domingo, 22 de julio de 2012

El arte del visionario William Blake



Caixaforum Madrid expone una magnífica compilación de obras del poeta, grabador, pintor e iluminador de libros inglés William Blake.

“Quien no ve a una luz más clara y mejor que la
de nuestros ojos corruptibles, ése no ve nada”.
William Blake

El poeta y artista romántico William Blake (Londres 1757-1827), más célebre por sus manuscritos iluminados como por ejemplo ‘El matrimonio del cielo y el infierno’, de 1793, rompió moldes en su tiempo con su ojo místico y visionario, pero también con sus textos, siendo una de las figuras más importantes de la cultura británica en la historia. Blake tuvo una gran influencia en los prerrafaelistas del siglo XIX, en los simbolistas victorianos y después de la modernidad representada por André Gide, André Breton y los surrealistas del siglo XX. A lo largo de toda su carrera sostuvo que el arte era imaginativo y profético y que no debía verse limitado por ningún canon académico, social ni religioso.

Otros quizá lo ubiquen o recuerden más por ser el autor de la reproducción, en forma de tatuaje, de uno de sus fabulosos y enigmáticos dibujos inspirados sobre todo por la cultura gótica y el arte de Miguel Ángel: ‘El gran dragón rojo y la mujer vestida de sol’, que muestra en su espalda el atormentado protagonista de la película ‘El Dragón Rojo’, papel interpretado por el actor Ralph Fiennes.

Formada por más de un centenar de obras del propio Blake procedentes de la Tate Britain de Londres, bien sean de tipo mitológico, fantásticas o delirios representando temas políticos, sociales o religiosos, y las de otros destacados artistas ingleses influenciados por la obra legada, la exposición es la primera muestra centrada en la personal visión de este notable artista que se organiza en España desde 1996. Su legado es sobre todo el resultado de las visiones que acompañaron a Blake a lo largo de toda su vida y que le sirvieron de constante fuente de inspiración. A partir de estas, el artista creó un imaginario único que traslada al visitante a un reino mítico donde las fuerzas del bien y del mal se enfrentan entre sí en un conflicto eterno. La singular exposición que, según el propio Blake, revela un proceso pictórico de “proporciones de eternidad demasiado grandes para el ojo del hombre”, no obstante podrá visitarse hasta el 21 de octubre en las salas del Caixaforum Madrid.

Enlace de interés

William Blake, “The Sick Rose”

