector en el conocimiento de la fauna y la botánica endémica de cada región. Así como en lo referente a la historia, la geografía o las costumbres locales de sus pobladores; las etnias, el lenguaje o las etimologías pormenorizadas, que dan en su conjunto una idea más exacta del paisaje y el paisanaje autóctono del lugar donde ocurren los hechos, y que el escritor narraba siempre de una manera clara y amena. Aun a pesar de que él no los hubiera visitado o conocido personalmente. Si bien el propio Salgari asegura en sus memorias que entre los 18 y los 23 años viajó por el Pacifico como capitán en diferentes barcos, y que sus personajes más famosos están basados en los individuos reales que conoció en aquel tiempo.

Pero el suicidio del padre, la enfermedad mental de su mujer y los graves problemas económicos que por lo general tuvo presentes, lo afligieron más aún penosamente los últimos días de su vida, a la que decidió poner fin con el suicidio ritual mal llamado vulgarmente harakiri, el 25 de abril de 1911, en la ciudad de Turín. A la cual se había trasladado después de casarse. Aunque antes de hacerlo dejaría escrita una elocuente carta dirigida a sus ingratos editores:

“A vosotros, que os habéis enriquecido con mi piel, manteniéndome a mí y a mi familia en una continua semi miseria o aún peor, sólo os pido que en compensación por las ganancias que os he proporcionado, os ocupéis de los gastos de mis funerales. Os saludo rompiendo la pluma. Emilio Salgari.”

El pobre contrato firmado con Donath, su primer editor, le comprometía a hacer entrega de tres novelas al año por tan solo 4.000 miserables liras, que apenas le llegaban para cubrir los gastos más básicos de la familia, compuesta por su mujer y cuatro hijos; de los cuales dos de ellos seguirían los mismos pasos suicidas que sus predecesores.

En este aventurero ciclo de charlas homenaje a Emilio Salgari, que se inicia en la misma fecha en la que se cumple el aniversario de su muerte, se rendirá igualmente tributo a otros grandes autores de este género, tales como Julio Verne, Jack London, Karl May o Fenimore Cooper.


Lunes 25 de abril

La novela de aventuras
Eduardo Mendoza y Marta Rivera de la Cruz

Martes 26 de abril

Recordando a Salgari: un siglo de piratas
Ángeles Caso, Fernando Marías y David Torres

Miércoles 27 de abril

El autor como personaje: Julio Verne y Jack London
Alicia Jiménez Bartlett, Javier Sierra y Espido Freire

Jueves 28 de abril

El western en la novela: Karl May y Fenimore Cooper
Martín Casariego, Agustín Díaz Yanes y Lorenzo Silva



Fundación MAPFRE
Auditorio Recoletos
Paseo de Recoletos, 23
Madrid


Fotografía ‘Tigres’ © Fernando Torres

jueves, 31 de marzo de 2011

Gallimard cumple un siglo de edición



Con motivo del centenario de Ediciones Gallimard, la BNF expone un siglo de historia intelectual a través de la trayectoria de una de las más prestigiosas editoriales de Francia.

El dandi Gaston Gallimard, entusiasta hedonista hijo de un aficionado a coleccionar libros raros y arte impresionista amigo del pintor Auguste Renoir, fundaría en 1911 en París la editorial que lleva su nombre. Pues, a fin de cuentas, la casa de Éditions Gallimard era en realidad la prolongación de la célebre NRF (Nueva Revista Francesa), en sus comienzos coordinada por André Gide y Jean Schlumberger; los mismos con los que Gallimard crearía, el 31 de mayo de ese año, Éditions de la Nouvelle Revue Française, con sede en el 79 de la Rue Saint-Lazare.

Al año siguiente, Marcel Proust le proponía a Gallimard la publicación de su manuscrito, ‘Del lado de Swann’. Obra que en un principio fue rechazada por el grupo, a pesar de la opinión favorable de Gallimard, por tratarse de un escritor frívolo, catalogado como de “Rive droite”. Dos años más tarde, percatándose del gran error cometido, Gide, Gallimard y Rivière tratan de recuperar a Proust, que por entonces publicaba en Grasset, la editorial de la competencia con domicilio social en la Rue des Saints-Pères. La obra de Proust, primer volumen de La Recherche, reaparece publicada en 1917, por fin engrosando ya el catálogo de la NRF. En aquel tiempo la guerra había disgregado a muchos autores y colaboradores de la editorial. Poco después, en 1919, Proust ganaría el Premio Goncourt por ‘A la sombra de las muchachas en flor’.

Ya en los años treinta, la nueva sede en el inmueble del 5 Rue de Sébastien-Bottin era un hervidero de la inte-lectualidad francesa de la época. En los pequeños despachos de la editorial Gallimard trabajaban incansables André Malraux, Raymond Queneau y Jean Paulhan leyendo manuscritos, redactando informes, preparando colecciones, antologías o libros de arte. A veces las innumerables reuniones se celebraban incluso en la misma calle, en el exterior del tramo antes conocido como Rue de Beaune; otras en los modestos cafés del barrio de la Rive Gauche o en el sótano del Hotel Pont-Royal, en la vecina Rue de Montalembert.

En los primeros años cuarenta, durante la ocupación nazi, Gallimard tuvo que bregar con los arbitrajes fascistas de la ‘Propagandastaffel’ alemana, que imponía sus propios criterios editoriales. Entretanto, Paulhan era el depositario de los manuscritos que le eran secretamente remitidos para las publicaciones clandestinas de la Resistencia.

Entre las muchas vicisitudes por las que atravesaba el gremio editorial en aquellos días, estuvo también el trágico suicidio del decepcionado Pierre Drieu la Rochelle, por entonces director de la NRF y adscrito a la ultraderechista Action française, poco después de abandonar el cargo en 1943; es decir, el 15 de marzo de 1945, tras un primer intento fallido el año anterior.

