El Institut français presentó
ayer en Madrid un ciclo sobre la directora suiza pionera del vídeoreportaje.
“Lo que me importa es la
palabra de los demás, la que nunca escuchamos”. Carole Roussopoulos.
Carole de Kalbermatten, más conocida
como Carole
Roussopoulos (Lausana, 1945 - Sion, 2009), creció en el Valais y se
trasladó a París en 1967. En el año 1969 junto a su marido, Paul Roussopoulos,
crean un colectivo de cine llamado Video
Out. En 1970, por la insistencia de su amigo, el autor Jean Genet, adquiere
una cámara liviana Sony Portapak y empieza a rodar documentales.
Feminista reconocida por sus primeras
películas documentales sobre el Movimiento de liberación de las mujeres en Francia, realizaría aproximadamente 150 documentales durante toda su
carrera. En 1976, Roussopoulos comienza a colaborar con la actriz francesa
Delphine Seyrig. Juntas dirigieron ese mismo año el documental sobre los
derechos de las mujeres titulado SCUM Manifesto, basado en el SCUM Manifesto
escrito por la feminista radical Valerie Solanas.
Carole Roussopoulos se definía
como una escritora pública, que utilizaba el vídeo para dar voz a las personas
que suelen ser silenciadas, poco o mal escuchadas. El feminismo fue para ella
el mayor de los humanismos, lo que la llevó a abordar un amplio abanico de
cuestiones sociales. A lo largo de los años 70, acompañó, cámara en mano,
muchas luchas: las de los palestinos y los Panteras Negras, las luchas feministas
y obreras, las de las trabajadoras sexuales, el frente de acción revolucionaria
homosexual, etc.
En el año 1970, filmó la
película documental Genet parle d'Angela
Davis sobre la activista política norteamericana Angela Davis. Durante el
principio de su carrera, Roussopoulos también presenció y filmó acontecimientos
claves en las cruzadas de derechos humanos en París. Por ejemplo, su película
de 1971 FHAR (Frente Homosexuel d'Acción Révolutionnaire) documenta el primer
desfile por los derechos gay en París.
En 1982, funda junto a Delphine Seyrig y Ioana Wieder el Centro audiovisual Simone de Beauvoir, nombrado así en referencia a la prominente autora feminista y filósofa francesa, con el objetivo de documentar audiovisualmente el movimiento de derechos de las mujeres.
En 1995 Roussopoulos se mudó de
nuevo a Suiza para documentar temas suizos que ella sentía que no estaban
recibiendo la suficiente atención. Durante este tiempo hizo una serie de películas
sobre el cuidado de la salud, enfermedad, envejecimiento y muerte. En 2001 sería
nombrada Chevalier de la Légion d'honneur
en Francia por sus treinta y dos años de servicio cinematográfico.
En 2009, pocos meses antes de morir, Roussopoulos decidió hacer un documental que mostrara la colaboración con Delphine Seyrig. No pudo terminarlo, y en 2018 Callisto McNulty retomó la idea con el documental ‘Delphine et Carole, Les Insoumuses’ estrenado en la Berlinale y programado después en el festival de San Sebastián en su sección Zabaltegi - Tabakalera.
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Fotografía Carole Roussopoulos © Camille Cottagnoud