martes, 10 de julio de 2012

El destino sale al encuentro


Cuento de verano

La pequeña librería, que abría hasta medianoche, bullía a esas horas nocturnas debido a la gran afluencia de algunos jóvenes estudiantes británicos y al escaso y curioso público en general que en ese inusual horario acudía al establecimiento para escudriñar los estantes en busca de algún ejemplar de su gusto. Fuera, junto al escaparate y los cajones de libros de ocasión o de menor valía, vagaba un clochard que se había acercado al lugar desviándose de su camino en su deambular errático atraído por el eco de los sones de una guitarra tañida alegremente por un joven inglés. En verano es frecuente ver cómo se arremolina la gente en el exterior de la librería con motivo de algún recital de poesía de los que de forma habitual se celebran un tanto improvisadamente. Sin embargo, en su lugar, esa noche se formaba un corrillo en torno al espontáneo concertista callejero. En el interior, ajeno a los acordes que rasgueaba en su guitarra el joven músico, un hombre examinaba un libro editado en francés de un prolífico escritor y célebre tarólogo, al tiempo que miraba en derredor en busca de Myriam, la guapa inglesa que por entonces trabajaba como vendedora en la librería; al momento, tras cruzarse las miradas, la joven, solícita, acudió en ayuda del posible comprador. Aquel hombre era un turista español al que Myriam reconoció de haberle visto en la tienda en alguna visita anterior. Hablaron unos instantes acerca del autor de la obra que él tenía entre sus manos, pues estaba muy interesado en un libro que ese afamado escritor había publicado sobre la práctica del Tarot. Myriam conocía perfectamente al escritor en cuestión y con mucho gusto le asesoró amablemente en lo relacionado a él, lamentando no tener ninguna otra obra suya en aquel momento, por lo que en compensación de ello le facilitó una valiosa información que quizá sería aún mejor que el propio libro. El escritor, versado en la interpretación del Tarot, convocaba una tertulia en París todos lo miércoles por la tarde en una cervecería de la Avenue Daumesnil, muy próxima a la Gare du Lyon, para celebrar allí una especie de cabaret con la participación del selecto público asistente. La lectura de las cartas del Tarot había sido desde hacía siglos una de las prácticas más empleada por lo eficaz que resultaba a la hora de predecir el futuro, pero sus arcanos, repletos de símbolos ocultos para el profano, precisaban ser interpretados de manera apropiada por un experto nigromante que, valiéndose de su vasto conocimiento, obtuviera de los naipes todo su valor esclarecedoramente profético; y ese reputado tarólogo era quien desempeñaba esa esotérica labor en aquel rincón de París, quizá sucediendo así, en cierta manera, a uno de los creadores de ese tipo de baraja, el enigmático escritor, poeta y estudiante de magia Aleister Crowley quien, iniciado en la sociedad rosacruz de la Orden Hermética de la Aurora Dorada, diera un nuevo impulso al uso popular del Tarot a principios del siglo XX. Pero al curioso visitante no le estimulaban los aspectos esotéricos del Tarot ni todo ese extraño mundo que lo circundaba, tampoco los videntes y su charlatanería; lo que en realidad le motivaba a profundizar más en la cartomancia era saber por sí mismo hasta qué punto era posible, con ese antiguo método denostado por muchos, predecir el futuro en tanto en cuanto ese porvenir fuera una incógnita que ni siquiera la ciencia y los médicos que le trataban se atrevían a despejar. No obstante, también sabía que sería un riesgo indudable el que correría si se asomaba a esa ventana desde la que poder ver el futuro, sobre todo por lo que pudiera averiguar de inevitablemente malo o grave para su persona, máxime si se trataba de su propia muerte. Pero por el momento, su futuro más inmediato, a priori no parecía depararle ninguna sorpresa o acontecimiento extraordinario, al menos que él pudiera presuponer, salvo el cambio de rutina que implicaba tomar su avión el domingo por la tarde para volar con destino a Madrid y allí recibir el tratamiento médico que con antelación se le había prescrito, pues los días habían pasado muy deprisa y de nuevo debía volver a España para continuar con sus revisiones médicas. Esto, naturalmente, le producía intranquilidad y estaba claro que ese desasosiego le quitaría el sueño esta noche, puesto que desde hacía algunas horas no lograba pensar en otra cosa. El mecanismo de su mente que hasta hoy había posibilitado que se mantuviera distraído de esa inquietud en la medida de lo posible ocupado en su trabajo como pintor de acuarelas, le había puesto de nuevo en estado de alerta provocando en él la lógica preocupación al ver cómo otra vez llegaba la hora de hacer frente a la luctuosa enfermedad. En esos ingratos pensamientos andaba envuelto, generados sobre todo por esa incertidumbre en la que se veía sumido debido a su precario estado de salud cuando, después de abandonar la librería y de realizar unas compras en el Boulevard Saint-Michel, de regreso ya al hotel, había enfilado, tomándola como atajo, la Rue du Chat qui pêche, una de las calles peatonales más cortas y angostas de París, si no la que más, pues mide escasamente veinte metros de largo y aproximadamente uno cincuenta de ancho. Tanto es así que, al cruzarse con un hombre que transitaba por ella en dirección contraria, tropezaron. Aquel hombre desaliñado contra el que golpeó su hombro en el tropiezo era el clochard que de nuevo vagaba distraídamente por el barrio. En el choque de cuerpos éste había dejado caer algo al suelo. Para su sorpresa lo que reposaba en el pavimento resultó ser un simbólico naipe: ¡el arcano XIII del tarot de Marsella! Sin salir del todo de su asombro decidió pensar, como lo había hecho siempre, que no arredrarse y tener en la vida una firme determinación era la mejor fórmula para escribir nuestro propio destino, salvo el del infausto momento de nuestra muerte, pues es muy posible que ése ya esté escrito en alguna parte, luego para qué preocuparse antes de tiempo por algo que a la sazón indefectiblemente es inevitable que llegue un día u otro.

miércoles, 27 de junio de 2012

La Provenza, un verano a la francesa



Inmersos de pleno en la estación estival, y estando ya cerca las fechas vacacionales, la región francesa de La Provenza se presenta como un destino bello y singular a tener muy en cuenta antes de preparar un viaje y hacer las maletas.