Gallimard, sintiéndose ya mermado de fuerzas para continuar, fue progresivamente dejando paso en el poder a su hijo Claude. Gaston Gallimard murió el 25 de diciembre de 1975, a la edad de 94 años.

Otra guerra muy distinta es la que comenzaron los herederos de Gallimard en 1988, tras el reparto de su patrimonio. El hijo de Gaston y segundo gran director de la editorial, Claude, y el segundo varón, Antoine, actual gerente de la empresa, que dispuso de un porcentaje mayor de las acciones. Y por otro lado, la amenaza de la posibilidad de la compra de la entidad por alguna depredadora compañía extranjera sin escrúpulos comerciales.

En la nómina de esta ilustre institución de la cultura francesa figuran nombres de la historia de la literatura y el pensamiento del siglo XX como Proust, Gide, Claudel, Aragon, Breton, Malraux, Joyce, Faulkner, Camus, Sartre, Queneau, Yourcenar, Duras, Kerouac, Saint-Exupéry, Bataille, Michaux, Ionesco, Pinter, Blanchot, Modiano, Le Clézio, Tournier…, o Kundera, que en estos días es noticia por su reciente ingreso en la prestigiosa biblioteca de ‘La Pléiade’.

Actualmente y hasta el 3 de julio, para celebrar el aniversario de Gallimard se muestra una exposición que reúne los tesoros de la BNF (Biblioteca Nacional de Francia) y de otras bibliotecas, y los archivos inéditos del editor, como manuscritos, correspondencia, ediciones originales y fotografías diversas. La exposición cuenta, además, con la colaboración del INA (Instituto Nacional del Audiovisual) para iluminar y poner sonido a todo el conjunto de la memorabilia de ‘Gallimard, 1911-2011: un siècle d’édition’.

A estos interesantes contenidos se ha sumado también la proyección del documental ‘Gallimard, le Roi Lire’, del realizador William Karel.



Más información

Página web de Ediciones Gallimard

Página web de la BNF


Enlaces de interés

Milan Kundera ya es inmortal, artículo de El País

‘Gallimard, le Roi Lire’, documental de William Karel

Gallimard et nous, en Le Nouvel Observateur

Entrevista a Antoine Gallimard, por Juan Cruz


Montaje Gallimard/Rue Sébastien-Bottin © Fernando Torres

viernes, 18 de marzo de 2011

‘Fukushima mon amour’


A poco más de un año vista del brutal terremoto que aquel 27 de febrero sacudía Chile, del cual tuve una visión cercana a través de la crónica que me enviaba desde Santiago la escritora chilena Freya Hödar –un testimonio directo y más humano que las frías estadísticas vertidas en las noticias que por entonces saturaban los medios de comunicación, los mismos medios que ya habían sido recientemente des-bordados por el gran cataclismo de Haití del 12 de enero–, el escritor David Torres me invitaba a asistir, el pasado día 2 de marzo en Madrid, a la presentación de su última nove-la, ‘Punto de fisión’. Un libro que se compone de cuatro historias y que se inicia con un relato ambientado en la hecatombe nuclear de Chernobyl, protagonizado por Sergei, un niño al que la mafia ucraniana obliga a penetrar en la zona de exclusión, contaminada por la radioactividad, para recuperar importantes objetos de valor allí depositados.

Parecía una broma macabra del destino que, apenas unos días después, este nuevo terremoto acaecido en Fukushima el pasado viernes 11 de marzo, de catastróficas consecuencias agravadas por el devastador tsunami posterior, nos fuera a recordar tanto lo sucedido en Chernobyl. Pues ha supuesto, además del número de víctimas y daños materiales propios de un seísmo de una magnitud de 8,9 grados en la escala de Richter, la amenaza real de un más que probable accidente nuclear como el acontecido en Ucrania en 1986, contra lo que aún se está luchando denodadamente una semana más tarde con el fantasma de Hiroshima en la memoria como una pesadilla imborrable.

Algo a lo que afortunadamente no tuvieron que enfrentarse los japoneses durante el terremoto de 1995 en Kobe, ciudad donde pasó su infancia el novelista Haruki Murakami, y a la que regresó tras el terremoto después de haber vivido en Europa y América desde 1986, a raíz de su exitosa ‘Tokio Blues’. Más tarde, Murakami escribiría sobre el trágico desastre natural que conllevó la muerte de 5.000 personas, otras 300.000 sin hogar y la destrucción de gran parte de las importantes infraestructuras portuarias de Kobe.

Por otra parte, también curiosamente, la casualidad ha querido que el escritor Kenzaburo Oé, premio Nobel de Literatura en 1994, escribiera la víspera del seísmo de Fukushima un artículo en el que rememora la vida de un pescador de su generación expuesto a la radiación durante una prueba de la bomba de hidrógeno en el atolón de Bikini. El artículo apareció publicado en la edición vespertina del diario Asahi el 15 de marzo. Oé, autor de ‘Notas sobre Hiroshima’, afirma que “Japón ha entrado en una nueva era”.

Sin duda, los efectos estocásticos del accidente nuclear se dejarán sentir también en la literatura. Es necesario exorcizar las obsesiones, como así lo hiciera Marguerite Duras con el guión de la memorable película de Alain Resnais, ‘Hiroshima mon amour’.

“Y después saldremos para volver a ver las estrellas”. Dante.


Más información

Imaginario de la literatura japonesa
Japón y el sombrero de las cumbres


Enlace de interés

Freya y ‘El Anillo de Fuego’

Fotografía de la Central de Fukushima fuente Público