El
quinteto del californiano Kyle Eastwood no defraudó las expectativas en su actuación de ayer en Madrid, dentro del festival internacional de jazz que se celebra
en la capital durante todo este mes de noviembre.
En
esta ocasión, alternando el contrabajo con el bajo eléctrico, Kyle Eastwood estuvo
acompañado en el escenario del Teatro Fernán Gómez por el pianista Andrew
McCormack, cuyo estilo personal de componer es una mezcla del minimalismo de Steve
Reich y el talento de Tigran Hamasyan; el saxofonista Brandon Allen,
arreglista, compositor y músico de sesión que ha tocado con Eric Clapton, Jools
Holland o la cantante de soul Mica Paris; el talentoso trompetista Quentin
Collins, influenciado desde pequeño por el jazz de Dizzy Gillespie y Lionel
Hampton, y el preciso y virtuoso Chris Higginbottom a la batería, actualmente
también miembro de The Ronnie Scotts All Stars.
Tras
su gira estival en formación de trío compuesto por los franceses Jean Luc Ponty
al violín y Biréli Lagrène a la guitarra, y dos días después de que anunciase
en su página de Facebook el lanzamiento de su último disco, ‘In transit’, el Kyle Eastwood Quintet
se presentó en JAZZMADRID para ofrecer un espectáculo musical con matices de groove,
swing o funk, además de algún guiño homenaje a Charlie Mingus, pero sobre todo
buen jazz. Porque según afirma el propio Eastwood, sus raíces musicales permanecen
en el jazz. Y eso es lo que lleva haciendo desde hace veinte años, en sus
comienzos tocando en locales de Nueva York y Los Ángeles, y al menos desde que publicara
aquel primer disco, ‘From there to here’ (1998), en el que participó la
cantante canadiense Joni Mitchell. Aunque ya desde niño escucharía los discos
de los grandes clásicos del género, que no faltaban en casa debido a la gran
afición de su padre por el jazz.
A
los dieciocho años se inició en el bajo eléctrico tocando con sus compañeros de
instituto y aprendiendo de oído las líneas de bajo de rhythm and blues, reggae
y música negra de la Motown. Pero pronto se pasaría al contrabajo, sobre todo
tras conocer a Ray Brown, considerado por muchos como uno de los más
importantes e influyentes contrabajistas de jazz de la historia, y a su
aplicado alumno, el también contrabajista John Clayton; sin olvidar a Ron
Carter, que al igual que Ray Brown, es uno de los contrabajistas con más
grabaciones en la historia del jazz.
Otro
gran condicionante para Kyle fue haber pasado muchas horas en el plató con el
compositor, arreglista y saxofonista estadounidense Lenny Niehaus, que compuso
la banda sonora de ‘Bird’, la película homenaje al gran saxofonista Charlie
Parker dirigida por su padre. Desde entonces ha contribuido a las bandas
sonoras de filmes dirigidos por Clint Eastwood como ‘Mystic River’, ‘Invictus’,
‘Million Dollar Baby’, ‘Banderas de nuestros padres’ y ‘Cartas desde Iwo Jima’.
Más información
Página
web oficial de Kyle Eastwood.