Durante este mes de junio los evocadores y sempiternos prados de lavanda se tornan de ese color malva tan característico del paisaje provenzal. Esa colorista panorámica de un mar malva se podría resumir en los campos de la abadía cisterciense de Sénanque, en la población de Gordes. Pero, además, el viajero igualmente podrá admirar vestigios romanos asombrosamente conservados en Arles, Nimes, Orange y Vaison-La-Romaine; pueblos medievales o residencias papales en Aigues-Mortes y Avignon; importantes capitales turísticas como Monpellier y Marsella, futura Capital Europea de la Cultura; playas paradisíacas como las de Antibes, Cagnes-sur-mer, Villefranche-sur-mer, Saint-Jean-Cap-Ferrat, Niza, Mónaco, Montecarlo, Saint Tropez o Saint-Raphaël; magníficos parques naturales y reservas del medioambiente como Les Cévennes, la Camargue o la Costa Azul; e islas de novela como If, la isla de Montecristo, Lerins, Frioul o Porquerolles. Música popular, tradiciones milenarias, museos, gastronomia, vinos, artesanía, deportes acuáticos, rutas de senderismo, o bicicleta, con la que llevar a cabo la ascensión a la cumbre del Mont Ventoux, conocido como el “Gigante de La Provenza”, una de las subidas más duras del Tour de Francia. Y todo ello a cinco horas por carretera de Barcelona, y a tres horas en tren de París.

Después de tantas actividades de ocio, turísticas o deportivas, el cuerpo reclama su merecido descanso y restauración. Para ello, un hospedaje a visitar emulando a Picasso, Miró, Braque, Chagall o Calder entre otros maestros, algunos de los cuales pagaron su estancia con sus propias obras, es ‘La Colombe d´Or’, en la localidad de Saint-Paul de Vence. Villa en la que se instaló, en 1940, el poeta Jacques Prévert, tras alojarse en la por entonces posada, siendo desde aquello buen amigo de su fundador, Paul Roux; un establecimiento con más de noventa años de historia.

Otro lugar exclusivo es el Oustau Bauma Nière, situado en Les Baux de Provence, cuyos coloridos jardines inspiraron a los pintores Van Gogh o Cézanne, y al que acuden diversos personajes de la cultura internacional. Si bien para otro tipo de clientela de lujo igualmente está ‘La Pauline’, un Bed and Breakfast digno de toda una emperatriz. Una mansión del siglo XVIII rodeada de jardines construida para Pauline, la hermana de Napoleón, que está ubicada en la bonita comuna francesa de Aix en Provence, antigua capital de toda la región histórica de Provenza, otrora poblada por fenicios, griegos, galos, visigodos, romanos, burgundíos, ostrogodos y tolosanos.

Y tampoco hay que olvidar que estamos en tierras de viñedos, en un país donde el cultivo y la elaboración del fruto de la vid se elevan a categoría de arte y suponen la quintaesencia del pueblo francés. Las cotizadas mesas del Bistrot d´Eygalière Chez Bru, abierto sólo durante la época estival, se han de reservar con bastante antelación. El lugar posee dos estrellas Michelin y se encuentra en la población de Eygalières, junto al hermoso Parque Natural Regional de los Alpilles.


Fotografía ‘Lavande’ © Jean Paul Teppe

miércoles, 13 de junio de 2012

Concurso “Antropología en corto”


Como refiere el etnólogo británico R. Marett (1866-1943), exponente de la escuela evolucionista inglesa, que estudiara de forma exhaustiva las religiones llegando a ser él mismo rector del Exeter College de Oxford, “mana” es una palabra que deriva de los lenguajes de Melanesia, donde el concepto cobra un poderoso y claro sentido en la vida de los nativos. Es una fuerza, pero no una fuerza vitalista, existe como don sobrenatural de las personas y las cosas para realizar, mediante un poder excepcional, algo inhabitual. Los sabios indios destacan en conocimientos porque tienen mana. El mejor curandero, el mejor navegante, el guerrero valeroso, capaz de hazañas increíbles, sobresalen pues poseen esta cualidad. Pero también una piedra de extraña forma o de un color particular puede ser tenida por poseedora de fuerzas milagrosas, o ser el talismán que trae la buena suerte. Todos ellos tienen mana y también el “shaman” de la Siberia aborigen, el “angakok” esquimal, el “hombre medicina” de las praderas de Norteamérica o el “médico brujo” de África y Melanesia.

Sirva este breve preámbulo como contexto ancestral en el que sentar las bases para una aproximación al animismo en el estudio de la Antropología Social y Cultural, y los ritos o rituales llevados a cabo por el ser humano en cualquier sociedad, cultura o grupo étnico del orbe que a ella le competen en ese universo que constituye el mundo cognoscitivo del chamán, allá donde éste se encuentre, aunque los lugares sean muchos y dispares,  pues la esencia del hombre es y será siempre la misma. 

