“La casualidad guía siempre mis
primeros pasos en una ciudad”. Walter Benjamin.
Un escritor que intenta hacer lo
propio se lanza a una surrealista búsqueda del tiempo perdido a la vez que,
desde entonces, el azar más recurrente y los sentimientos del escritor se van
concitando en una ciudad tan literaria como es París. Como resultado el
reencuentro con un amor abruptamente interrumpido por la sombra de algo que a
todos nos podría amenazar si no lo contemplásemos con optimismo.
La novela quiere ser un homenaje
a la Ciudad Luz, que ha visto, a lo largo de su historia y en su devenir, las
luces y sombras de un gran número de literatos y letraheridos abocados a una
tarea encomiable: las obras de sus vidas. Vidas que, en sí mismas, son grandes
e inmortales novelas escritas con las mil voces y avatares del destino.
Una sucesión de coincidencias
urdidas por el insondable azar constituyen la trama que lleva al autor de la
novela a emprender una surrealista búsqueda, para finalmente reencontrarse con
un antiguo amour fou. La poesía de Poe titulada ‘A Helena’ forma parte de una
de esas asombrosas sincronías que ponen sobre la pista siempre inescrutable del
destino al escritor protagonista de la narración.
La obra también quiere hacer una
reflexión sobre la enfermedad y la muerte, que se materializa en la dolencia de
Helena, la protagonista femenina. Una pintora española y su misterioso affaire
con un extraño bouquiniste de los muelles del Sena componen el relato del trío;
amén de otras curiosidades y hechos que, descritos en primera persona, a medida
que fueron sucediendo irían fielmente pasando a engrosar las páginas del libro.
Además de ser una novela que
narra la historia real de un amor loco, ‘Sincronías del destino’ es una “guía”
cultural del París literario; una Moleskine con retazos de su faceta histórica,
política, artística…, e insólita también. Personajes y lugares que aún existen
o que inesperadamente acaban de desaparecer desfilan por ella. Algunos se han
desvanecido como en un sueño al despertar. Tal es el caso real del Bar-Tabac
des Templiers, situado en la parisina Rue de Rivoli, derribado poco después de
escribir la novela y donde se reunían un grupo de acólitos realistas a favor de
la monarquía en Francia.
Je voudrais mourir avant toi
Au silence d'un matin froid
Toi ma sœur, mon amour, mon enfant
Toi mon jour
Couché au creux de tes doigts
H. Aufray