Inmersos de pleno en la estación
estival, y estando ya cerca las fechas vacacionales, la región francesa de La
Provenza se presenta como un destino bello y singular a tener muy en cuenta
antes de preparar un viaje y hacer las maletas.
Durante este mes de junio los evocadores
y sempiternos prados de lavanda se tornan de ese color malva tan característico
del paisaje provenzal. Esa colorista panorámica de un mar malva se podría
resumir en los campos de la abadía cisterciense de Sénanque, en la población de
Gordes. Pero, además, el viajero igualmente podrá admirar vestigios romanos
asombrosamente conservados en Arles, Nimes, Orange y Vaison-La-Romaine; pueblos
medievales o residencias papales en Aigues-Mortes y Avignon; importantes
capitales turísticas como Monpellier y Marsella, futura Capital Europea de la
Cultura; playas paradisíacas como las de Antibes, Cagnes-sur-mer,
Villefranche-sur-mer, Saint-Jean-Cap-Ferrat, Niza, Mónaco, Montecarlo, Saint
Tropez o Saint-Raphaël; magníficos parques naturales y reservas del medioambiente
como Les Cévennes, la Camargue o la Costa Azul; e islas de novela como If, la
isla de Montecristo, Lerins, Frioul o Porquerolles. Música popular, tradiciones
milenarias, museos, gastronomia, vinos, artesanía, deportes acuáticos, rutas de
senderismo, o bicicleta, con la que llevar a cabo la ascensión a la cumbre del Mont
Ventoux, conocido como el “Gigante de La Provenza”, una de las subidas más
duras del Tour de Francia. Y todo ello a cinco horas por carretera de
Barcelona, y a tres horas en tren de París.
Después de tantas actividades de
ocio, turísticas o deportivas, el cuerpo reclama su merecido descanso y
restauración. Para ello, un hospedaje a visitar emulando a Picasso, Miró,
Braque, Chagall o Calder entre otros maestros, algunos de los cuales pagaron su
estancia con sus propias obras, es ‘La
Colombe d´Or’, en la localidad de Saint-Paul de Vence. Villa en la que se
instaló, en 1940, el poeta Jacques Prévert, tras alojarse en la por entonces
posada, siendo desde aquello buen amigo de su fundador, Paul Roux; un
establecimiento con más de noventa años de historia.
Otro lugar exclusivo es el Oustau Bauma Nière, situado en Les Baux de Provence, cuyos coloridos
jardines inspiraron a los pintores Van Gogh o Cézanne, y al que acuden diversos
personajes de la cultura internacional. Si bien para otro tipo de clientela de
lujo igualmente está ‘La Pauline’, un
Bed and Breakfast digno de toda una emperatriz. Una mansión del siglo XVIII
rodeada de jardines construida para Pauline, la hermana de Napoleón, que está
ubicada en la bonita comuna francesa de Aix en Provence, antigua capital de
toda la región histórica de Provenza, otrora poblada por fenicios, griegos,
galos, visigodos, romanos, burgundíos, ostrogodos y tolosanos.
Y tampoco hay que olvidar que
estamos en tierras de viñedos, en un país donde el cultivo y la elaboración del
fruto de la vid se elevan a categoría de arte y suponen la quintaesencia del
pueblo francés. Las cotizadas mesas del Bistrot
d´Eygalière Chez Bru, abierto sólo durante la época estival, se han de
reservar con bastante antelación. El lugar posee dos estrellas Michelin y se
encuentra en la población de Eygalières, junto al hermoso Parque Natural Regional de los Alpilles.
Fotografía ‘Lavande’ © Jean Paul
Teppe