A finales del año pasado se promovió una interesante iniciativa al respecto, pues fue cuando desde el Museo Nacional de Antropología se invitó al público en general a que enviaran cortometrajes que tuvieran como tema central los “ritos y rituales”, intentando reflejar con ello la importancia que han tenido y tienen ciertas ceremonias mágico-religiosas para el hombre y su cosmovisión.

Aunque el jurado del museo ha elegido a un solo ganador del concurso, también ha valorado el entusiasmo y el esfuerzo del resto de participantes, así como la calidad técnica y los contenidos antropológicos de sus trabajos, seleccionando junto al ganador otros documentales, que serán proyectados el próximo día 14 de junio en el Salón de Actos del Museo.


Más información



Bibliografía

‘El Sendero del Chamán’. Fernando Torres


Fotografía chamán peruano fuente ‘Encuentro de chamanes’

domingo, 3 de junio de 2012

Simposio sobre el pintor Edward Hopper


Nacido en 1882 en el seno de una familia burguesa y culta residente en Nyack, una pequeña ciudad a orillas del río Hudson, Edward Hopper cursó estudios de arte aplicado al campo de la publicidad, para seguidamente, en 1900, matricularse en la New York School of Arts. En esta escuela coincidiría con otros pintores que más tarde fueron protagonistas de la vanguardia artística estadounidense de principios de los años cincuenta, como fueron George Bellows, Rockwell Kent, Guy Pène du Bois y Eugene Speicher.

Tras obtener su titulación académica, Hopper consiguió su primer empleo trabajando como ilustrador publicitario. Sin embargo, y tras sus viajes a la Europa en la que se consolidaban el fauvismo, el cubismo y el arte abstracto (París en 1906, Londres, Berlín y Bruselas en 1907, o de nuevo París en 1909), el pintor se siente más atraído por Degas, Manet, Pissarro, Monet, Sisley, Courbet, Daumier o Toulouse-Lautrec, siendo sobre todo un original autor de paisajes naturales y espacios urbanos con un estilo personal e inconfundible en los que la figura humana aparece por lo general en un contexto de soledad y melancolía.

El éxito alcanzado con una exposición de acuarelas en 1923, y otra de lienzos un año después, consagran a Hopper como el autor de referencia para otros colegas realistas que pintaban escenas estadounidenses.

Testigo consciente de la Gran Depresión de 1929, el crack de la primera gran crisis del capitalismo que en la época dejaría en la calle a millones de trabajadores y una oleada de suicidios, sus personajes destilan esa tristeza y desesperanza que tanto ha caracterizado su pintura desde que su vocación pictórica evolucionase hacia un marcado realismo, resultante de la unión de su visión figurativa y el sentimiento poético que el pintor percibe en las personas y objetos retratados.

El próximo 12 de junio el Museo Thyssen-Bornemisza presentará la mayor exposición en Europa dedicada al artista norteamericano más representativo del siglo XX. Así como un interesante simposio en el que habrá conferencias, mesas redondas y proyecciones de documentales y películas, que tendrá lugar del 19 al 22 de junio en el Salón de Actos del Museo.


Más información

lunes, 14 de mayo de 2012

Alejandro Calderón, poeta en París


Era ya noche cerrada y fresca en París. Una de esas noches en las que se diría que el invierno, por la destemplanza, quería dar un último coletazo entre tormentas y chaparrones primaverales. Fue la noche previa a la jornada de reflexión ante las elecciones francesas que se celebraron el pasado domingo día 6 de mayo, y que finalmente contaran con el triunfo de monsieur Hollande. Mi amigo, el poeta Alejandro Calderón, me acompañaba en esta ocasión en una pequeña plaza con parque junto a la Sorbonne, París III. Allí degustamos un afrutado merlot mientras charlábamos de todo un poco, de lo humano y de lo divino, pero sobre todo de la desgraciada muerte acaecida a Greg, un joven amigo californiano al que yo también conocía de un corto viaje anterior; pintor bohemio, que hacía algunos recados aquí y allá, vecino del barrio, del Hotel Esmeralda y la Shakespeare & Co, que encontraron muerto en su casa, tendido en el frío suelo a causa de una cirrosis fulminante. Los tratos desmedidos con el alcohol traen a veces estos fatales desenlaces. Poco tiempo después, según me dijo Alejandro, sin grandes ceremonias él y algunas pocas personas más esparcieron sus cenizas mortales en Père Lachaise. En París continuaba la vida.

Sin embargo, esa misma noche, llegado el momento y dejando a un lado las malas noticias, Alejandro me sorprendía gratamente sacando del bolsillo de su chaqueta –como el mago de su chistera– unos papeles que resultaron ser unos magníficos poemas suyos inspirados en sus últimos viajes a Roma y Florencia. Pertenecientes a una nueva compilación presentada tiempo atrás en París con la asistencia del también poeta peruano Américo Ferrari, y que seguidamente me recitó enfatizando cada palabra, cada verso. El poema comenzaba diciendo así:

Expansión diáfana de la penumbra / polarizando tenue luz de cuarzo blanco / escalonada por alcantarillas de meteoros / foro de poliedros, orquídeas, rombos, cilindros / abnegación pendiente de la cascada / lamparario de sauce (…) (Ver vídeo de la presentación).

Enlace de interés

El poeta del Hotel Esmeralda

CENTELLA

Acelero la extinción. Consigo

fijar velas en tus quejidos;

algunos se suceden como ecos,

otros son balsas que transbordan

escamas de las estrellas. Hago

que sin fintas veas los procesos,

y si las uvas urden aliviarte,

ágil multiplico las pepas y

tiño el orin. Así logro reducirte

al tic que, si no estalla,

fusiono a mi velo vil.

Aceleras la fantasía. Evasivo

abres mis cortinas de humo

y te alejas por la escalera azul.

Sencillamente careces de fin,

y el otoño te erige como hoja

o te recuerda como centella.

Alejandro Calderón

martes, 1 de mayo de 2012

30 de abril, Día Internacional del Jazz


La Directora General de la UNESCO, Irina Bokova, junto al Embajador de Buena Voluntad, el pianista y compositor Herbie Hancock, inauguraron el pasado viernes en París los actos del primer Día Internacional del Jazz, que se festeja en todo el mundo el día 30 de abril. La celebración reúne una gran variedad de eventos entre los cuales se incluyen las actuaciones en vivo, pero también clases magistrales y debates. Contando con la participación de Marculs Miller, Dee Dee Bridgewater, Wynton Marsalis, Barbara Hendricks o Hugh Masekela, entre otros muchos músicos más. Asimismo las actuaciones comenzaron el domingo con un concierto en la cuna del jazz, la ciudad estadounidense de Nueva Orleáns, y se clausuran esta noche con una actuación musical en la Asamblea General de la ONU, en Nueva York.

El Día Internacional del Jazz quiere resaltar el diálogo intercultural y el entendimiento de los pueblos a través de este ampliamente apreciado género musical, una de las más importantes contribuciones de los Estados Unidos a la música en el mundo.

Los conciertos son transmitidos en directo a través de la página web de las Naciones Unidas y de la UNESCO. Por tanto, en la ciudad de París, sede de la organización, tampoco podían faltar las actuaciones, que dieron comienzo, como ya se ha dicho, el pasado viernes.

Pero mirando hacia atrás en el tiempo, en la ciudad del Sena fue en el periodo entreguerras, con la llegada de un gran número de afroamericanos a la capital –en concreto al sórdido distrito de Montmartre– cuando comenzó a tocarse jazz en los locales o clubes. Louis Mitchell actuó allí acompañado de su grupo, The Seven Spades, en noviembre de 1917, y el mismo año, The Jazz Kings, una orquesta de color, tocó en el casino que había en el 16 de la Rue de Clichy. En 1924, Eugene Bullard dirigía un club llamado ‘Le Grand Duc’, uno de los muchos que habían proliferado en Montmartre a mediados de los años veinte, y al que solía acudir Scott Fitzgerald, si bien éste, según el momento, prefería ir a emborracharse al bar del Hotel Ritz. Posteriormente, en clubes como ‘La Rose Rouge’ y el emblemático ‘Le Tabou’, en la esquina de las calles Dauphine y Christine, del que fuera asidua más tarde Juliette Gréco, comenzaba a oírse tocar un nuevo estilo de jazz, el vertiginoso be-bop.

“En noviembre de 2011, durante la Conferencia General de la UNESCO, la comunidad internacional proclamó el 30 de abril como el Día Internacional del Jazz. Esta jornada tiene como objetivo sensibilizar al público general sobre las virtudes de la música jazz como herramienta educativa y como motor para la paz, la unidad, el diálogo y el refuerzo de la cooperación entre pueblos. Gobiernos, organizaciones de la sociedad civil, instituciones educativas y ciudadanos parti-culares ya implicados en la promoción de la música jazz aprovecharán esta oportunidad para fomentar la idea de que no se trata tan sólo de un estilo de música, sino de que el jazz contribuye también a la construcción de sociedades más inclusivas.”  Fuente: UNESCO


Más información

Día Internacional del Jazz